De manera insólita e inesperada, los 166 representantes a la Cámara se quedaron sin servicio de celular esta semana, debido a una millonaria cuenta no pagada en la empresa operadora Comcel, que decidió cortar los teléfonos móviles de los honorables legisladores, como a cualquier grupo de parroquianos.
Ante esta situación, el presidente de la Corporación, representante Germán Varón Cotrino, anunció una “exhaustiva investigación” para determinar de quién fue la culpa, ya que algunos de los asesores del congresista no descartan que se haya tratado de un “saboteo” a su gestión.
Y claro, fueron varios los representantes que se quejaron porque la falta de teléfono móvil les atrasó el trabajo, ya que no pudieron estar en comunicación con sus oficinas. Incluso, algunos de ellos, en medio de risas, aseguraron que en más de una ocasión se vieron obligados a comprar minutos en la calle.
Varón le contó a El Espectador que la explicación que da la Dirección Administrativa de la Cámara es que, por error, el pago de la cuenta se atrasó dos días. Al ser consultada, la jefa de esa área, Judy Velásquez, se negó a dar declaraciones.
El problema es que este no es el único lío administrativo que afronta la Cámara de Representantes. Por los pasillos del Congreso se escuchan fuertes críticas porque no hay vehículos para los representantes ni papel para las fotocopiadoras.
Wilson Borja, congresista del Polo Democrático, dijo que los errores se deben a que están cambiando al jefe de la oficina de Servicios Generales. “Llevo dos semanas sin carro blindado y el que tengo permanece al frente de mi casa varado”, indicó. Borja, al igual que la representante Lucero Cortés, coinciden en que, en ocasiones, les ha tocado movilizarse “hasta en taxi”, violando todas las reglas de seguridad.
“En la Comisión de Acusaciones no hay papel para fax, ni tampoco una copiadora, y el mantenimiento de los vehículos blindados es nulo”, expresó Cortes. De todos modos, mientras se investiga la situación, parlamentarios le solicitaron al presidente de la Cámara sanciones drásticas a los responsables de los líos administrativos para que la situación no se vuelva a repetir. Y no faltó quien propusiera que ellos mismos pagaran las cuentas de sus celulares, una idea que no cayó muy bien.