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Rubiales, el pozo de los deseos

Ubicado a más de 430 kilómetros de la capital de la República, en Puerto Gaitán (Meta), Rubiales se proyecta como uno de los yacimientos petrolíferos más importante y futuro económico del Meta.

Rosario Moreno Hernández /Especial para El Espectador
26 de abril de 2009 - 09:30 p. m.

Rubiales, un extenso pedazo de sabana en el extremo oriente del Meta, pasó de ser un pobre yacimiento petrolífero rondado por las Farc a comienzos de los noventa, a ser una las principales esperanzas de la producción de crudo del país.

Hacia 1995, desde este pozo ubicado a unos 430 kilómetros de Bogotá, se extraían apenas 400 barriles diarios de petróleo. Era toda una odisea en medio de los hostigamientos permanentes de la guerrilla, la cual precipitó el cierre del yacimiento luego de que en 1997 se tomó el campo, destruyó los equipos y se llevó a un ingeniero. Eran las épocas en que nadie quería trabajar en Campo Rubiales.

Según expertos ingenieros, el futuro no era para nada halagador: a las duras condiciones de orden público, debía sumarse la deficiente calidad del producto que se extraía y que para muchos era más parecido a lodo negro que a petróleo. En aquella época este crudo tan pesado no tenía mucha salida en el mercado internacional.

Sin embargo, este tipo de producto tiene excelentes propiedades calóricas  y es materia prima  de asfalto de primera calidad.

Solo hasta diciembre de 2002, cuando el empresario brasileño Germán Efromovich, a través de la empresa Meta Petroleum, adquirió los derechos para extraer el crudo de este campo, se abrieron las esperanzas de volver a explotarlo. Las labores se reiniciaron en junio de 2003, extrayendo 700 barriles diarios.

Después de varios meses la producción fue aumentando de manera paulatina y en el 2008 llegó a los 52.295 barriles diarios, superando en más de 2.000 la expectativa que tenía Efromovich para ese año.
 
Actualmente es el tercer campo con mayor producción, extrayendo 58 mil barriles diarios, al finalizar el 2009 se espera llegar a los 100 mil barriles al día y en el 2010 alcanzar la cifra de 170 mil barriles, lo que lo convertiría en el pozo de mayor producción en Colombia.

De acuerdo a funcionarios de la empresa, Rubiales constituye el 10 por ciento de la producción nacional,  y tiene un estimativo de reserva  de 30 años. El mismo Efromovich dijo hace algunos años, que  se calcula que haya un depósito de 3.000 millones de barriles.

En la actualidad la encargada de realizar los trabajos de extracción es la canadiense Pacific Rubiales Energy.

Oleoducto de los Llanos

Las nubes de polvo que levantan en la sabana las 800 tractomulas que transportan el crudo desde Rubiales, desaparecerán a mediados de este año.
 
Las empresas Ecopetrol, Petro Rubiales y 1.800 personas más construyen el Oleoducto del Llano, que con una extensión de 237 kilómetros y 24 pulgadas de diámetro, unirá el campo con la estación en Monterrey (Casanare), la cual hace parte del sistema de transporte de hidrocarburos del país y está conectada con el Sistema Oleoducto Central S.A. (Ocensa).

El ducto tendrá una capacidad inicial de transporte de aproximadamente 160 mil barriles por día y se podrá  ampliar posteriormente hasta 280 mil barriles por día. El costo preliminar estimado del proyecto es superior a los 500  millones de dólares y se prevé que entre en operación en el segundo semestre del año.

Las regalías que se reciben anualmente  por la producción petrolera de Campo Rubiales y Pirirí, son de 146 mil millones de pesos para la Nación de los cuales $87.000 millones se quedan entre el departamento del Meta y el municipio de Puerto Gaitán.
Con la puesta en marcha del Oleoducto esto generará un estimativo de regalías para la nación de  $252.000 millones anuales y el Meta y Puerto Gaitán recibirán  $149.000 millones.

Por Rosario Moreno Hernández /Especial para El Espectador

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