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“Estamos abiertos a un TLC”

Al celebrarse 30 años de relaciones diplomáticas entre ambos países, el diplomático habla de las dificultades que encuentran los empresarios chinos para negociar en Colombia.

Juan Camilo Maldonado T.
07 de febrero de 2010 - 09:00 p. m.

La primera década del siglo XXI vio aparecer una renovada dinámica entre dos polos: Estados Unidos y China. Con los primeros, Colombia tiene claras sus relaciones. Con los segundos, apenas aprende las reglas de juego.

Con un mercado de 1.300 millones de personas y un incremento descomunal de sus inversiones en el mundo, China celebró ayer los 30 años de relaciones con nuestro país. Su gobierno está ávido de invertir en Colombia y quiere un tratado de libre comercio (TLC). Sin embargo, Gao Zhengyu, su embajador en Bogotá, le señaló a El Espectador por qué sienten algo de timidez del lado colombiano.

Colombia está en suspenso por un TLC con EE.UU., ¿se vislumbra esa posibilidad con China?

En materia de TLC, me da la impresión de que Colombia está mirando a Japón y a Corea del Sur.

¿Y por qué no a China?

No lo sé. Nuestra puerta siempre está abierta para negociar con los países amigos.

¿Será el miedo a que acaben con la industria colombiana?

Siempre he considerado que sin competencia no habrá progreso.

¿Qué le podemos ofrecer a China?

Nosotros necesitamos cualquier cantidad de productos agrícolas. El café está de moda, por ejemplo, pero el precio es muy alto, es un lujo que los ciudadanos chinos no se pueden dar. Si el café colombiano entrara a China en suficiente cantidad, ampliaría enormemente su mercado.

Para eso necesitamos infraestructura...

 Sí. Y en eso estamos ayudando. Durante la visita de nuestro vicepresidente, Xin Jinping, en febrero pasado, donamos 40 millones de yuanes (casi seis millones de dólares). Con este dinero se instaló una máquina de revisión de productos de aduana y se adelantan proyectos para mejorar el agua del Magdalena y modernizar los equipos de oficina de la Aduana colombiana.

Pero seguimos con puertos y carreteras precarios...

En efecto, se necesita infraestructura. Enviar un contenedor de productos de Cartagena a China cuesta US$800. El mismo contenedor, de Bogotá a Cartagena, cuesta más de US$2.000. En ese campos tenemos mucha experiencia. En materia de puertos, se necesita mejorar el de Buenaventura para que entren barcos de gran calado.

¿En qué sectores están interesados en invertir?

Varias empresas chinas tienen interés de participar en la licitación de la Ruta del Sol. Pero no ha dado resultado. Los procesos de evaluación de las empresas acá en Colombia son muy complicados.

¿Nos cuesta trabajo confiar en las empresas chinas?

Falta conocimiento. Necesitamos estrechar lazos, pues nuestras empresas están apenas empezando a entrar en este mercado. Otro elemento urgente es la cultura y el idioma... En China, pocos hablan español. Faltan traductores. Y pese a que muchos hablamos inglés, aquí es difícil comunicarse. Además, cada país tiene sus costumbres en cuanto a la forma de negociar.

¿Cómo es la cultura colombiana?

Los procesos de licitación son complicados... además, nos exigen llenar los papeles en español. Eso para los empresarios chinos implica una gran dificultad. No podemos leerlo bien, entenderlo bien y, por ende, llenarlo bien. Necesitamos la ayuda de una empresa poderosa colombiana.

¿Es cierto que se va a construir un barrio chino en Colombia?

Creo que los colombianos tienen este interés. Se dice que va a estar en Cartagena, cerca de la ciudad. También lo he escuchado, pero no tengo información. Además, Colombia no es un foco de migración para China.

¿Cómo está hoy Sichuán, un año después del sismo?

El terremoto lo destruyó todo, pero se ha recuperado muy rápido. La zona se reconstruyó y la población damnificada tiene ya sus casas y escuelas nuevas.

¿Están ayudando a Haití?

Claro. Llegamos de primero. Enviamos un avión especial en el que llegó nuestro equipo de 50 rescatistas y un cargamento de víveres.

¿Cuál es su posición frente a la presencia norteamericana en la isla?

La ONU debe jugar un papel primordial en Haití y tiene que enviar más policías.

Estados Unidos debería recibir órdenes de la ONU...

Claro. No viceversa.

Por Juan Camilo Maldonado T.

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