El presidente Álvaro Uribe Vélez solicitó este miércoles a la comunidad internacional sancionar el consumo de drogas ilícitas, al expresar que hoy este flagelo actúa como combustible para el terrorismo. “Colombia aún sufre violencia porque tienen drogas ilícitas”, resaltó el Primer Mandatario al argumentar que es más difícil prevenir y rehabilitar mientras exista un crecimiento geométrico del consumo derivado de la permisividad.
Al intervenir el miércoles en el 63° Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, el presidente Uribe Vélez insistió en que hablar de responsabilidad compartida en el tema de la lucha contra el narcotráfico significa que el mundo ataque por igual la producción, el consumo, el lavado de activos y los precursores químicos. Y resaltó: “Quien compra una dosis personal de drogas ilícitas ayuda a explotar un carro bomba en Colombia y a destruir cuatro árboles de nuestra selva amazónica”.
El Primer Mandatario insistió en que hoy Colombia persiste en su lucha por la confianza de los ciudadanos para vivir, trabajar, emprender, estudiar y ser feliz en la patria. Una confianza, según Uribe, “sustentada en la seguridad democrática, la seguridad a la inversión con responsabilidad social y la construcción de cohesión social”. Un objetivo que en su opinión cada día está más cercano de alcanzar, pues los delitos contra la seguridad ciudadana siguen en disminución.
Tras hacer una evaluación estadística sobre los resultados en materia de seguridad, el presidente Uribe Vélez aseguró que de un número aproximado de 60.000 terroristas que afectaban a Colombia al inicio de su gestión administrativa, “48.000 han abandonado sus organizaciones criminales y han formado parte del programa de reinserción que es un gran reto de Colombia. En 2008 se habían desmovilizado 2.436 guerrilleros, de ellos 2.147 de las Farc”.
“Hemos recuperado el monopolio de las armas del Estado y de la justicia oficial; los ciudadanos han perdido el miedo a denunciar, a testimoniar y a cooperar con las Fuerzas Armadas y con la justicia; y las víctimas, que han dejado atrás el temor, hoy aparecen a reclamar sus derechos”, insistió el Presidente de la República, quien dedicó algunas frases de su discurso a resaltar el éxito logrado con la liberación de la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt. Sobre el particular, Uribe Vélez señaló:
“Hace un año miraba esta Asamblea con la frustración de no haber podido rescatar a Íngrid Betancourt y a sus compañeros de cautiverio. Hoy, gracias al heroísmo, la planeación y la eficacia incruenta de nuestros soldados, ella es símbolo de la
libertad, de esa libertad que reivindicamos para liberar a quienes permanecen secuestrados y para acabar con ese penoso crimen en nuestra patria”.
En cuanto a otros temas complementarios a su política de seguridad democrática, durante su intervención ante la Asamblea de las Naciones Unidas, el presidente Uribe Vélez manifestó que la cohesión social es el validador de la seguridad y que en acatamiento a este principio el cumplimiento de las metas del milenio, fijadas para el año 2015, constituye una urgencia nacional. En ese sentido, el Presidente sostuvo que Colombia está muy cerca de cumplir la meta de un máximo de 3% de menores de 5 años en estado de desnutrición.
El jefe del Estado agregó que a pesar de las dificultades propias de la economía, hoy se mantiene igual la determinación para cumplir con las metas sociales trazadas por el Ejecutivo, a través de programas tales como Familias en Acción, Banca de Oportunidades o la Red Juntos, que concentran herramientas sociales para el universo más pobre. Según el Presidente, estos objetivos se apoyan en metas en nutrición infantil, cobertura educativa, formación vocacional, aseguramiento en salud y buena administración de recursos sociales.
Finalmente, el presidente Uribe dedicó importantes momentos de su intervención para referirse a la problemática del medio ambiente. En tal sentido, resaltó como importantes programas ambientales la construcción de sistemas de transporte masivo en nueve ciudades, la vinculación de 66.000 familias rurales como guardabosques, el cuidado de 257 zonas naturales protegidas y la implementación de proyectos de acueducto en 32 departamentos y 1.102 municipios.
“Colombia tiene 578.000 kilómetros cuadrados de selva y 43 millones de hectáreas de sabanas. No permitiremos tocar la selva, cuidarla es nuestra principal contribución en la lucha contra el calentamiento global”, concluyó el primer mandatario, quien resaltó su interés por desarrollar una gran industria de biocombustibles que generen empleo de buena calidad, incrementen los ingresos y sean una alternativa al cultivo de coca que alimenta al terrorismo.