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Se agrava conflicto diplomático entre Argentina y Reino Unido

El posible descubrimiento de reservas con más de 6.000 millones de barriles de crudo convertiría a las Islas Malvinas en la nueva potencia petrolera.

Nicolás Cuéllar Ramírez / Buenos Aires, Argentina
16 de febrero de 2010 - 10:13 p. m.

Nunca, desde que terminó la corta Guerra de las Malvinas en 1982, el gobierno argentino había reaccionado tan airadamente ante la diplomacia británica, por sus acciones en las islas que unos y otras consideran propias. La confirmación por parte de las autoridades inglesas, de nuevas actividades de perforación para obtener petróleo en el archipiélago encendió las alertas en la cancillería austral, donde desde hace dos semanas intentan frenar por todos los medios el inicio de dichas exploraciones.

Tras una fuerte nota de protesta ante la cancillería británica, la semana pasada el gobierno argentino frenó un embarque de la empresa argentina Techint, que “estaría abasteciendo de insumos vinculados con las actividades de la industria petrolera promovidas ilegítimamente por el Reino Unido en las islas Malvinas”, según informó la Casa Rosada. El martes, la presidenta Cristina Fernández deKirchner fue más allá y emitió un decreto con el fin de implantar controles en el tráfico marítimo con las islas.

Jorge Taiana, canciller del gobierno de Fernández, señaló que su país denunciará la explotación petrolera en la presentación que realizará en junio ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas.  Lo cierto es que detrás del reclamo argentino se esconde un negocio del que ambos gobiernos desean sacar ganancias. Según un estudio realizado en 1998 por la Geological Society of London, el mar que rodea las islas Malvinas podría contener reservas equivalentes a cerca de 6.000 millones de barriles de petróleo, tres veces más de las que tiene Argentina en suelo continental. De confirmarse, las islas Malvinas —o Falklands, como las llaman los ingleses— se convertirían en la quinta potencia petrolera de América, luego de Venezuela, Estados Unidos, Brasil y México.

“Un verdadero Golfo Pérsico austral”, explica el ex canciller argentino Rafael Bielsa, quien afirma que la explotación de petróleo tendrá un enorme impacto económico en el ingreso de los kelpers, los nativos de las islas, que se convertirían en una de las poblaciones más ricas del planeta por ganancias y regalías.

Es por ello que según varios analistas consultados por El Espectador, lo que desde hace 170 años ha sido una disputa territorial, desemboca ahora en una “fiebre del oro negro”. “Los grandes descubrimientos petrolíferos del año pasado en costas brasileñas dan una buena señal de la riqueza mineral existente en el Atlántico Sur, incluyendo el territorio de islas Malvinas”, dice el analista político Fabián Calle.

Hace más de 10 años ya existían exploraciones petroleras en la zona, sin embargo el bajo precio del petróleo no justificaba los altos costos de la extracción. Lo remoto del área, las dificultades de explorar aguas profundas y las complicaciones de la explotación de hidrocarburos en alta mar habían alejado hasta ahora a las grandes petroleras, explicó al respecto Phyl Rendell, directora de Recursos Minerales del Gobierno de las islas Falklands.

“Hoy el precio supera los US$70 dólares por barril, lo cual incentiva la exploración”, afirma. No en vano, ya cinco empresas petroleras se encuentran en la zona y se disponen a comenzar exploraciones en el archipiélago.

Hasta 2007, argentinos e ingleses trabajaban conjuntamente en la zona fronteriza en explotación de hidrocarburos. Sin embargo, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner decidió ese año terminar el acuerdo de cooperación, para remarcar su deseo de tener soberanía total sobre las islas. Del lado argentino no se han hecho nuevos descubrimientos y ahora temen quedarse sin el pan y sin el queso.

Del lado británico, las expectativas ahora son grandes, pero el gobierno inglés ha llamado a la calma e intenta no adelantarse a los hechos. Sin embargo, diversos medios de comunicación ya han hecho eco del beneficio que dichos descubrimientos traerían para la golpeada economía británica. Según Calle, la potencial riqueza energética en las aguas que rodean al archipiélago explicaría también por qué tanto Argentina como el Reino Unido quieren extender los límites legales de su plataforma continental.

Entre tanto, la plataforma petrolera Ocean Guardian ya se encuentra a 160 kilómetros al norte del archipiélago, y se prepara para comenzar la próxima semana las primeras exploraciones.

Pareciera no existir marcha atrás. La estrategia jurídica de Argentina puede demorar años y el canciller Taiana no tiene otra arma que argumentar la supuesta ilegitimidad de las perforaciones. El ex canciller Bielsa sabe que hoy, legalmente, queda poco por hacer, pero llama al gobierno a perseverar. No se augura una pelea corta.

Por Nicolás Cuéllar Ramírez / Buenos Aires, Argentina

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