Telemedicina llega a Bolívar

Los municipios de Pinillos, Achí y Cantagallo realizan pruebas piloto del sistema de atención médica a distancia con equipos de España.

Éver Palomo Llorente / Especial para El Espectador
17 de noviembre de 2009 - 10:42 p. m.

El río Magdalena y sus afluentes son la principal fuente de vida de los habitantes del sur de Bolívar. Pero en época de invierno se convierten en sus peores enemigos y las enormes distancias con los centros urbanos ponen en riesgo la vida de quienes deben ser remitidos a hospitales o clínicas de segundo y tercer nivel.

Pinillos es el municipio del sur de Bolívar más cercano a Magangué, puerto multimodal donde están los primeros centros de atención de segundo nivel en salud. Para llegar allí hay que hacer un recorrido de hora y media, río abajo, en incómodas chalupas que dejan las nalgas cuadradas por sus duros asientos y las piernas tensionadas o adormecidas porque no hay espacio para estirarlas.

Pero la odisea no termina allí. Si se requiere atención de tercer nivel, hay que bajarse de la chalupa y tomar transporte terrestre para recorrer por más de tres horas cerca de 200 kilómetros de vías hasta Cartagena y conseguir los especialistas y equipos necesarios para diagnosticar y enfrentar la enfermedad. Para esta travesía, si se cuenta con suerte, se necesitan más de cinco horas y por lo menos $100 mil para que el transporte de una sola persona, porque si el traslado es en ambulancia, los costos son más altos.

Esta cadena que pone en riesgo la vida de un habitante del sur de Bolívar es la que se quiere romper con el uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en la prestación del servicio de la salud a través de la telemedicina en tiempo real.

El propósito es claro y puede resumirse en tres grandes beneficios: romperle el espinazo al famoso paseo de la muerte con las remisiones descoordinadas de pacientes procedentes de poblaciones apartadas, eliminar las distancias brindando atención especializada en tiempo real en el sitio de residencia del paciente y acabar los altos costos de transporte que les impiden a muchos habitantes del sur de Bolívar acudir a un especialista.

El médico Lester Truchón Guerrero, gerente de la Fundación Progreso y Salud del Caribe, encargada de la puesta en marcha del proyecto en Pinillos, Achí y Cantagallo, dice que los costos de inversión del servicio son mínimos comparados con los beneficios que obtienen los pacientes.

En términos generales se puede hablar de una inversión cercana a los $300 millones, pero en estos tres municipios pilotos los costos han sido mínimos, porque los equipos fueron donados por la Fundación Comitas Comunicaciones de España y la infraestructura hospitalaria funciona con anterioridad en estas poblaciones.

“En el hospital municipal se necesita el apoyo de un médico general y su equipo de enfermería y por el sistema de telemedicina los especialistas de los hospitales San Juan de Dios o Universitario del Caribe en Cartagena o de los adscritos a la red en España, Francia y Estados Unidos podrán hacer la valoración del paciente y dar un diagnóstico especializado”, explica el neurólogo Freddy Pomares Herrera, director científico del proyecto y coordinador de Cooperación Internacional de la Universidad de Cartagena.

La telemedicina en tiempo real integra una red mundial con 2.000 especialistas que están conectados a este proyecto humanitario, de tal forma que cualquier patología, por muy compleja que sea, puede ser consultada y diagnosticada internacionalmente a través de la red.

El sistema funciona con un centro remoto que se ubica en el hospital, puesto de salud o sitio de atención de primer nivel y un centro de referencia, que en el caso de Cartagena está en los hospitales San Juan de Dios y Universitario del Caribe.

En este centro de referencia los especialistas reciben las imágenes, datos y consultas a través de la videoconferencia, la cual permite contacto en vivo y en directo con el paciente y con el equipo médico y de enfermeras que está con él.

Los equipos de alta tecnología permiten hacer en tiempo real radiologías, electrocardiogramas, ecografías, exploraciones visuales, dermatoscopias, oftalmoscopias, otoscopias, monitorear signos vitales, hematologías, microscopias, endoscopias, espirometrías y estetoscopias, entre otros exámenes que facilitan un diagnóstico de los pacientes atendidos en la sala de telemedicina.

La realidad de la telemedicina en el sur de Bolívar es un esfuerzo conjunto de personas e instituciones que le apostaron a este sistema de atención en salud que puede ser alternativa a las costosas y polémicas ambulancias aéreas contempladas en el Plan Nacional de Desarrollo, cuya licitación, por valor de $4 billones, adjudicó el año pasado la Federación Colombiana de Municipios.

El Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones se encargó de dotar la infraestructura de telecomunicaciones y el acceso a internet; lo suyo hizo el Ministerio de la Protección Social con la parte hospitalaria; mientras la Universidad de Cartagena, a través de la oficina de Cooperación Internacional, coadyuvó con la gestión para la donación de los equipos a través de la Fundación Comitas de España.

Para hacer realidad este proyecto de salud, las alcaldías de Pinillos, Achí y Cantagallo autorizaron el uso de  infraestructura hospitalaria realidad.

Por Éver Palomo Llorente / Especial para El Espectador

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