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La prisión de Los Cinco

A comienzos de esta semana, miles de tarjetas llegaron a la Casa Blanca dirigidas a Barack Obama. Pedían la liberación de cinco presos cubanos. EE.UU. los acusa de espionaje; para la isla son héroes antiterroristas.

Carolina Gutiérrez Torres / La Habana
03 de abril de 2010 - 09:59 p. m.

Minutos antes de ser condenado a cadena perpetua se escuchó su voz en un tribunal de Miami. El hombre —piel blanca, cabello corto, frente amplia y ojeras profundas— enfrentaba un juicio por conspiración. Estados Unidos lo acusaba de haber infiltrado una de sus bases militares, la Estación Naval de Bocachica, para suministrar información oficial a Cuba. El ciudadano estadounidense, de padres cubanos, tomó la palabra.

—Permítame explicar, Su Señoría, de la forma más diáfana y concisa, mi razón. Cuba, mi pequeño país, ha sido atacado, agredido y calumniado, década tras década (…) Esta agresión ha incluido el reclutamiento, pago y entrenamiento de agentes contrarrevolucionarios por la CIA, planes de asesinato a jefes de Gobierno y Estado, bombas en hoteles y otros centros sociales (…) Y como resultado de estos actos: más de tres mil cuatrocientos muertos. (Antonio Guerrero Rodríguez, previo a la sentencia el jueves 27 de diciembre de 2001).

Argumentó que su presencia en la Base Naval tenía un solo fin: alertar a Cuba del peligro. Informarle a la isla sobre ataques terroristas que estaban fraguando organizaciones anticastristas en ese país. Alegó que Miami era el escenario menos neutral para celebrar aquel juicio porque allí, precisamente allí, habitaban los enemigos de la revolución. No sirvió ningún argumento. EE.UU. lo condenó. Por conspirador. Por falsificador. Por “espía”, dice Jaime Suchlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami.

Días antes ya había levantado su voz Ramón Labañino. Cubano. Condenado, en el mismo juicio, a pasar la vida entera en prisión. Cargos: conspiración, falsa identidad y no haberse registrado como agente extranjero ante la Fiscalía General de los Estados Unidos.

—¡Si por evitar la muerte de seres humanos inocentes, si por defender a nuestros dos países del terrorismo y evitar una invasión inútil a Cuba, es por lo que se me condena hoy, pues bienvenida sea! ¡Llevaré el uniforme de recluso con el mismo honor y orgullo con que un soldado lleva sus más preciadas insignias! (Ramón Labañino Salazar, previo a la sentencia celebrada el jueves 13 de diciembre de 2001).

Son cinco los condenados en este juicio. “Los cinco héroes antiterroristas” —como los llama Cuba— que hoy continúan purgando sus condenas en cárceles federales, casi todos por los mismos cargos. Ha pasado más de una década desde su detención —el 12 de septiembre de 1998— y cien meses desde su condena —diciembre de 2001— y todavía el pueblo cubano los llora, reclama su libertad, exige “justicia”.

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Terminal de transporte de La Habana. Frente a las taquillas cuelga un cartel con los rostros de Los Cinco: Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González (condena: 19 años), René González (condena: 15 años) y Gerardo Hernández (condena: dos cadenas perpetuas). Detrás de los rostros se ve la bandera cubana y junto a la bandera, la palabra “Volverán”. Saliendo de La Habana, 300 kilómetros hacia el sur de la isla, está la ciudad de Trinidad. En la fachada de alguna de sus casonas coloniales hay dibujado un mural con los mismos rostros. “Cinco héroes prisioneros del Imperio”, reza un letrero que los acompaña. 140 kilómetros al occidente de la capital, en el pueblo tabacalero de Viñales, una placa de cemento con la misma imagen se levanta en el patio delantero de alguna casa. “Revolución es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio”, dice en la pared contigua.

Están en toda la isla. Por la calle, cualquier cubano le respondería quiénes son. “Cinco héroes que arrestaron en Estados Unidos por defender nuestro país”, dirán casi todos. Doña Mirna, unos 50 años, los defiende con total convicción. Habla desde su casa, un apartamento estrecho en un cuarto piso en el barrio Vedado de La Habana. Dice que fue un juicio injusto. “Estaban luchando por los ideales de la Revolución”, afirma la mujer y empieza a enfadarse. Alega que Estados Unidos se ha empeñado en retener a Los Cinco “sin pruebas ni argumentos, mientras encubre a un asesino como Posada Carriles” (Luis Clemente Faustino Posada Carriles: cubano, 82 años, presunto autor intelectual de una serie de bombardeos a la isla. Prófugo tanto de la justicia cubana como de la venezolana). A Posada Carriles lo señalan también Los Cinco.

—El 6 de octubre de 1976 un artero atentado terrorista perpetrado por Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, y el uso de mercenarios venezolanos, hicieron detonar dos bombas en pleno vuelo de un avión civil de Cubana de Aviación que salía de Barbados, asesinando vilmente a 73 personas. Algunos de estos asesinos terroristas están hoy presos en Panamá y desde esta ciudad de Miami se hacen esfuerzos enormes para liberarlos. Aquí les llaman “patriotas” y son sus símbolos, y desde las estaciones de radio se hacen colectas para su defensa y posible escape de la cárcel (…) ‘This is not paranoia, these are lives of inocent human beings!’ (Ramón Labañino Salazar).


“Posada Carriles no ha cometido ningún crimen en EE.UU. y en los juicios que se le han hecho ha sido encontrado no culpable. Ellos (Los Cinco) cometieron un delito en este país. Posada Carriles no”. Desde Miami habla Jaime Suchlicki, reconocido investigador de temas latinoamericanos. Su voz es seca y seria. Dice que en sus manos tiene la transcripción del juicio de los “héroes cubanos”, un documento de dos mil páginas que “demuestra claramente que estaban espiando en instituciones militares en Estados Unidos. En el Comando Sur y en la Estación Naval de Bocachica”.

Afirma, enfático, que incluso hay pruebas de que el Gobierno cubano le dio instrucciones a alguno de ellos para que buscara un lugar en la Florida donde depositar armas. “No era una operación para vigilar a cubanos exiliados, era un operativo mucho mayor”. Según Suchlicki, los “espías” eran realmente 14, pero sólo cinco fueron condenados. ¿Y los otros nueve? Recibieron el perdón de la justicia —dice él— porque confesaron sus delitos y aportaron pistas para procesar a Los Cinco.

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Miami. 12 de septiembre de 1998. 5:30 a.m. Son detenidas diez personas en un operativo del FBI, señaladas de pertenecer a una red de espías. Entre ellas Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González, René González y Gerardo Hernández . Ese mismo día son remitidos al Centro Federal de Detención de Miami y ubicados en celdas solitarias, sin contacto alguno.

Miami. 29 de septiembre de 2008. Los medios de comunicación cubanos registran que Los Cinco son trasladados a la Special House Unit (Unidad Especial de Alojamiento), conocida como el “hueco”. Dicen en Cuba que allí los presos permanecen esposados las 24 horas. Sin comunicación. Sin televisión, radio ni prensa. Dicen también —los cubanos y la defensa— que esta fue la primera violación a sus derechos.

Miami. Diciembre de 2001. Los cinco son condenados “bajo las imputaciones de que habían espiado a líderes prominentes del exilio cubano-americano y bases militares de EE.UU.”, informa la CNN. Aseguran los medios que son más de veinte los cargos que se les imputan. Los más graves: conspiración, no haberse registrado como agentes extranjeros y falsa identidad. El principal acusado es Gerardo Hernández, “líder de la llamada Red Avispa”. Dos cadenas perpetuas recaen en él por conspiración para cometer asesinato. Según EE.UU., Hernández participó en el atentado contra dos avionetas del grupo de exiliados cubanos “Hermanos al rescate”, en 1996. “Aviones de combate cubanos derribaron el Cessna desarmado mientras volaba hacia la isla —reporta CNN—. Cuatro hombres murieron”.

Decenas de organizaciones se unen para pedir la libertad de Los Cinco. Esposas, madres, padres, hijos, lideran campañas mundiales proclamando “justicia”. La defensa de Los Cinco ha presentado varias apelaciones. Ninguna ha procedido.

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Últimas noticias de la prisión

Andinistas argentinos que reclamaron desde la cima del Aconcagua (al centro-oeste de Argentina) la libertad de cinco luchadores antiterroristas cubanos presos en Estados Unidos, saludaron hoy a jóvenes cubanos que ascenderán con el mismo propósito el Pico Turquino. (Prensa Latina, 12 de marzo de 2010).

En una improvisada conferencia de prensa, a la llegada del dúo puertorriqueño Calle 13 a la capital cubana, René Pérez, conocido como Residente, manifestó su deseo de que Los Cinco puedan regresar a Cuba. (Radio Reloj - La Habana, 22 de marzo).

Miles de tarjetas procedentes de más de 20 países han sido enviadas al presidente estadounidense, Barack Obama, en reclamo de la libertad de cinco antiterroristas cubanos, confirmó hoy un comité de solidaridad. (Prensa Latina, 31 de marzo).

El embajador de Venezuela en Cuba, Ronald Blanco la Cruz, exhortó a estudiantes latinoamericanos de medicina a aumentar cada día los esfuerzos por la liberación de los cinco héroes cubanos presos en Estados Unidos desde hace 12 años. (Radio Nacional de Venezuela, 31 de marzo).

Por Carolina Gutiérrez Torres / La Habana

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