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La promesa verde de Ecuador

La reserva natural de Yasuní esconde un verdadero tesoro: más de 800 millones de barriles de petróleo.

Redacción Internacional
15 de octubre de 2009 - 10:26 p. m.

El Parque Nacional Yasuní, ubicado al nororiente de Ecuador, es una reserva natural de más de 9.000 kilómetros cuadrados. Ubicado en plena Amazonia, la Unesco lo declaró reserva de biósfera en 1989 por la gran riqueza en fauna y flora que protege, entre la que se destaca el murciélago Lophostoma yasuni, endémico de este lugar.

Sin embargo, en momentos en que el precio internacional del crudo está al alza, alcanzando los 75 dólares por barril, cobra importancia otro de los tesoros que esconde el subsuelo de este importantísimo parque natural: un pozo con cerca de 850 millones de barriles de petróleo, que equivalen al 20% de las reservas petroleras del país.

Al respecto, el gobierno ecuatoriano, en cabeza del presidente Rafael Correa, tomó una decisión fundamental. Desde al año 2007, ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), el mandatario presentó un proyecto donde su país se comprometía a mantener esas reservas sin explotar por tiempo indefinido a cambio de que la comunidad internacional se comprometiera a pagar la mitad de las ganancias que el Estado percibiría por la comercialización del combustible.

Según sostiene la Presidencia de Ecuador, los beneficios de esta propuesta se capitalizarían a largo plazo: 407 millones de toneladas métricas de CO2 no serían emitidos a la atmósfera, se seguiría preservando la riqueza biológica del Parque Yasuní y, con el dinero percibido, el Estado ayudaría a la conservación de los pueblos indígenas Taromenani y Tagaeríes, que viven en esa reserva en aislamiento voluntario.

Dos años después, el proyecto Yasuní ITT (Ishpingo-Tambococha-Tiputini, nombre dado al pozo petrolero) recibió la aprobación del Programa de Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), que administrará un fideicomiso al que se destinarán los desembolsos de la comunidad internacional.

“La intervención de este organismo permite garantizar una confiabilidad de la transparencia en el manejo de los fondos”, le dijo Carlos Larrea, director técnico del Consejo Administrativo y Directivo (CAD) de la iniciativa, al diario quiteño El Comercio, y agregó que esa entidad aceptó la propuesta del PNUD por su experiencia al administrar otros fondos ambientales en el mundo.

El primer país en aceptar esta propuesta fue Alemania, que se comprometió en desembolsar 50 millones de dólares anuales durante 13 años; asimismo, el gobierno español mostró su interés de participar en el proyecto y su aporte sería un canje de deuda que, en estos momentos, se encuentra negociando con Quito.

Para sellar el compromiso de otras naciones, Correa emprenderá la próxima semana una gira que lo llevará al Reino Unido, Francia, Suecia, Bélgica, Estados Unidos y Canadá, y cuyo objetivo es garantizar los 3.000 millones de dólares que Ecuador busca reunir por su compromiso de no explotar esta riqueza petrolera, que, en realidad, es poca comparada con los 3.000 millones de barriles del campo colombiano de Rubiales o las reservas de 50.000 millones de barriles que Brasil descubrió el año pasado en sus aguas marítimas.

“Imagínense lo que un país, con altas necesidades en desarrollo humano, puede hacer con ese dinero: la cantidad de escuelas y de hospitales que puede poner a disposición de su gente”, dijo Fander Falconí, canciller ecuatoriano y quien acompañará a Correa durante su gira mundial, a la cadena británica BBC.

Por Redacción Internacional

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