Después de tres años, el Congreso aprobó la reforma financiera, que tiene más de seguridad social que de financiera.
Entre los aspectos más relevantes que se aprobaron está la posibilidad de que a través de los Multifondos, los ahorradores de los fondos de pensiones puedan tener tres alternativas, de acuerdo con los momentos de vida de las personas. Así, los más jóvenes podrán acceder a portafolios de inversión con más riesgo y mayor rentabilidad, mientras quienes están cerca de pensionarse podrán ahorrar en portafolios más seguros, pero con menos rentabilidades.
De esta manera se rompe con la simetría que castigaba el riesgo y le impedía a algunos perfiles de ahorradores acceder a mayores beneficios.
Otro punto de seguridad social que incorporó la reforma es el que tiene relación con los Beneficios Económicos Periódicos. Les permiten a cerca de ocho millones de colombianos, con ingresos inferiores a un salario mínimo, poder ahorrar y tener recursos periódicos en la vejez. Hoy, algunas personas de la tercera edad de escasos recursos solo tienen acceso a recursos con programas del gobierno. También se prohibió el cobro de los talonarios de las cuentas de ahorro a los pensionados.
Pero el punto que genera más controversia es el del defensor del cliente. En lo aprobado por el Congreso, pasa a ser un funcionario nombrado por la Superintendencia Financiera. Podría ser inconveniente que el defensor forme parte del ente de control y que su nombramiento tenga un sesgo político.
La presidenta de Asobancaria, María Mercedes Cuéllar, ha dicho que a la entidad de control no le será fácil evaluar el desempeño de los funcionarios que ella misma nombra como defensores.
Para el senador liberal Camilo Sánchez, ponente de la reforma, “lo aprobado es un esperpento que se ocupa más de la forma que del fondo. No tiene capítulo de lavado de activos, ni posee profundidad en el tema más importante, que es el hipotecario, donde se inició la crisis financiera internacional en Estados Unidos”.
Tampoco se incluyeron aspectos como ponerle techo a los costos de los servicios financieros, un aspecto en el cual estuvieron de acuerdo parlamentarios de la oposición y de la coalición de gobierno. Se dejó pasar una oportunidad sobre un tema que afecta a más de 15,7 millones de colombianos que tienen, por lo menos, un producto financiero.
Entre las novedades que se incluyeron en el Congreso están la posibilidad para que quienes están en le negocio informal de cambio de divisas se formalicen con la figura de corresponsales cambiarios y haya más control de esta actividad. A la reforma le falta la conciliación entre Cámara y Senado.