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La buena hora de Iván Moreno

Una vida marcada por la huella del general Gustavo Rojas Pinilla, su abuelo, y su mamá, María Eugenia Rojas, la Capitana.

Andrea Forero Aguirre/ Carlos J. Murcia
01 de noviembre de 2008 - 10:00 p. m.

Un generoso trago de aguardiente le dio al senador Iván Moreno la gallardía suficiente para subirse por primera vez a una tarima. Eran los años 80. El discurso público no estaba entre sus planes, pero fue una obligación que le endosaron sus padres y su hermano Samuel. Además, casi toda la familia había viajado a Tunja para la construcción de la Casa Cultural Gustavo Rojas Pinilla, en homenaje a su abuelo.

Ese mismo día se inauguró en Bogotá una avenida bautizada con el mismo nombre, pero el tiempo no le alcanzó a la familia y a Iván le tocó representarlos. Entonces, frente a un auditorio de más de 2.000 personas, improvisó un discurso de cuatro minutos que a él le parecieron 20, del cual sólo recuerda que juró defender siempre las ideas de su abuelo, el general Rojas Pinilla.

Estudiante de cuarto año de medicina y hasta ese día apático a la política, descubrió que un misterio lo envolvía cuando entraba en contacto con la gente. Un impulso que resultó más fuerte que los recuerdos de sus días de infancia montado en un carro o en un avión, con el afán de sus padres o sacrificando el tiempo con su madre, María Eugenia Rojas, la Capitana, porque sencillamente ella estaba en campaña.

Con la política en los genes, pero sin adentrarse en ese camino, Iván Moreno comprobó que los votos no se heredan y que ser nieto del recordado general Gustavo Rojas Pinilla o hijo de la Capitana no le garantizaban resultados electorales. Una lección que le quedó grabada cuando salió no quemado pero sí chamuscado en su primera aspiración política al Concejo de Bucaramanga (Santander). Y se concientizó de que debía enfrentarse a los grandes caciques de la política en su departamento, como Horacio Serpa, Tiberio Villarreal, Norberto Morales o Darío Marín.

Inició su proyecto político Unión Cívica por Santander y en 1990 fue elegido concejal de la capital santandereana en la misma línea de la Anapo, el movimiento creado por su abuelo. En 1994 se fue a trabajar con el presidente Ernesto Samper como viceministro de Salud y tres años después asumió el Ministerio de Trabajo, al cual renunció para que su hermano Samuel aspirara al Congreso. Después ganó la Alcaldía de Bucaramanga y más tarde saltó al Senado.

Hoy es congresista, pero se sigue sintiendo con manos de médico. Sonríe permanentemente y ese carisma contrasta con el blanco de las canas que cubren su cabeza y su bigote. Pero según él, las exhibe con orgullo porque son normales a los 46


años. Además, sabe que no es el legislador más mediático del recinto, pero es consciente de que su triunfo en la consulta interna del PDA realizada hace una semana fue un palo, pero cambió su presente.

Les ganó a sus colegas más polémicos, como el imbatible en el Polo, el senador Gustavo Petro. Hoy recuerda que cada que se lo encontraba, él le decía: “Estoy trabajando para ganarle”. Iván Moreno le respondía sin creérselo: “Le voy a comprar una cremita para las quemaduras”. Y le ganó en las urnas. Hoy interpreta que la gente envió un mensaje contundente: su equipo va a constituir un factor de unidad, porque “para nadie es un secreto que hay tendencias distintas”.

Un sector quiere un Polo Democrático cerrado y sin alianzas (Carlos Gaviria y Jorge Enrique Robledo), el otro prefiere que se hagan coaliciones (Gustavo Petro). Iván Moreno, el triunfador, quedó situado en la mitad con una audaz propuesta: que el partido se abra pero con base en un programa, es decir, que organice primero la casa política y que, de paso, respalde al ex senador Carlos Gaviria por los múltiples beneficios que el dirigente le ha dado a la colectividad.

El compañero de lista de Iván Moreno en segundo renglón, el senador Parmenio Cuéllar, está feliz con el triunfo de su copartidario e invitó a Gustavo Petro y a los demás integrantes del partido a que no se marginen del PDA por el bien del país, sobre la base del mismo objetivo propuesto por el ganador de la consulta: “Esta es la oportunidad para la unidad”.

“Es lo más conveniente”, añadió el congresista Jorge Guevara, y reforzó su argumento: “Es la fuerza de la Anapo y, por supuesto, la vocería principal ante la Alcaldía de Bogotá. A su vez, con atinada discreción para no herir susceptibilidades, Carlos Gaviria Díaz calificó a Iván Moreno como un hombre destacado por su trabajo con los sectores sociales, “un hombre que le apuesta a que su triunfo fortalezca la unidad de su colectividad en el próximo congreso del Polo Democrático Alternativo.

En contraste, otros legisladores no se mostraron tan satisfechos. El senador Petro, por ejemplo, dice que ganó en 15 departamentos y que Iván Moreno sólo venció en la lista nacional y en cuatro departamentos. El senador Jorge Enrique Robledo cree que al movimiento le esperan nuevos reagrupamientos y que se va a notar la macrotendencia. A ese grupo se unió el representante a la Cámara Germán Navas Talero, para quien los resultados no se deben analizar numéricamente sino a fondo. Por eso defiende a Gaviria como el gran ganador.

Y con ánimo de controversia sostiene que Iván Moreno es un hombre muy reservado, menos sociable que su hermano Samuel y sin el carácter se su madre, la Capitana. Pero más allá de los comentarios u opiniones, inevitablemente, con los resultados del pasado domingo, Iván Moreno pasó a convertirse en punto de referencia para los dilemas futuros. Puede estar a la saga, pero sus votos van a darle un espacio importante en la política.

En el fondo él lo sabe, porque desde su abuelo hasta su hermano, su norma es concreta: “Primero la familia, porque los cargos pasan”. Y luego vuelve a su abuelo, a quien recuerda como una persona recta y estricta en sus pensamientos. Alguna


vez, por ejemplo, durante unas vacaciones en Villa de Leyva, el abuelo les dijo que era hora de salir, pero Samuel e Iván se escaparon a montar caballo. Cuando regresaron, los habían dejado.

Momentos cálidos o tristes con recuerdos intensos. Como las elecciones de 1970, que Iván Moreno recuerda como la semana en que su casa de Teusaquillo se convirtió en una cárcel, fuertemente custodiada por militares y tanques de guerra. Para él y su hermano fue divertido no estudiar por una semana, pero a la vez fue muy estresante, porque recuerdan la angustia de su madre, la Capitana, quien ha cumplido un papel esencial en su vida. No sólo obró como primera dama cuando él fue alcalde soltero de Bucaramanga, sino que ha sido su principal consejera.

Como todos los hermanos, Samuel e Iván pelearon de la misma forma como compartieron amigos en el colegio Anglo Colombiano. Hoy se ven los domingos después de misa, cuando se reúnen a almorzar con la Capitana. Se dan consejos, pero no se entrometen en sus gestiones. De alguna manera son hermanos unidos y saben que además de sangre comparten hoy un ideal común: el Polo Democrático Alternativo, y lo hacen desde un nivel de privilegio: Samuel como gobernante en ejercicio e Iván con los votos mayores. Dos polos de una misma casa en la mira del poder.

Resultados parciales del Polo Democrático

Según los datos entregados esta semana por la Registraduría, la primera votación la obtiene la lista N° 36 que encabeza el senador Iván Moreno Rojas con 51.930 votos, seguido por la lista N° 19 liderada por el también senador Gustavo Petro con 45.115 votos. La tercera votación corresponde a la lista N° 30 liderada por el senador Jorge Robledo con 31.155 sufragios. En cuarto lugar se ubica hasta el momento la lista N° 14, integrada por la congresista Gloria Inés Ramírez con 18.926 votos.

Con estos resultados a la corriente que lidera Iván Moreno Rojas le espera trabajar por la unidad del Polo Democrático y preparar el congreso que se llevará a cabo en el mes de febrero, donde se elegirá al presidente y al secretario de dicha colectividad. Los voceros de las diferentes vertientes políticas aseguraron que nadie ganó en la consulta, sólo se consolidó la izquierda democrática que tiene como misión trazar los lineamientos para establecer un  programa político de carácter social.

Por Andrea Forero Aguirre/ Carlos J. Murcia

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