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Arranca juicio al contraalmirante Gabriel Arango Bacci

Este martes es la primera audiencia del ex oficial ante la Sala Penal de la Corte Suprema.

Diana Carolina Durán Núñez
08 de junio de 2009 - 09:56 p. m.

Este martes, a las 4 de la tarde, ante la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, tendrá lugar la primera audiencia del juicio del contraalmirante (r) Gabriel Ernesto Arango Bacci. Acusado de los delitos de concierto para delinquir agravado, revelación de secreto, cohecho propio y prevaricato por omisión; tanto la defensa del ex alto oficial como la Fiscalía esperan que los magistrados digan qué testigos se llamarán, qué pruebas se admitirán y qué otras se ordenarán, para dar paso, de una buena vez, al juicio de uno de los procesos más publicitados en los últimos años.

La defensa del contraalmirante (r) afirma que la inocencia del ex uniformado es más que evidente. Según su abogado, Jaime Granados, Arango Bacci fue víctima de un complot orquestado por las altas esferas de poder de la Armada para cortar su vuelo hacia la comandancia de esta Fuerza. Que las investigaciones siguieran su curso a pesar de que la prueba inicial sea un cheque con una huella ficticia, según dictamen del CTI, es para Granados y para el propio contraalmirante (r) el mejor argumento a la hora de aseverar que este proceso no es más que el producto de una conspiración.

La investigación, sin embargo, no apuntaba inicialmente a Arango Bacci. Era un expediente de la Unidad Nacional de Antinarcóticos e Interdicción Marítima (Unaim) y, en 2006, el fiscal octavo comenzó a practicar seguimientos e interceptaciones de la compraventa de cartas de navegación y reportes de ubicación de barcos guardacostas. Fue entonces cuando el nombre de Gabriel Arango Bacci salió a flote. De hecho, la Fiscalía cree que, desde 1997, suministraba información clasificada. El proceso del ex oficial, reconocido por su exitosa organización de los Juegos Panamericanos y del Caribe en 2006, comenzó en agosto de 2007.

El organismo está seguro de haber armado un caso sólido. En las 149 páginas de la providencia de acusación, conocidas en su totalidad por este diario, el fiscal general, Mario Iguarán, sustentó que Arango Bacci es culpable de los delitos que se imputan con base en tres testigos claves: Juvenal Serna Amaris, alias Blacho, un informante de la Armada; Jaime Alberto Pérez Charris, ex integrante de la organización narcotraficante con la cual, supuestamente, tenía vínculos Arango Bacci, y Eyssin Matos Montero. Para la defensa del contraalmirante, tales hombres mintieron. Para la Fiscalía, dieron testimonios 100% creíbles.

Blacho dio información incontrovertible para la Unaim, “pues permitió la identificación de varios de sus miembros (del cartel de cartas de navegación)”. No obstante, los hombres que testificaron a la par con Blacho, Eduardo Uejbe (Cóndor) y el capitán de la Armada Jorge Luis Ahumada, no señalaron directamente a Arango Bacci de haber participado en acciones ilícitas. Por su parte, Pérez Charris, quien fue testigo en el proceso contra el hoy condenado ex congresista Dieb Maloof, aseguró ante la justicia haber pertenecido a la organización del narcotraficante Jorge Luis Hernández Villazón, alias Boliche, con quien Arango Bacci, presuntamente, tenía vínculos.

Pérez Charris sostuvo haber visto a Arango Bacci en una reunión con Boliche a finales de octubre del año 2000, en Cartagena. La defensa, con base en registros del DAS, probó que para esa fecha Pérez Charris estaba en Venezuela, pero aun así, la Fiscalía no desestimó sus palabras. Eyssin Matos Montero, que perteneció entre 2003 y 2004 a la Armada por gestión del extraditado capo Santander López Sierra (El Hombre Marlboro), dijo que el ex oficial —a quien no pudo describir físicamente— se reunió en 2006 con el narcotraficante Mike Mitchell en Turbaco (Bolívar). Lo incriminó además con el bloque Norte de las Auc. Salvatore Mancuso aceptó haber trabajado con Mitchell, aunque afirmó que nunca había oído nombrar a Arango.

El último punto fundamental para la Fiscalía tiene que ver con la fragata ARC Almirante Padilla. Cuando Arango Bacci era la cabeza del comando de San Andrés, el 21 de enero de 2004 dicha embarcación fue movida, según el ex oficial, para interceptar dos lanchas Go Fast que provenían de Santa Marta; De acuerdo con la Fiscalía, hacia “un sitio distante cuya proyección cinemática descarta la interceptación que se pretendía realizar a una lancha Go Fast”. Esa información, cruzada con otra investigación de la Unaim, dio pie para acusar a Arango Bacci de haber movido una fragata para favorecer al narcotraficante Juan Carlos Ramírez Abadía, alias Chupeta.

Estos y otros detalles que son parte del expediente serán objeto de análisis de la Corte Suprema. La defensa requerirá que los testimonios de Chupeta y de Boliche sean recibidos lo más pronto posible. La Fiscalía, por su parte, afirma que desea exactamente lo mismo. A Arango Bacci no lograron acusarlo de enriquecimiento ilícito por no encontrar irregularidades en sus cuentas y propiedades, por lo que él se cuestiona si acaso es el “filántropo del narcotráfico”. Pero la Fiscalía está segura de que el ex oficial “era una ficha clave dentro del engranaje ilegal dedicado a la venta de información privilegiada a grupos armados ilegales y a narcotraficantes”.

Por Diana Carolina Durán Núñez

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