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De la euforia a la moderación

Las medidas de los países emergentes allanaron, especialmente en América Latina, el camino hacia la recuperación. Ahora, los gobiernos le apuntan a medidas para depreciar sus monedas.

Joaquín Vial*
14 de febrero de 2010 - 08:59 p. m.

En la segunda mitad del año pasado los mercados financieros vivieron algo muy parecido a la euforia con los países emergentes. En ellos, la recuperación se consolidaba empujada inicialmente por estímulos fiscales y monetarios inéditos a la vez que la inflación bajaba facilitando la tarea de las autoridades. Esto generó un círculo virtuoso en el que la mayor confianza se reflejaba en caídas de primas de riesgo, mayores flujos de capitales, apreciación de las monedas y fuertes aumentos en los precios de activos, todo lo cual terminó inyectando la confianza que necesitaba el sector privado para volver a gastar.

Es así como en la segunda mitad de 2009, Brasil, Perú, Chile y Colombia comenzaron a dar claras señales de reactivación. Si bien Argentina permanecía aislada de los mercados financieros internacionales, la recuperación de los precios de materias primas y la vuelta a la tranquilidad en los mercados también estaban impulsando una reactivación.

Poco a poco, a medida que pasaban los meses, la preocupación comenzó a desplazarse desde los temores por la recesión a la tensión entre una eventual normalización de las tasas de interés y la presión sobre las monedas por las fuertes entradas de capitales desde el exterior. En los últimos meses del año los bancos centrales de Brasil, Perú y Argentina comenzaron a acumular reservas internacionales para evitar una apreciación excesiva de sus monedas, mientras en Chile el gobierno abrió la posibilidad de financiar su déficit recurriendo al endeudamiento interno, para no presionar al mercado cambiario al liquidar parte de sus cuantiosos ahorros en el exterior.

Sin embargo, los propios mercados se han encargado de ir resolviendo estas tensiones. A medida que los precios de acciones volvían a los niveles previos a la crisis y los mercados de deuda comenzaban a anticipar alzas en las tasas de interés oficiales en 2010, los flujos de capitales desde el exterior comenzaron a menguar.

Por otra parte, en el último tiempo también hubo una ligera corrección al alza de las primas de riesgo de la región, coincidiendo con temores sobre la fortaleza del crecimiento en China y una incipiente corrección en los precios de materias primas.

Todos estos factores apuntan a que la euforia está dando paso a la moderación. De hecho, en las últimas semanas prácticamente todos los bancos centrales de la región han dejado de intervenir para frenar la apreciación. Y las monedas se han depreciado, especialmente en Brasil y Chile.

En este contexto las autoridades han ganado espacio de maniobra para hacer los ajustes que estimen necesarios en su política monetaria, sin tener que preocuparse por presiones excesivas sobre el tipo de cambio y la competitividad, lo que apunta a que podrán actuar a tiempo para prevenir desequilibrios que pueden poner en tela de juicio la continuidad de la recuperación en el mediano plazo.

* Economista Jefe de América del Sur. Servicio de Estudios, grupo BBVA

Por Joaquín Vial*

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