Tras unos meses en los que el peligro de recesión era inminente, el Comité de Mercado Abierto reconoció, en un comunicado, que la “actividad económica se expandió en el segundo trimestre”, y lo atribuyó, en parte, al crecimiento del gasto de los consumidores y las exportaciones.
Pero “los mercados laborales se han debilitado y los mercados financieros continúan bajo tensiones considerables”, añadió.
La decisión, esperada por los mercados, no fue unánime. Uno de los miembros de la junta de gobernadores de la Reserva, Richard Fisher, votó en contra y propuso que se hiciera ahora un aumento en la tasa de interés que se ha mantenido sin cambios desde abril.
Pero el banco central ha preferido no elevar las tasas de interés, pese a los peligros de la inflación, para no dañar el crecimiento económico. Asimismo, la Reserva apuntó que “la inflación ha sido elevada, alentada por los incrementos en los precios de la energía”.