El argumento del egoísmo y la avaricia de los individuos y la falta de ética se ha puesto en la palestra como el causante de ésta. La recomendación que ha surgido a partir del diagnóstico anterior es que la regulación del Estado se debe endurecer para minimizar futuros comportamientos oportunistas de los agentes del mercado.
Hay visiones alternativas sobre las causas de la crisis. Tienen que ver con la incertidumbre que enfrentan los agentes económicos respecto a lo que sucederá en el futuro. Las percepciones son distintas cuando se está en auge —se percibe un menor riesgo— a cuando se está en recesión —se percibe un mayor riesgo—. De otra parte, la ciencia económica ha puesto de relieve los problemas de información asimétrica, selección adversa, riesgo moral y problemas de agencia —es distinto el interés del administrador que el de los accionistas— que existen en el funcionamiento de los mercados.
Estos problemas tienen un impacto notorio sobre todo en el sistema financiero. La ciencia económica y las finanzas han hecho grandes esfuerzos por construir instrumentos que ayuden a minimizar la incertidumbre, valorar mejor los riesgos y tomar acciones para manejarlos. Igualmente, se han desarrollado modelos para entender mejor los problemas de selección adversa, riesgo moral e información asimétrica.
Las regulación más que endurecerse para coartar los desarrollos creativos con el fin de manejar todos estos problemas, por el contrario, debería propiciar comportamientos de los agentes que generen confianza y por ende faciliten la generación de más riqueza.
En síntesis, el capitalismo no se va a acabar todavía, le quedan muchísimos años de vida. El auge volverá y posiblemente aparecerán nuevas burbujas, que generarán nuevas crisis, pero la tendencia seguirá siendo la generación de más riqueza per cápita. Otro cantar es el de su distribución.
*Director del Crece