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Azul, la fuerza que decide

Los conservadores tienen las mayores posibilidades de inclinar la balanza.

Élber Gutiérrez Roa
28 de abril de 2010 - 10:59 p. m.

La idea estaba en el ambiente desde hace semanas, pero los acontecimientos de los dos últimos días parecen haber precipitado su concreción: el crecimiento de la intención de voto a favor de Antanas Mockus para las elecciones presidenciales y su empate técnico con Juan M. Santos están legitimando la idea de que el conservatismo será, como lo decía uno de sus ya antiguos spots, la fuerza que decida. Y ante esa realidad, a las vertientes del partido azul, hace poco divididas y hasta con pleitos pendientes en los estrados judiciales, no les queda otra cosa que trabajar juntas en busca de la mayor cantidad de votos para la primera vuelta presidencial.

El pañuelo blanco lo sacó ayer el ex precandidato Andrés Felipe Arias, quien sorpresivamente anunció que está dispuesto a retirar la denuncia por injuria y calumnia que interpuso contra la hoy candidata Noemí Sanín, la misma que lo señaló de ladrón debido al escándalo por la entrega de millonarios subsidios de Agro Ingreso Seguro a poderosas familias del Magdalena. El mensaje de reconciliación fue enviado desde un escenario político (la reunión de la bancada conservadora en Bogotá) y sucedido por una frase que no permite dudas respecto a su motivación: “Yo quiero que mi Partido se prepare para una coalición y no se vaya a perder lo que hemos construido”.

¿Con quién es la coalición que busca Arias? No cabe duda de que con Juan Manuel Santos, el candidato uribista que hasta hace un mes tenía el camino despejado hacia la Presidencia y ve amenazada su aspiración por el crecimiento de Mockus. Santos y Arias atacaron inicialmente a Sanín, pero al ver que lo que ella pierde lo está acumulando Mockus, saben que el rival a vencer es él.

Dado el evidente distanciamiento entre Sanín y el presidente Álvaro Uribe y ante la coincidencia de que ella no deje escapar debate para lanzar coqueteos a Mockus, queda también demostrado que si de alianzas se tratara, el camino hacia el uribismo no es la única opción de los conservadores, así para muchos parlamentarios resulte la más pragmática en términos de burocracia. ¿Podrá alguna de las dos alas convencer a la otra para que caminen juntas en caso de que, como lo indican las encuestas, su candidata no logre pasar a segunda vuelta? También tienen a la mano el camino de la atomización, cómodo para intereses personales y perjudicial para el colectivo.

Así no se quieran del todo y mantengan pujas sobre el camino ideológico que deben seguir, lo que sí saben los conservadores es que juntos tienen más margen de maniobra para una alianza como la que unos y otros quieren. Es el mismo debate que tuvieron durante el gobierno de Uribe y que finalmente fue resuelto a favor del respaldo al Jefe de Estado.

Todas estas son razones de peso para que en las toldas de Mockus y Santos sigan con lupa el desenlace de la encrucijada azul. No en vano ambos insisten a sus huestes en la necesidad de ganar en primera vuelta. Uno, porque saben que en la segunda podrían terminar enfrentándose a la suma de las maquinarias políticas del país (incluidos el liberalismo y Cambio Radical) y el otro, porque ve que los indecisos de hace un mes están tomando partido en su contra.

Los conservadores no son los más opcionados para quedarse con la Presidencia de la República en 2010, pero tienen de nuevo las mayores posibilidades de inclinar la balanza y a eso le apuntan ideas como la inesperada declaratoria de cese al fuego de Arias contra Sanín.

Por Élber Gutiérrez Roa

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