Publicidad

De hegemonías y minorías políticas

El resultado estaba definido desde la primera vuelta.

Jorge Iván Cuervo R.
21 de junio de 2010 - 10:53 p. m.

En segunda, se jugaba otra cosa: la recomposición política de Colombia en los próximos ocho años. Juan Manuel Santos jugó a la estrategia de alianzas y sumó los votos provenientes de Cambio Radical, los conservadores y los liberales de derecha, obteniendo un mandato de continuar con las políticas de seguridad que hereda del gobierno de Uribe, y a terminar la polarización política y la tensión institucional que se inició con la primera reelección. Su fórmula de unidad nacional parece ser una respuesta en esa dirección.

Ahora bien, esa fuerza política mayoritaria constituye un enorme desafío democrático para el país, especialmente para la supervivencia de las minorías políticas encabezadas por el naciente Partido Verde y el Polo Democrático. Dicha coalición se debatirá entre la exigencia que hará el sector más fiel al uribismo de blindar al gobierno saliente a cualquier juicio de responsabilidades, que supone la imposibilidad de juicios políticos debido a las mayorías absolutas en el Congreso, y la propuesta de trasladar la Fiscalía al Ejecutivo.

Pero también, otro sector de la coalición presionará sobre la necesidad de restablecer la armonía política e institucional como señal de un mejor posicionamiento de Colombia ante el escenario regional y el mundo. Es en ese contexto donde debe surgir Santos el político, el equilibrista, para no quedar preso de esas tensiones y dilapidar un amplio margen de gobernabilidad que se refleja en los más de nueve millones de votos.

El Partido Verde le apostó a la coherencia y a la disciplina partidista, y en cierto sentido también fue una estrategia ganadora. Tres millones quinientos mil votos de opinión no son poca cosa. Deberá aprender de los errores, entender que no basta la indignación ética en Colombia para ganar elecciones, que es necesario construir un proyecto político. Su gran escenario serán las elecciones locales del próximo año, donde deberán demostrar que el modelo de gestión de los ex alcaldes se puede replicar a nivel nacional. La necesidad de una fuerza política independiente, crítica, que mejore la calidad de la democracia y del debate político es algo que necesita Colombia.

Los partidos tradicionales tendrán que entender que el sistema de partidos en Colombia ya no es más bipartidista, y que es necesaria una urgente modernización de su agenda programática y de los liderazgos regionales y nacionales. La izquierda, por su parte, se tiene que preparar para ser una alternativa de gobierno y no la consabida oposición. El susto que sufrió el establecimiento político por cuenta de la ola verde fue asimilado rápidamente, y la reacción consolidó una hegemonía política, incluso superior al uribismo. Era previsible, no se podían dejar sacar del poder así como así, y los errores de comunicación política y de organización de los verdes, les facilitó la tarea. Al final todos contentos, era necesario cambiar, para que todo siguiera igual.

Por Jorge Iván Cuervo R.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar