A pesar del anuncio del Gobierno, que el pasado sábado se comprometió a entregar a los indígenas del país las tierras que éstos están reclamando, la protesta que las comunidades aborígenes iniciaron hace más de ocho días para exigir la reivindicación de sus derechos a la tierra y a la vida, parece estar cada vez más lejos de concluir.
Finalizado el bloqueo a la vía Panamericana, en Cauca, y las tomas a varias entidades en otras regiones, miles de indígenas se alistan para marchar pacíficamente hasta Cali a partir del martes. Por otro lado, varios sindicatos, incluido el de educadores, Fecode, realizarán un paro durante 24 horas el jueves como muestra de solidaridad a los aborígenes y a los corteros de caña del Valle, quienes también se encuentran en huelga.
Las actividades se realizarán en medio de las denuncias de altos funcionarios del Gobierno que insisten en que la protesta de los indígenas está infiltrada por “fuerzas oscuras”. El lunes, el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, aseguró que las manifestaciones están siendo financiadas desde el exterior, sin precisar ningún nombre en concreto.
La marcha de los indígenas está prevista desde el municipio de Piendamó, Cauca, hasta Cali por la vía Panamericana. Anunciaron que irán en fila india, escoltados por la guardia indígena y que la caminata será pacífica.
Daniel Piñacué, gobernador del cabildo indígena de Calderas —municipio de Inzá, Cauca—, quien se encuentra concentrado en el resguardo La María, en Piendamó, desde que se inició la protesta, le dijo a El Espectador que esperan que la Fuerza Pública no haga presencia durante la movilización. “Ojalá no lleguen para que no se presenten disturbios. Acá hay familias enteras, con niños”.
Según Piñacué, unos 20 mil aborígenes, entre hombres, mujeres y menores de edad, participarán en la jornada. La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) anunció que otro grupo de protestantes comenzará a caminar mañana desde el norte del Valle para encontrarse el viernes en Cali con los primeros marchantes.
La ONIC manifestó que se trata de un nuevo intento para que el presidente Álvaro Uribe acepte dialogar con los pueblos indígenas. “El Gobierno se comprometió a comprar unas tierras, pero eso es un sofisma de distracción. Necesitamos concretar los acuerdos”, dijo Luis Fernando Arias, secretario general de la ONIC.
Si aún así no consiguen llegar a un convenio con el Estado que los deje satisfechos, advierten que el destino siguiente de la caminata será la Casa de Nariño, en Bogotá.