La represión policial de los indígenas sublevados en Perú contra la privatización parcial de la Amazonia comenzó desde un helicóptero, continuó en tierra y causó la muerte de más de cien indígenas, según la denuncia de Daysi Zapata, de 38 años. Esta mujer encabeza la rebelión desde que el chamán Alberto Pizango, de 40 años, recibiera asilo político en la Embajada de Nicaragua al ser perseguido por cargos de homicidio, sedición y rebeldía.
El presidente de Perú, Alan García, defendía los decretos de explotación, que otorgan concesiones de explotación maderera y petrolera, entre otros recursos de la Amazonia, y aseguraba que son necesarios para impulsar el desarrollo nacional. Los amotinados contra su puesta en práctica actuaron con “salvajismo y barbarie” y “procedieron a degollar y herir con lanzas a humildes policías rendidos y sin armas”, según el Gobierno, que acusa a los piqueteros, armados con lanzas, palos y machetes, de cortar carreteras, bloquear instalaciones y secuestrar a 38 policías, cuyo rescate desencadenó una violencia sin precedentes.
Los hechos ocurridos ese 5 de junio fueron catalogados por el presidente boliviano Evo Morales como “genocidio”, pronunciamiento que causó que el presidente peruano Alán García llamara ayer a consultas a su embajador en Bolivia. También el lunes, el gobierno peruano, en su primera reunión con los indígenas, anunció que pedirá hoyel lunes al Congreso derogar dos de los más polémicos decretos.
“Sólo se habla de los policías muertos (23), y de cinco indígenas, pero las cosas no son como se han contado”, afirma Daysi Zapata, quien preside ahora la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), que congrega a cerca de mil comunidades.
¿Cómo comenzó todo?
Por una provocación. Durante muchos días estuvieron en Bagua policías que convivieron con los hermanos indígenas, conversando con ellos, diciendo a los policías que todo tiene que arreglarse de forma pacífica, sin violencia. Los policías lo entendieron, pero, lamentablemente, este gobierno, con malas maniobras, mientras se discutían en el Congreso esos decretos, postergó la discusión. “En otro momento”, dijeron. Eso ya fue una herramienta para que los pueblos indígenas se enfurecieran.
Pero enfurecerse hasta ese extremo de violencia...
Es que en ese momento la ministra del Interior ordenó el cambio de policía para que fueran nuevos, y los nuevos, sin conversar con los hermanos, empezaron a atacarlos. Fue la policía, que empezó con tiros desde el aire, desde helicópteros, contra los hermanos. Ellos jamás provocaron.
El Gobierno asegura que no es así, que ustedes secuestraron a policías.
Eso es totalmente falso. Tan falso como que somos parte de una conspiración internacional. Créame usted, al mandar la nueva policía allá y ordenar que se meta bala ya estamos hablando de genocidio.
¿Fuego real desde el principio?
Claro, primero desde el helicóptero. La gente reaccionó y se mataron unos a otros. Se habla de sólo cinco indígenas. Eso nos molesta. Ahorita, con el toque de queda, no se puede siquiera ingresar a la zona donde pensamos que hay más muertos. ¡Qué estratégico es el gobierno dando ese toque de queda para borrar esa responsabilidad!
¿Cuántos muertos han contabilizado?
Nos informan que unos cien indígenas han muerto. Y eso no se dice. Ya se ha encontrado una fosa con muchos muertos . Falta gente en las comunidades, y allí están pasando listas y controlando para sacar una relación exacta de cuántos indígenas están en la comunidad y cuántos están muertos.
¿Tiene futuro su lucha?
Nuestros abuelos se enfrentaron a los colonizadores. El siglo XIX significó el cambio de unos colonizadores por otros. Y hoy como ayer somos víctimas del saqueo y la rapiña del Gobierno de Alan García y su triple alianza formada por el APRA, Unidad Nacional y el Fujimorismo
¿Cuentan con apoyos legislativos?
El año pasado logramos derogar dos decretos gracias a los legisladores que conocen la realidad de los pueblos andinos y amazónicos. Sin embargo todo quedó allí. Este año volvimos con una plataforma de lucha, a pedir la derogación de los decretos. Ni un paso atrás.
Perú y Bolivia: se incrementan tensiones
No ha sido un año fácil para las relaciones entre el presidente peruano Alan García y el mandatario boliviano Evo Morales. Han tenido roces con respecto a la negociación de un TLC con la Unión Europea, así como por el asilo político dado por Perú a varios ex ministros bolivianos a quienes se les adelanta un juicio en Bolivia por la matanza de un grupo de 67 indígenas en octubre de 2003.
Un nuevo capítulo se abrió ayer, pues el embajador peruano en Bolivia, Fernando Rojas, fue llamado a consultas como reacción a las palabras de Evo Morales. El mandatario boliviano afirmó el sábado que los enfrentamientos en la Amazonia eran “el genocidio del TLC (Tratado de Libre Comercio)”, dado que los indígenas protestan contra un paquete de normas promovidas por el gobierno que son parte de los compromisos establecidos por Perú tras la firma del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.
Perú calificó de “muy graves” las aseveraciones bolivianas.