El próximo domingo 27 de septiembre el panorama político de Colombia cambiará. Ese día, el Partido Liberal y el Polo Democrático realizarán consultas internas para escoger candidato único a la Presidencia de la República en 2010, elecciones que de una u otra manera servirán de termómetro para que los dos principales movimientos de oposición al gobierno del presidente Uribe midan sus niveles de aceptación ante la ciudadanía y escojan el camino a seguir en el inmediato futuro.
En el caso del liberalismo, son siete los precandidatos que pulsan por la nominación: Cecilia López, Rafael Pardo, Héctor Helí Rojas, Alfonso Gómez Méndez, Aníbal Gaviria, Iván Marulanda y Alfonso López Caballero. Aunque a simple vista se podría decir que tienen la misma esencia ideológica y política, la realidad habla de un pulso entre dos vertientes en el interior de la Casa Roja: la del ex presidente y jefe de la colectividad, César Gaviria, y la del también ex presidente Ernesto Samper. Y que es bien conocido y visible que el primero apoya a Pardo y el segundo a Gómez Méndez.
Es claro que lo que el Partido Liberal se juega el próximo domingo será la opción entre dos sectores que son como el agua y el aceite. Yendo más al fondo del asunto, para nadie es un secreto que César Gaviria se ha convertido en el gran líder de la oposición al presidente Uribe, hasta el punto de que en los mentideros políticos se sigue hablando de sus “ganas” de lanzarse como candidato. Por su parte, Ernesto Samper casi que pugna por su “resurrección” política, además de que nunca ha sido considerado como alguien radicalmente antagónico al Jefe de Estado. Por algo estuvo a punto de irse como su embajador en Francia.
En medio de ese pulso están los otros cinco precandidatos, cuya apuesta fundamental consiste, dicen casi al unísono, en derrotar esas “maquinarias” gaviristas y samperistas. A la cabeza de esta tendencia aparentemente minoritaria se encuentra el ex gobernador de Antioquia Aníbal Gaviria, quien alza la bandera de la renovación y de darles paso a las nuevas generaciones porque “ya estuvimos bien de ex presidentes, ya tuvieron su oportunidad y el país quiere un partido nuevo que en verdad encarne los principios liberales y que más que oposición al gobierno Uribe haga propuestas para superar la pobreza y la violencia”.
Ya en lo que tiene que ver con el aspecto meramente estadístico, la colectividad roja apuesta por sacar una alta votación (2’000.0000 mínimo) que le permita obtener una posición fuerte de cara a una consulta interpartidista con otros movimientos afines —léase el Cambio Radical de Germán Vargas Lleras—. De allí la estrategia de juntar la consulta presidencial con la elección de directorios locales y departamentales, así como con autoridades juveniles, además de permitir el voto de menores entre 14 y 17 años. El objetivo es que esa fuerza, llamada de la base, arrastre esa alta votación y así mostrar un rostro de victoria ante el país.
Las ‘cuitas’ del Polo
Si por los lados del Partido Liberal llueve, en el Polo Democrático se puede decir que no escampa. Es claro que a estas alturas del debate, con Lucho Garzón por fuera, la constante inconformidad de dos de sus tres precandidatos: Gustavo Petro y Edison Lucio Torres, por lo que dicen es la falta de garantías y la mayoría de altos dirigentes del Partido, que otros llaman “maquinaria”, jugando a favor de Carlos Gaviria, ya no se puede hablar de “unidad”. Esta situación podría atentar contra el objetivo de sacar entre 800.000 y 1’000.000 de votos.
Curiosamente, el debate electoral de las “primarias” del Polo significa también una puja entre dos tendencias que hoy se encuentran en choque: la de Gaviria, que plantea ir con candidato único hasta el final, en solitario y cerrados a la posibilidad de establecer alianzas con otras fuerzas partidistas. Una postura que es calificada por Petro —que encarna la otra tendencia— como “sectaria” porque, en su criterio, “en momentos en que se está configurando en el país una dictadura con la intención del presidente Uribe de buscar una segunda reelección, hay que propender por un gran frente democrático que reúna a todos aquellos sectores del espectro político que defiendan la Constitución de 1991”.
Ahora, más allá de esas pujas ideológicas en el interior de los partidos, las consultas internas del Partido Liberal y el Polo para elegir candidatos presidenciales están enmarcadas en una disputa mucho más grande: la que se libra frente al uribismo. Como oposición, los dos saben que se trata de una primera medición en las urnas para lo que se vendrá en marzo próximo con las elecciones parlamentarias y luego con las presidenciales. Y de paso, es un primer examen para comenzar a calibrar el fervor antirreeleccionista, en caso de que el referendo llegue a las urnas.
Conservadores y Mira, las otras consultas
Además del Partido Liberal y el Polo Democrático, otros dos movimientos consultarán también a sus seguidores en las urnas, aunque no para escoger candidato presidencial: el Partido Conservador y el Movimiento Independiente de Renovación Absoluta, Mira.
Para los conservadores, los ciudadanos de Caquetá, Huila, Magdalena, Sucre y Tolima podrán elegir el candidato de su preferencia para conformar las listas a la Cámara de Representantes.
El Mira, por su parte, busca escoger los candidatos que ocuparán los renglones cinco al 27 de su lista al Senado, así como quienes aspirarán a la Cámara en 28 departamentos del país. Los menores entre 14 y 17 años están habilitados para votar en su consulta.
La Registraduría informó que en total son 51.398 los candidatos inscritos por los cuatro partidos para sus consultas internas y que se imprimieron 23’000.000 de tarjetas electorales para todo el país .