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Prueba de fuego para Bush

El presidente George W. Bush se reunió el miércoles con senadores de ambos partidos y acordaron varias modificaciones al paquete de salvamento económico. Obama y McCain piden a sus copartidarios votar para “evitar el desastre”.

Redacción Internacional
01 de octubre de 2008 - 10:06 p. m.

En un intento desesperado por salvar al país de la debacle financiera, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se entrevistó durante todo este miércoles con senadores demócratas y republicanos para asegurarse de que votarán a favor del plan de rescate diseñado por su administración. La idea era mostrar el liderazgo político que quedó en duda luego del fracaso del lunes en la Cámara de Representantes.

Ese día, Bush llamó a varios legisladores; su vicepresidente, Dick Cheney, también lo hizo. Sin embargo, no lograron nada. “Después de ser un gobierno tan arrogante, quieren el apoyo de sus copartidarios. Esta Administración está pagando el precio de ocho años de haber ignorado a todo el mundo y además están envueltos en un asunto electoral: nadie quiere perder su escaño”, explicó Michael Booth, de la Universidad de Nueva York.

“La Casa Blanca redobló los esfuerzos para que el fracaso no se repita”, dijo el portavoz de la Casa Blanca Tony Fratto, quien aseguró que el nuevo plan amplió “significativamente” sus posibilidades de pasar una nueva votación hoy en la Cámara.

El paquete original que pedía la asignación de US$700.000 millones sufrió algunos cambios. Los legisladores informaron que se introdujo una cláusula sobre reducciones tributarias. Otra de las modificaciones permite aumentar los seguros federales aplicados a los depósitos de un máximo de US$100.000 a US$250.000, esto para proteger a los ahorradores, explicaron legisladores.

Conscientes de la importancia de este tema en las próximas elecciones del 4 de noviembre, los candidatos a la Presidencia, John McCain y Barack Obama, decidieron viajar a Washington para convencer a sus respectivas bancadas de la “urgencia” de votar el plan. Los candidatos hablaron ayer por teléfono con Bush para mostrar una voluntad de acción común.

Obama, tratando de liderar el tema, llamó ayer a la unión: “A los demócratas y republicanos que se han opuesto al plan, les digo lo siguiente: pónganse manos a la obra. Hagan lo que es correcto para el país, porque ahora es el momento de actuar”. McCain, consciente de que es quien más se juega en este asunto, pidió a los republicanos rodear el paquete de ayuda: “Si el plan vuelve a ser rechazado por el Congreso, la actual crisis se convertirá en un desastre”, dijo.

Aunque ayer el paquete se votó en el Senado, la suerte que corra hoy es incierta. La rebelión republicana –40% de los legisladores del partido rechazan el paquete– aún está intacta. McCain deberá mostrar hoy que tiene la capacidad para alinear a sus fuerzas en torno a la situación. Sin teatro ni dramatismo. Y Obama también deberá quedar como un líder que es escuchado. Una crisis convertida en un pulso político...

Por Redacción Internacional

 

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