A los norteamericanos les preocupa su agenda interna y, en particular, el empleo en su país, en época de recesión. Por esa razón, últimamente Bush apela a los argumentos económicos ante la falla de los políticos, tratando de mostrar que el tratado fortalecerá las exportaciones de E.U.
Después de noviembre, la nueva administración revisará el Tratado en su actual versión. De cualquier modo, de no aprobarse el TLC, lo más posible es que se prorroguen las medidas del Atpdea. Puede existir libre comercio sin necesidad de tratados; basta ver a los chinos.
Responde César Ferrari. Director Maestría de Economía, Universidad Javeriana y Consultor de Naciones Unidas.
Por El Espectador
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