Los ‘nuevos capos’ parecen no estar de acuerdo con las instrucciones de los alias ‘Sebastián’ y ‘Valenciano’.
Desde hace más de un mes, las cosas en las comunas de Medellín comenzaron a cambiar. Alias Sebastián y Valenciano, los grandes capos que financian la guerra entre las bandas por el control del territorio para la distribución de drogas y el cobro de vacunas, decidieron parar. La presión de las autoridades, las múltiples capturas de miembros de sus organizaciones (2.984 y 30 cabecillas en lo corrido del año) y las recompensas, los llevaron a bajar la intensidad de la confrontación.
Una de las medidas adoptadas por alias Sebastián y Valenciano fue el no pago a los jóvenes de las bandas. Según una fuente consultada por El Espectador, “ya los muchachos en los barrios no están recibiendo plata para la guerra, no le están pagando a nadie”. Esta situación ha permitido bajar los enfrentamientos y por consiguiente los homicidios, pero siguen latentes otros delitos como el microtráfico, el cobro de extorsiones y los robos.
Aprovechando esta situación de repliegue, desde la Alcaldía se han intensificado los esfuerzos para brindarles oportunidades a los jóvenes de las bandas o en riesgo de pertenecer a ellas. Es así como se han logrado acercamientos con varios grupos de diferentes sectores de la ciudad. En los últimos dos meses han vinculado 640 muchachos al programa Fuerza Joven y se espera que para diciembre la cifra llegue a mil. De éstos, 100 viajaron a las granjas del Sena en otros departamentos para estudiar. La Alcaldía los está apoyando para su sostenimiento y la intención es ampliar el cupo para otros beneficiarios.
Según Jaime Fajardo Landaeta, asesor de Convivencia y Reconciliación, “entre los muchachos hay cansancio y están muy receptivos a los ofrecimientos que les hacen para dejar la delincuencia. La presión de la Policía y la Fiscalía los tiene arrinconados”.
Hasta el momento se han tenido acercamientos con el 70% de los combos de la ciudad, el 30% restante no quiere saber nada de acuerdos, tienen un alto nivel de desconfianza. “Además, piensan que es perder territorio, siguen con las venganzas y contiendas, es muy difícil convencerlos”, aseguró Fajardo Landaeta.
Los acercamientos con los muchachos en diferentes zonas de la ciudad permitieron por ejemplo que en el Popular #1, 172 jóvenes entregaran las armas y se vincularan a los programas de la Alcaldía. En este proceso han jugado un papel importante la Iglesia y la empresa privada. Ahora le apuntan a una Navidad sin homicidios. Según Fajardo Landaeta, la idea es que “haya un diciembre tranquilo, sin muertos por los enfrentamientos y sin fronteras invisibles, para que la gente disfrute de estas fiestas de fin de año”.
Aparición de nuevos capos
Pese a las órdenes impartidas por Sebastián y Valenciano para frenar los enfrentamientos, una fuente aseguró que hay mandos medios que no le apuestan del todo a la iniciativa. “Varios de los hombres de ambos lados no les copian y quieren seguir en la lucha. Es más, probablemente dentro de muy poco veamos confrontaciones internas por quedarse con el poder”. En vista de que alias Sebastián y alias Valenciano tienen como objetivo bajar la presión que hay sobre ellos por parte de las autoridades, dejaron en manos de terceros sus territorios en Medellín y son precisamente esos ‘nuevos capos’ los que no les están copiando del todo a los patrones y son los responsables de los muertos de las últimas semanas”, añadió la fuente.
Sebastián controla el 80% del sector, Valenciano el 9%, ‘Los Triana’ el 6% y ‘Los Urabeños’ el 4%. Los hombres de Sebastián que hoy tienen el control de las calles y pretenden quedarse con el poder son: alias Soto, Carlos Chatarra o Tom, El Gato, Tana, Pinchi y Barny. Por los lados de Valenciano, quienes ejercen el poder en su territorio son: alias El Loco, Tavo, Gallinazo, Nemes, Richar, Sicavi y El Café. Los hombres de ‘Los Triana’ que pelean actualmente por el control en el sur del Valle de Aburrá están al mando de Mario Chiquito y por los lados de ‘Los Urabeños, sus cabecillas son Negro José, Tavo y Pernicia. Todos ellos pretenden no sólo mantener, sino incrementar su poder.
Pese a este panorama, la Asesoría de Convivencia y Reconciliación de la Alcaldía de Medellín continuará con su propósito de acercarse al 30% de esos combos que aún no están convencidos de que hay alternativas diferentes a la confrontación. Esto de la mano con los operativos que realizan la Policía y la Fiscalía con el fin de desarticular las bandas al servicio del narcotráfico y brindarles a los medellinenses una Navidad tranquila.