La larga polémica por los altos impuestos a la entrada del banano de los países latinoamericanos a la Unión Europea (UE) terminó el martes luego de 16 años, gracias a un acuerdo de reducción arancelaria firmado en la sede de la Organización Mundial de Comercio, en Ginebra (Suiza).
El convenio, que puso fin a la llamada “Guerra del banano”, se dio alrededor de una disminución gradual de los aranceles desde el nivel actual, 176 euros por tonelada, a 148 de manera inmediata y posteriormente a 114, en un período de ocho años.
Como contraprestación se retirarán las demandas que varios países, incluidos Colombia y Estados Unidos, habían instaurado ante la OMC por el que consideraban trato discriminatorio, teniendo en cuenta el cobro de arancel cero para la fruta proveniente de países de África, Asia Pacífico y del Caribe (antiguas colonias europeas), conocidos como ACP.
Como compensación, los productores más pobres en los países ACP, que se oponían al acuerdo, recibirán 200 millones de euros para mitigar el impacto que el acuerdo pueda tener en el trato preferencial que reciben.
La participación de EE.UU. se entiende porque grandes empresas comercializadoras de la fruta, como Chiquita, Del Monte y Dole son jugadoras importantes en el negocio.
Para el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Guillermo Plata, con la noticia se destraban las negociaciones que están por terminar entre Colombia y la UE para un acuerdo comercial y “esperamos tener la reunión de cierre a medidos de enero”. Incluso, en la negociación se planteará una nueva reducción del arancel a 75 euros por tonelada.
En el último año, Colombia exportó a la Unión Europea 1,1 millones de toneladas de banano, por 800 millones de euros. Y con el acuerdo se beneficiarán 69 mil trabajadores que tienen vinculación directa con los productores en el país.
Por su parte, Roberto Hoyos, presidente de la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura), consideró que “se trata de un triunfo que le puso fin a una disputa de muchos años”.
Tras el paso que se dio ayer, el convenio deberá ser tratado por el Consejo Europeo para su aprobación antes de poder ser firmado de nuevo por todas las partes. Posteriormente, el Parlamento Europeo lo ratificará y, una vez haya acabado ese proceso, entrará en vigencia la nueva línea arancelaria “bananas” en el seno de la OMC.