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Confesiones de un ‘eleno’ arrepentido

Después de las versiones de ex paramilitares y ex miembros de las Farc, que han sacudido al país, es el turno para ex integrantes del Eln.

El Espectador
08 de diciembre de 2008 - 10:00 p. m.

Dagoberto Duque Rodríguez era en la guerrilla del Eln lo que se conoce como un radio, es decir, aquellos subversivos encargados de llevar y traer mensajes con el fin de evitar las interceptaciones que tan buenos resultados le han dado a la Fuerza Pública, aunque también ejecutaba acciones armadas. Por eso conocía información privilegiada que ha comenzado a entregar a la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía. En la actualidad purga dos condenas por homicidio a 26 y 19 años, respectivamente.

Después de 14 años de estar en la insurgencia decidió que era tiempo de abandonar las filas y comenzó a colaborar con la justicia. Y las revelaciones que ha efectuado no sólo dan cuenta del grado de infiltración que logró el grupo subversivo en el departamento de Arauca, una de las regiones que en el pasado se convirtieron en fortín de esa guerrilla, sino de los estrechos vínculos de miembros de las Fuerzas Armadas de otros países, e incluso de Colombia, con integrantes del Eln.

Duque Rodríguez sostuvo en su versión que recordaba un episodio en el que miembros de las fuerzas de seguridad venezolana vendieron armamento al grupo guerrillero a través de Nilson Navarro Mojica, quien fue condenado en Colombia por rebelión, por formar parte de frente Domingo Laín Sáenz, que penetró la administración pública a través de adjudicación de contratos, cambios en la nómina y nombramientos para favorecer el financiamiento de ese grupo subversivo.

“Las adquiría el señor Nilson Navarro por intermedio de una gente de Venezuela (…) Nilson consiguió un armamento que pertenecía a las Fuerzas Armadas de Venezuela. El armamento que llevó Nilson Navarro salió malo y se lo devolvieron a este señor. Este armamento se lo compraban a un señor (...) que pertenecía a las Fuerzas Militares de Venezuela”, afirmó el ex subversivo. Pero su relato fue más allá e incluso aseguró que el actual presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y el gobierno cubano mediaron en la liberación de un industrial secuestrado que había caído en poder del Eln.

“Hubo una vez que me ordenaron traer a un secuestrado de Arauca. A este señor lo habían secuestrado en Venezuela. Es el dueño de Colgate Palmolive de Venezuela. Por esto me dieron dos millones de pesos para ir a traerlo a donde estaba. Esto lo hice con una muchacha muy bonita. Por este secuestro intervino el presidente Chávez y el gobierno de Cuba. Por esto duro muy poco secuestrado, tres o cuatro días”, aseguró.

Asimismo, puso de presente que los tentáculos de la organización subversiva lograron infiltrar hasta la misma Policía a través de un uniformado que identificó como Fernando Andrade Aguirre, quien pertenecía a la Sijín. Aseguró que él cumplía patrullajes en el casco urbano de Arauca y que lo había conocido en un burdel con el alias de Coporo. El ex guerrillero recordó que tras una operación de “limpieza social” fue capturado en compañía de otros subversivos y recibió ayuda del uniformado para librarse de la acusación. “Me dijo que me lavara las manos con orines, porque me iban a hacer la prueba de guantelete. Este agente arregló todo”, refirió Duque Rodríguez. Contó que aparte de los recursos que sacaba de la administración pública, el Eln cobraba extorsiones y vacunas a narcotraficantes que llegaban hasta el 10% de la mercancía que transportaban por sus áreas de influencia. Algo similar ocurría con los ganaderos a los que exigían un 5% de sus ganancias al igual que a los comerciantes. Sus declaraciones apenas son el inicio de lo que puede ser un escándalo de grandes proporciones, como los que han suscitado las versiones de los ex miembros de las autodefensas o las Farc.

Por El Espectador

 

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