Las comunidades y redes sociales no sólo han cautivado la atención de millones de adultos y jóvenes alrededor del mundo, quienes tan pronto encienden sus computadores o se conectan a internet, desde sus teléfonos móviles, sienten la necesidad de ingresar a estos sitios para comunicarse con sus amigos, curiosear las fotos de la última parranda o averiguar en qué andan sus seres queridos que viven en otros países o con los que no se hablan hace años. La popularidad de estas páginas también está conquistando, increíblemente rápido, los corazones de los niños.
Redes como Boombag, Club Penguin y Moshi Monsters, entre otras, se han convertido en una verdadera afición para los menores. De hecho, la mayoría de estas comunidades ya tiene entre dos y cuatro millones de usuarios. A pesar de las políticas de seguridad que se han creado para evitar que personas inescrupulosas ingresen a estos sitios y agredan o se aprovechen de los pequeños, el riesgo existe y los padres deben estar atentos para evitar lamentables episodios como el que se conoció hace una semana en Bogotá, cuando una joven fue asesinada luego de ser contactada por una banda de ladrones a través de Facebook.
Andrés Gaitán, profesor del programa de Educación Infantil de la Universidad Pedagógica, explica que el problema no es si se tiene o no que acabar con estas redes para proteger a los menores, sino de qué manera padres y maestros pueden acompañarlos en estos procesos de crecimiento y desarrollo. “Siempre habrá riesgos cuando se interactúa con otros. La calle, la casa, el colegio, en cualquier lado puede pasar algo”, advierte Gaitán. Lo importante, asegura, es que los adultos se preocupen por conocer las redes e incentivar a los niños a hablar de sus inquietudes, miedos y fantasías relacionados con éstas.
Para Guillermo Carvajal, psicoanalista infantil y de adolescentes, el mayor inconveniente reside en que los padres no tienen la menor idea de lo que hacen sus hijos ni en el mundo real ni en el virtual. Y esto debe cambiar, porque si no se vigila y se indaga sobre lo que está pasando pueden pasar cosas siniestras. “En lo virtual, por ejemplo, los menores no sólo se enfrentan a un escenario complejo y desconocido, sino que hay otros ingredientes como los mundos del erotismo y la sexualidad”.
Carvajal ha tratado varios pacientes con una vida sexual activa que comenzó a edades muy tempranas, a través de cámaras conectadas a la internet y, cuenta: “Lamentablemente los papás son ajenos a estas situaciones”. Por eso, la mayoría de redes sociales dirigidas a menores de edad exigen que los padres firmen una especie de contrato autorizando el ingreso de sus hijos y comprometiéndose a acompañarlos en los ratos en que visitan la página. Sin embargo, el coronel de la Sijín de la Policía Eduardo Cárdenas enfatiza en que lo importante es que los usuarios nunca acepten invitaciones de personas desconocidas y denuncien cualquier irregularidad a la Policía.
La responsabilidad de propender por un sano uso de estas redes también es de los colegios, en donde necesariamente se debe abordar y discutir el tema. Rosa Julia Guzmán, directora de la maestría de Pedagogía de la Universidad de la Sabana, cuenta que generalmente los profesores sólo se preocupan por cumplir un programa y no velan por el desarrollo de los niños, por ayudarlos a que aprendan a vivir.
Guzmán cree que hace rato llegó la hora de abrirle las puertas del aula y del hogar a lo virtual, en donde se debe propiciar el diálogo y la reflexión con los menores para que comprendan los riesgos de internet y de las redes sociales, y reconozcan las grandes diferencias que existen entre conocer a alguien frente a frente y hacerlo virtualmente.
“Estas nuevas formas de comunicación y de relacionarse con los demás no pueden convertirse en los enemigos de los papás y los maestros”, por el contrario, concluye Guzmán, “tienen que lograr articularse con la vida diaria de una manera sana y segura”.
Cómo protegerse en las redes sociales
1. Utilice las funciones de privacidad para restringir y aprobar quiénes pueden tener acceso a la información que publica.
2. Evite reunirse con amigos de la red. Si tiene que hacerlo, escoja un lugar público y asista con un familiar.
3. Revise los comentarios que le envían. Si alguno es insolente o vulgar, elimínelo y bloquee a la persona.
4. No responda comentarios de extraños que intenten indagar sobre su vida personal.
5. Sea honesto con su edad. Si es menor de edad, no es bueno que comparta con personas que están en etapas distintas de la vida.
6. Sea prudente a la hora de publicar información personal, especialmente teléfonos y direcciones.
7. Denuncie a las personas que violen los términos de uso de estos sitios.
8. No revele su clave o contraseña.
9. Ajuste los parámetros de seguridad en su cuenta y revíselos a menudo. Por ejemplo, puede activar herramientas para evitar que otra persona publique fotos suyas.
10. Actualice sus programas de navegación de internet con las versiones más recientes.
La historia de las redes sociales
Entre el año 2001 y 2002 nacieron los primeros sitios en internet que fomentaban el contacto y la comunicación entre amigos y conocidos. En 2003, aparecieron populares redes como Friendsterm, Tribe y Myspace.
El éxito de estos lugares cautivó la atención de varias empresas, por eso en enero del siguiente año Google lanzó Orkut y luego apareció Yahoo360°. Todas estas páginas tienen un solo objetivo: propiciar las interacciones entre las personas, sin importar su ubicación geográfica.
La dinámica con la que funcionan es simple. Una vez montado el soporte técnico, un grupo de iniciadores invitan amigos y conocidos a formar parte de la red social y cada miembro nuevo trae consigo más personas.
El cambio más interesante que sufrió esta iniciativa de la web sucedió con la aparición de Facebook, la red más popular de la historia, que ha logrado cautivar a más de 300 millones de usuarios en el mundo.