Todas las mañanas son millones los hogares de Colombia donde Alpina está presente a la hora del desayuno, con alguna de sus 471 referencias.
Compartimos ese momento con Julián Jaramillo, presidente de la compañía colombiana de lácteos, la misma que diariamente compra un millón de litros de leche, que tiene operación en 29 países y que el año pasado vendió $944.370 millones.
¿Cómo ve el momento de la economía del país?
Hay motivos de preocupación, por la desaceleración. Pero hay que mirar el tema en perspectiva, el año pasado crecimos cerca del 8%. Si este año logramos crecer por encima del 5% es una buena noticia, que en este sector se ve muy factible. Para la industria no es fácil expandir su capacidad al ritmo que estuvo creciendo el mercado hace un año. La compañía viene de crecimientos de 25% el año pasado, en 2006 20% y en 2005 18%. Para este año proyectamos 18%, que es bueno y además nos permite adecuar mejor la organización.
¿Qué le preocupa?
La inflación, en especial de los alimentos desde 2006 a nivel mundial, por cambios en la demanda de alimentos de China e India, que incorporaron en su consumo proteína láctea, que causaron desbalances en la demanda. En Colombia no sentimos tanto el impacto, porque de alguna manera nos protegió la tasa de cambio. Además, el Banco de la República tomó medidas a tiempo.
¿Y la reducción en el consumo?
También inquieta. La hemos sentido, en especial en zonas como Antioquia, porque se ha afectado por las industrias de confecciones, y el Viejo Caldas porque las divisas que llegan del exterior han perdido valor.
¿Qué ha sucedido en el exterior?
En Venezuela, el consumo sigue creciendo, parece el sueño dorado del consumo masivo, la gente tiene poder adquisitivo. La pregunta es: ¿será sostenible en el tiempo? Aunque el gobierno viene estimulando la producción interna. La inquietud está por el lado de la inflación.
En Venezuela el gobierno expropia empresas ¿siente temor?
Se ha enfocado más en sectores estratégicos. Nosotros no hemos sentido nada en nuestro sector. Hemos recibido del gobierno seguridad para nuestras inversiones. El año pasado crecimos en Venezuela 40% y vendimos US$65 millones, hubiera sido más, porque tuvimos problemas de abastecimiento en nuestra planta, incluso porque los proveedores no dan abasto por la fuerza de la demanda.
¿Qué pasa en Ecuador?
Tenemos planta y los crecimientos también han sido grandes. En 2002 vendimos US$2,5 millones y este año esperamos cerrar con más de US$40 millones. Productos como avena y regeneris tienen muy buena aceptación, así como los quesos.
Siguiendo el recorrido por los mercados del exterior, ¿en qué van los esfuerzos en Estados Unidos?
Hace un tiempo le escuché a alguien que “ese mercado es un elefante que hay que comerse a tajadas”. Lo estamos abordando con exportaciones desde Colombia, enfocados en la comunidad latina, en la zona de Nueva York, New Jersey y Connecticut y en la Florida, donde Alpina está en más de 300 tiendas Publix y 50 WinnDixie y en Wal Mart. Básicamente con avena, arequipe, yogures y compotas para bebés.
¿Y el mercado anglosajón?
Desde 2006 estamos estudiando una adquisición y tomamos una consultoría de estrategia de mercadeo para analizar las posibilidades, para entender el perfil y estructurar la estrategia de introducción al mercado. Para finales de este año esperamos concretar alguna propuesta de adquisición, que no necesariamente sería con la marca Alpina, nos interesa introducir nuestro concepto de alimentación, producto de una compañía tremendamente innovadora.
¿Cuántos productos nuevos lanza Alpina al año?
En 2005 fueron 40, al año siguiente 37 y el pasado 33. Además, 70% de los productos son exitosos. Hoy tenemos en desarrollo 206 proyectos, que se deben traducir en lanzamientos para los próximos tres o cuatro años. Alpina sólo desarrolla productos con materias primas naturales, lo que hace más complejo el desarrollo.
¿Cuánto invierte Alpina en investigación y desarrollo?
Al inicio de la década era 1,5% de las ventas, en la actualidad estamos en 2,7% y debemos llegar al 4 o 5%, como lo hacen las grandes compañías multinacionales.
En este momento, en el país hay una sobreoferta de leche.
Cierto, pero ocurre siempre en dos épocas del año, pero en los meses de junio y julio llovió más de lo esperado y hubo más producción, no necesariamente de sólidos, sino de leche. Los componentes de sólidos en la leche son del 12%, normalmente, que en temporadas de lluvias bajan al 10,5%, entonces la leche tiene más agua. Coincide con las vacaciones escolares, donde baja la demanda. En Alpina aprovechamos estos momentos para aumentar la producción de leche en polvo e incrementar la producción de quesos para fin de año.
¿En qué van las diferencias con Danone?
Bienvenida la competencia. Más si es una compañía que invierte en la categoría y dinamiza el crecimiento, como ha ocurrido. Los productos que Alpina tiene en competencia con Danone son los que han mostrado mayores crecimientos, entre 40 y 50%, en relación con el año pasado.
¿Y los procesos legales instaurados por Danone?
Siguen su curso. Somos optimistas en que todo va a salir bien, aunque toman años. Hay diferencias sobre algunas piezas publicitarias. Hay convergencia en el tipo de comunicaciones. Por ejemplo, ¿cómo se va a hablar de un detergente de cualquier marca, sin referirse a la ropa y al lavado? Con nuestros productos y los de la competencia pasa lo mismo.
¿Cómo se van a financiar los proyectos de crecimiento de la compañía?
El segundo semestre vamos a hacer una emisión de bonos, tenemos autorizados por la junta hasta $400 mil millones, que se hará de manera progresiva este año y el entrante, de acuerdo con las necesidades. Estamos construyendo una planta de alta tecnología, en Entrerríos, Antioquia, que requerirá inversiones de $150 mil millones, tenemos planeada otra nueva planta, posiblemente en Barranquilla, por más de $100 mil millones.
Alpina ha incursionado en el segmento de alimentación para bebés, ¿cómo le ha ido?
La compañía tiene un compromiso con la calidad de vida del consumidor, en nutrición saludable, desde que nace. Lanzamos la línea en 2003, en una categoría donde hay competidores fuertes: Heinz, Fruco, la marca tradicional de las compotas de los colombianos. Hoy, en compotas en supermercados, somos los primeros y en tiendas tradicionales somos segundos, muy cerca del primero.
Tenemos también postres y yogures para bebés y queremos completar el portafolio con nuevos lanzamientos. Pronto entrará en operación una planta especializada en la categoría, en Chinchiná, Caldas. Queremos estar presentes en todos los momentos del desarrollo de la persona y ofrecer calidad de vida a través de la alimentación.