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Un mundo diferente

Siete años después del 11-S. El jueves los candidatos presidenciales de E.U. recordarán a las víctimas de la catástrofe.

David Mayorga
10 de septiembre de 2008 - 08:37 p. m.

Siete años después del atentado terrorista al corazón financiero de Estados Unidos, el área donde murieron 2.751 personas es hoy un museo. En cinco salas, los visitantes encuentran una representación de las actividades cotidianas antes del ataque, así como un homenaje a cada una de las víctimas que perdieron la vida ese 11 de septiembre.

Desde su apertura en 2006, el Tribute WTC Visitor Center ha recibido a cerca de 700.000 personas. Pero no todo es recuerdo en la ciudad de Nueva York: sus ciudadanos aún sienten las secuelas del ataque que dio inicio a la guerra contra el terrorismo.

A pesar de no morir ese fatídico martes, Felicia Dunn-Jones, de 42 años, es una más de las víctimas de ese día. Ella murió a causa de las enfermedades respiratorias que siguen haciendo estragos en la salud de quienes rehicieron sus vidas en la zona financiera.

Según un informe del Medical Group Working, creado en 2006, hasta hoy unos 10.000 neoyorquinos han pedido tratamiento médico al Estado por males relacionados con los ataques, entre los que se encuentran la depresión, la ansiedad y el asma.

Pero los daños colaterales del 11-S no son un síntoma exclusivo de E.U. “El mundo es hoy más paranoico. Se incrementaron los temores y las barreras de seguridad, pero no se ha avanzado en el tema de eliminar las causas de esa inseguridad”, dice Juan Fernando Londoño, analista de Fescol, al referirse a la guerra contra el terrorismo declarada por el gobierno estadounidense como represalia.

Tras los atentados, la Casa Blanca ordenó el envío de tropas a Afganistán, refugio de Osama Bin Laden, autor intelectual del ataque; dos años después y con la excusa de ser una amenaza para la humanidad, Washington derrocó el régimen de Irak. Los expertos internacionales creen que la respuesta militar no fue la indicada.

“La situación económica del país es muy delicada. Algo que ha sido una total desgracia es que Bin Laden sigue libre”, sostiene Andrew Bacevich, catedrático de la Universidad de Boston.

Incluso hoy, siete años después del 11-S, la amenaza de un nuevo ataque terrorista en suelo estadounidense sigue latente. A inicios de esta semana, al-Qaeda, la red terrorista de Bin Laden, publicó en internet un aviso que volvió a prender las alarmas: “Espere el 11 de septiembre para ver algo que le agradará, con la voluntad de Alá”.

Sin embargo, la estrategia militar, que hoy deja muerte y caos, ha funcionado para los intereses de Washington. “La guerra contra el terrorismo significó un cambio en las relaciones geopolíticas de Oriente Medio. Se ve con la implantación de un régimen democrático en Irak”, sostiene Londoño.

Por David Mayorga

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