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Brasil, a proteger su petróleo

El titular de la Defensa brasileño, Nelson Jobim, confirmó su apoyo técnico a la liberación de los secuestrados y habló sobre los alcances del Consejo Suramericano de Defensa.

Juan Camilo Maldonado
27 de enero de 2009 - 11:00 p. m.

A finales del año pasado, y en medio de serias tensiones diplomáticas en la región, Brasil se lanzó a promover la iniciativa más difícil dentro de la naciente Unión Suramericana de Naciones: la creación del Consejo Suramericano de Defensa.

Al mando de esta iniciativa ha estado el ministro de Defensa del Brasil, Nelson Jobim, quien habló en exclusiva con El Espectador.

¿Cómo va la gestión para la liberación de los secuestrados?

Brasil le ofreció a la Cruz Roja su auxilio para la gestión de liberación de los rehenes. Hay una posibilidad de la ayuda brasileña ahí, pero es una cuestión que está siendo tratada exclusivamente por la Cruz Roja junto con el Gobierno colombiano. Brasil tiene una posición clara: hacer los auxilios necesarios para que la misión llegue a una situación de éxito.

¿Es cierto que la logística tomará 12 días?

Mi gobierno está en entendimiento directo con la Cruz Roja. Yo no estoy interviniendo en nada de esto.

Hablemos del Consejo Suramericano de Defensa, usted es uno de sus arquitectos, ¿qué les espera este año?

Estamos hablando con el Ministro de Defensa chileno, José Goñi, ya que Chile tiene la presidencia pro témpore de Unasur. Esperamos realizar una reunión para establecer una agenda de trabajo este año. Principalmente en lo que concierne a la industria de defensa de la región.

¿Qué tipo de cooperación va a haber entre  los países de Unasur?

La idea es empezar a cooperar entre las industrias de defensa, también intercambiar personal, académicos y estudios, así como establecer una discusión sobre la posibilidad de tener una visión suramericana común en temas de defensa.

¿Algunos sugieren que es el comienzo de una  Otan suramericana?

En un primer momento algunos querían que se hablase de una Otan del sur. Pero no es una alianza militar clásica, y no tendrá fuerza propia. Es un foro para que los ministros de Defensa comiencen a discutir las cuestiones de la región y se generen entendimientos y posiciones comunes sobre doctrinas de defensa ante organismos internacionales, como el Consejo de Ministros de Defensa de las Américas o la Junta Interamericana de Defensa de la OEA. Sólo en los casos de misiones humanitarias, como en Haití, contemplamos la utilización de tropas comunes.

El Consejo rechazó expresamente los grupos ilegales violentos, ¿fue difícil llegar a un consenso?

La historia cambia. Necesitábamos un Consejo que tuviera  posiciones sólo y exclusivamente en relación con las fuerzas legales y constitucionales de los países. El rechazo de las fuerzas ilegales fue una consecuencia del hecho de nosotros ser un órgano legal. Pero en un primer momento se dijo que esto no debía ser así.


¿Qué argumentos y quiénes los esbozaban?

Se sostenía que era un discurso que nosotros no debíamos hacer. Había ciertos personajes que no quisiera mencionar... El presidente Lula y yo hablamos con Venezuela directamente, y con Bolivia, y les aclaramos cuál era la posición del Brasil. La cosa marchó bien.

El presidente Uribe no quería entrar al Consejo, ¿cómo lo convencieron?

La posición de Colombia fue siempre transparente. Nosotros tuvimos una reunión con él y el ministro Santos y desde ese momento fue muy colaborador. Él tenía una necesidad muy clara: que América Latina fuese  fuerte.

¿En qué va la cooperación con Colombia?

A comienzos de marzo el ministro de Defensa Juan Manuel Santos visitará Brasil  para tener una conversación muy clara sobre el proceso de monitorear la frontera. Saber, sobre todo, quién está pasando de un lado para el otro.

¿Qué temas le preocupan?

Brasil tiene un sistema de monitoreo de la Amazonia, así que queremos intercambiar información en torno a esta región brasileña y colombiana. El ministro Santos quiere también conocer el plan estratégico de defensa del Brasil, que tiene tres grandes ejes: la reorganización de nuestras fuerzas armadas, la industria nacional de defensa y el servicio militar.

Ustedes acaban de firmar con Francia un millonario contrato de defensa, ¿a qué se debe esa reciente necesidad de armarse?

No nos estamos preparando contra una amenaza. Brasil tiene 4.5 millones de kilómetros cuadrados de mar, de ahí la importancia del acuerdo con Francia para construir un submarino de propulsión nuclear. También queremos desarrollar la industria nacional de  helicópteros. Francia  va a tener que hacer los helicópteros en Brasil con toda la transferencia tecnológica a Helibras, nuestra empresa. Queremos crear una capacitación tecnológica nacional.

Esto se da  en momentos en que ustedes han encontrado  enormes yacimientos petrolíferos...

Tener una fuerza naval importante es disuasoria. Las reservas petrolíferas del Brasil están a 150 millas marítimas del litoral, tenemos que tener protecciones.

Por Juan Camilo Maldonado

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