Publicidad

El abismo de Agatha

El geólogo estadounidense Sam Bonis asegura que la tragedia podría repetirse. El torrente de los desagües no drena como debe ser y por ello se filtró en la tierra y ablandó el suelo sobre el que fue construida la ciudad.

Gabriela Supelano
05 de junio de 2010 - 09:00 p. m.

Esta semana los habitantes de Ciudad de Guatemala se sorprendieron con el estruendo que produjo la tierra al abrirse un hueco de 30 metros de profundidad y 20 de diámetro, en medio de las fuertes lluvias causadas por la tormenta tropical Agatha. Una situación que inquietó a los científicos y geólogos del mundo por la magnitud del hoyo y su extraña forma.

En un principio, varios expertos identificaron el problema como un “sumidero” o “dolina”, es decir, una formación que se produce cuando las rocas de tipo calizo o arcilloso son disueltas por aguas subterráneas, y en muchos casos forman cuevas o depresiones en una superficie terrestre. Todo este proceso de disolución del subsuelo es conocido como fenómeno kárstico.

Sin embargo, este viernes el reconocido geólogo estadounidense Sam Bonis planteó una nueva teoría que parece ser más acertada y que se relaciona con el manejo de las aguas lluvias y el sistema de tuberías de la ciudad. Bonis, quien ya trabajó en la zona en un caso similar en el 2007 (ver balcón), explicó  el suceso a través de una metáfora: “aunque el cráter se parece a un sumidero, no es lo mismo. Una ballena se parece mucho a un pez, pero llamarle pez sería muy engañoso”.

De acuerdo a su planteamiento, la formación abrupta de este cráter se produjo, más que por un factor de orden natural, debido a lo que él llama un abismo o “estructura de tubería”, que se genera cuando el alcantarillado, el desagüe o cualquier corriente de agua muy fuerte corren por el suelo. La situación es muy peligrosa, pues, según Bonis, “no sabemos cuánto tiempo puede pasar antes de que la tierra se derrumbe. Pero una vez que se inicie el colapso, Dios nos ayude”.

El derrumbamiento del suelo que se registró esta semana en Ciudad de Guatemala no causó ninguna muerte, a diferencia de las más de 175 víctimas que dejó la tormenta Agatha en el país. Afortunadamente, los empleados de la fábrica situada en el lugar donde se formó el cráter habían salido de trabajar una hora antes de que cediera el terreno.

El defensor del pueblo de Ciudad de Guatemala, Sergio Morales, confirmó que desde el 2005 se han registrado quejas de los habitantes relacionadas con fisuras y hundimientos en esa zona. Además, Bonis advirtió que hay muchas posibilidades de que algo así ocurra de nuevo en cualquier lugar de la capital guatemalteca. Por ello considera que es muy peligroso seguir llamando “sumideros” a estos hoyos, ya que se está ignorando el mal estado de la infraestructura para resistir los efectos de las aguas lluvias.

Para el agrólogo bogotano, Edilberto León, la explicación a lo sucedido es otra. “Es muy posible que las corrientes subterráneas o ríos que existen bajo la tierra, alimentados por el agua lluvia que se filtra, aflojaran el terreno e hicieran ceder la superficie por el peso de las construcciones”.

Algunos habitantes de la zona se niegan a creer que la tierra simplemente se derrumbó. Muchos piensan que tiene que ver con algún flujo de agua subterráneo. “Suena como si hubiera un río allá abajo. Yo no creo que la tierra se cayera y ya. Hay algo más que lo causó”, aseguró Armando Gómez, un comerciante del sector.

En medio del debate por encontrar la teoría más acertada para explicar este fenómeno, surge la pregunta de qué hacer con el espacio que quedó vacío por el cráter. Científicos de la Universidad de Kentucky (Estados Unidos), quienes están acostumbrados a lidiar con depresiones en la superficie de la tierra, que son muy frecuentes en esa zona, explicaron que estos huecos usualmente se llenan con rocas de diferentes tipos y escombros. La cuestión es que éste en particular, según ellos, es tan grande que requerirá mucho material.

Otro de los aspectos que las autoridades tendrán que considerar para tomar las medidas necesarias que permitan resolver el problema es que Ciudad de Guatemala está construida sobre un suelo de partículas de grava provenientes de múltiples erupciones volcánicas. Éstas se han amontonado hasta formar un montículo de unos 200 metros de espesor, lo cual hace que el terreno sea extraño y susceptible a que se presenten fenómenos similares al del cráter.

En la ciudad viven 3 millones de habitantes, de los cuales la mitad residen en el centro, lugar en donde se han formado los dos grandes huecos en los últimos tres años. Esta compleja situación hace urgente que se tomen medidas para evitar, como lo predice Bonis, una nueva catástrofe.

Por Gabriela Supelano

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar