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Los niños que vivirán un siglo

Un estudio europeo reveló que los bebés que nacieron a partir del año 2000 gozarán de buena salud y llegarán hasta los 100 años.

Redacción Vivir
08 de octubre de 2009 - 10:44 p. m.

La inmortalidad se ha convertido en una de las principales obsesiones del ser humano. Cientos de científicos alrededor del mundo trabajan incansableme nte para lograr prolongar la vida el mayor tiempo posible y cada vez es más grande la avalancha de productos que prometen retrasar lo inevitable: la muerte. Los expertos están convencidos de que las prácticas saludables de vida, que llevan a envejecer con calidad, son la estrategia infalible para vivir muchos más años.

Lo cierto es que en las últimas tres décadas la esperanza de vida de los habitantes de los países más ricos del mundo —España, Alemania, Francia, Italia, Estados Unidos, Japón, entre otros— ha aumentado dramáticamente e incluso se cree que los bebés que nacieron a partir del año 2000 en estos lugares pueden llegar a vivir un siglo y, además, gozar de muy buena salud durante su adultez y vejez.

Así se desprende de un estudio realizado por científicos del Max Planck Institut, en Alemania, dirigidos por Kaare Christensen, del Centro de Investigación Danés del Envejecimiento, y publicado por la revista científica The Lancet, en el cual se analizó el desarrollo demográfico y la incidencia de enfermedades en 13  países industrializados.

Christensen explicó al diario El País de España que ahora “la gente no sólo está viviendo más que antes, sino que vive más con menos discapacidades y menos limitaciones”. Según el investigador danés, este fenómeno se debe, entre otros factores, a los avances médicos, a que cada vez son menos los trabajos que requieren esfuerzo físico, a una alimentación equilibrada y a que las personas están cuidando mucho más su cuerpo haciendo deporte y evitando vicios como el cigarrillo.

La investigación también hace énfasis en que la longevidad no debería ser una causa de preocupación para la economía de los países. Christensen advierte al respecto que su estudio aporta pruebas preliminares que demuestran que ampliar la vida laboral —una opción que juega a favor de la sostenibilidad del sistema de pensiones— puede ser beneficioso para la salud si se acorta el número de horas trabajadas por semana. Es decir que “con una menor carga semanal, pero con una vida laboral más larga, se podría aumentar la esperanza de vida y mejorar notablemente la salud de la población”.

Aunque los resultados de esta investigación son sumamente prometedores para el desarrollo de la llamada medicina antienvejecimiento, Christensen y su equipo admitieron que todavía falta un largo camino por recorrer para lograr que todas las personas del mundo gocen de una vejez con calidad. Por ahora, estos científicos alemanes y daneses creen que por lo menos la mayoría de integrantes de una misma generación, los nacidos en el siglo XXI, tienen prácticamente asegurada la posibilidad de vivir cien años.

Por Redacción Vivir

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