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La India, un mundo de oportunidades

Las artesanías en ese país son una alternativa de divisas, que entre 2007 y 2008 generó US$3.481 millones en exportaciones. Reúnen la riqueza cultural de una nación milenaria.

Luis Fernando Gutiérrez*
12 de abril de 2009 - 11:00 p. m.

Pocos países como la India ofrecen tanta diversidad y en campos tan distintos. Es una nación que encanta por su pujanza y riqueza cultural, que la hacen única. Combina una profunda autenticidad atada a costumbres religiosas ancestrales que se conservan, con un crecimiento económico que es envidia en el mundo. Durante los últimos cinco años ha registrado crecimientos promedio superiores a 8%.

Recorrer las calles de Nueva Delhi, la capital, es adentrarse en un microcosmos que parece el guión de una película, con 17 millones de actores. Reúne el orden urbanístico que quisieron darle los ingleses, con el sabor fascinante de lo auténtico.

En ese escenario se desarrolla una interminable red de microempresas sobre la cual se ha soportado el crecimiento del país. En especial se destaca el sector textil, el cual está lleno de la riqueza cultural del la India. Por ello, hasta allí llegó el diseñador colombiano Hernán Zajar y una comitiva de empresarios colombianos de la moda. Luego de recorrer por cerca de una hora las intrincadas calles de Delhi, donde el vehículo en que se movilizaban se tenía que pelear un espacio con mototaxis, taxis y hasta con un elefante, llegaron a Disha Creations, una pequeña empresa que produce telas, lencería y artículos de decoración, los cuales exporta a los más lujosos hoteles de europa y Estados Unidos.

Se trata de una microempresa de 70 trabajadores donde unas mujeres sentadas en el piso, sobre una manta, y luciendo sus trajes típicos, el sari, daban los últimos toques a una fina tela con elaborados bordados, que seguramente se lucirá como sábana en uno de los exclusivos hoteles que son clientes de Disha Creations.

Es una industria en la cual, como sucede en muchas de la India, conviven varios siglos de manera simultánea: la tradición centenaria en el trabajo de las telas, la línea de producción de los comienzos de la era industrial y la tecnología informática del siglo XXI, marcada por los computadores que interpretan y elaboran los patrones de talas y adornos que desean los clientes.

Gita Chopra, una diseñadora con especialización en mercadeo, directora y creadora de la compañía, cuenta el inicio del proyecto: “Esta empresa comenzó hace 10 años cuando advertimos que la demanda por telas y elementos de decoración sofisticados crecía y que la India tenía alto potencial en este campo, por la calidad y belleza de los trabajos”. El valor agregado que ésta le da a sus productos es el diseño inspirado en las tradiciones indias y la calidad.

Hoy la compañía exporta aproximadamente el 50% de su producción, cerca de US$10 millones al año a mercados sofisticados del Medio Oriente, Europa Occidental y Estados Unidos.

Una feria de riqueza

Este tipo de experiencias empresariales se reunió en la Feria de Promoción de Artesanías y Obsequios de la India, cuya versión de primavera se realizó hace unos días en Nueva Delhi.

Estuvimos allí, en compañía del embajador de Colombia en la India, Juan Alfredo Pinto, quien destacó que “los dos países tienen amplio potencial para el desarrollo de pequeñas y medianas empresas, en nichos como los textiles, donde las compañías colombianas han adquirido altos niveles de competitividad mundial”.

Y es que la milenaria riqueza cultural de la India se traduce en la belleza de una multiplicidad de artículos textiles, de hierro y materiales forjados, vidrio y madera, entre otros, que desde 1994 se reúnen en la feria más grande e importante del Sudeste Asiático en temas artesanales.

Su crecimiento se debe a los esfuerzos del Consejo para la Promoción de Exportación de Artesanías, bajo la orientación del Ministerio de Textiles. Se trata de una ventana a través de la cual los cerca de 2.000 expositores atienden citas de negocios en un área de 80 mil metros cuadrados, en el Expo Centre & Mart, ubicado en la localidad de Greater Noida, a las afueras de Delhi.

Recorrer la feria fue otra experiencia. La atención de los visitantes se dispersaba entre artículos de metal, vidrio, madera, mármol, textiles estampados e imitación de joyas, que a decir de los organizadores reúnen una muestra de varias regiones del país y que según ellos tienen potencial exportador. Incluso, son objeto de capacitación con el propósito de hacerlos más competitivos a nivel internacional.

La idea es que las pequeñas y medianas empresas de artesanías crezcan y se incorporen a un sector manufacturero creciente.

India se desarrolla para llegar a ser un centro de producción mundial. Por ello, grandes empresas multinacionales están reconociendo el potencial del país en el diseño de productos, impulsado por una alta dosis de creatividad, calidad y la capacidad de generar valor agregado.

Pero si se mira en dirección contraria, los ojos de los colombianos se deben dirigir con mayor atención a un país con más de 1.200 millones de habitantes, de los cuales cerca de 300 millones son consumidores frecuentes, pero con un potencial alto de gran crecimiento.

El embajador de Colombia en India ofrece un dato que dimensiona el potencial que ofrece ese país. Todos los años se incorporan a esa creciente masa de consumidores cerca de 23 millones, de lo que en este país podríamos llamar de estratos 1 y 2.

El recorrido por la feria de artesanías termina con los bolsillos llenos de tarjetas y notas sobre las posibilidades que se abren para las dos naciones.

 *Invitado por la Embajada de la India en Colombia.

Por Luis Fernando Gutiérrez*

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