Publicidad

La “pesificación”

La revaluación hace mucho daño a los exportadores y a los empresarios locales, cuyos productos compiten contra lo s bienes importados. Perjudica, además, a los que tienen ahorros en dólares. Pero la apreciación del peso también genera algunos beneficios. Como por ejemplo el abaratamiento en pesos colombianos de las deudas en dólares.

Mauricio Rodríguez Múnera
26 de mayo de 2008 - 09:54 a. m.

Para aprovechar ese efecto positivo de la revaluación, en buena hora el Ministerio de Hacienda ha decidido comenzar a “pesificar” la deuda externa pública del país. En términos sencillos, lo que esto quiere decir es que el Gobierno busca convertir una deuda en dólares en una deuda en pesos. En el argot financiero internacional esto se conoce como un “swap”. Lo que pretende dicha operación es aprovechar que los dólares están muy baratos, convirtiendo un flujo futuro de pago de intereses y capital en dólares por un flujo en pesos.

El monto total potencial de la “pesificación” podría alcanzar los 20 mil millones de dólares, que es el valor actual de la deuda pública externa. La dirección de Crédito Público ha iniciado este proceso con 2 mil millones de dólares, de los cuales ya se ejecutaron “swaps” hace pocos días por 100 millones de dólares.

Esta iniciativa oficial ha sido obviamente bien recibida por las calificadoras internacionales de riesgo porque disminuye la vulnerabilidad de la economía nacional frente al riesgo cambiario y al de la futura disponibilidad de financiamiento externo. Y en el mercado interno de divisas los agentes han interpretado correctamente esa decisión como una señal de que el dólar posiblemente está tocando fondo. Esto lo confirma el hecho de que en las últimas tres semanas, desde que se anunció la “pesificación”, no ha habido más revaluación.

En materia de pronósticos cambiarios es muy difícil acertar, pero indicadores como la relación déficit en cuenta corriente/ PIB –que es del 3,%— y el leve fortalecimiento reciente del dólar frente al euro, hacen creer que probablemente el peso comenzará a depreciarse lentamente en los próximos meses. No se puede garantizar que ha llegado el fin de los dólares baratos, pero es sensato apostar a que su nivel actual es el piso de la tasa de cambio.

Por estas razones tiene sentido la conversión a pesos de las obligaciones financieras públicas denominadas en dólares. Los empresarios privados deberían imitar el ejemplo del Ministerio de Hacienda y tomar ventaja del muy bajo precio del dólar haciendo “swaps” que les pueden producir enormes ahorros.

Por Mauricio Rodríguez Múnera

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar