Por desgracia, Colombia por si sola también empieza a desinflarse, como lo ratifica el desplome de la producción y ventas del sector industrial en el mes de mayo en 4,29%, frente al mismo mes del año pasado, según el DANE, y el aumento de empresas admitidas por la Supersociedades para su liquidación en el primer semestre y que ya superan el número admitido durante todo 2007.
Tan funesto resultado será considerado por el Banco de la República al momento de decidir la próxima semana sobre sus tasas de interés, abriendo una pausa en su restrictiva política monetaria ya que, al igual que en E.U., aunque la inflación es un problema muy grave, no es el más importante.
Dudo que el precio del petróleo vuelva a superar los US$ 140 por barril en el corto plazo, ya que, como lo habíamos mencionado antes, la recesión mundial ha inducido un cambio estructural en los hábitos energéticos del consumidor que contrarrestará el aumento de consumidores en los países emergentes.
Por lo anterior, hay que ser menos eufórico con la acción de Ecopetrol, la cual no podrá aislarse del enfriamiento de nuestra propia economía, que no hace cómodo tener acciones debido a la presión bajista que ejercen sobre ese activo las altas tasas de interés y la devaluación que encarece el dólar para nuestras empresas, haciéndolas menos atractivas frente a las gangas en el mercado gringo y ejerciendo presión alcista sobre el dólar, que ya superó los $ 1.800 esta semana.
Ojalá la crítica situación de la industria colombiana en mayo no se vuelva crónica y no provoque caras largas en nuestras propias autoridades económicas.