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Nuevo enemigo del corazón

Un estudio reveló que la contaminación generada por los vehículos aumenta el riesgo de sufrir problemas cardíacos.

Redacción Vivir
07 de febrero de 2010 - 09:00 p. m.

Para mantener un corazón fuerte y saludable ya no será suficiente con hacer ejercicio por lo menos tres veces a la semana, evitar el cigarrillo, los alimentos muy grasosos y el sobrepeso; ahora también tendremos que cuidarnos de la contaminación que producen los carros, las motos y los buses. Aunque varios estudios ya habían intentado establecer la relación entre la polución y las enfermedades caridovasculares, por primera vez un grupo de investigadores europeos y estadounidenses lograron descubrir el centro del problema.

Después de realizar un juicioso seguimiento durante tres años de la salud de 1.500 personas que vivían en la ciudad de Los Ángeles (Estados Unidos), el equipo liderado por Xavier Basagaña, miembro del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental de Barcelona, encontró que quienes tenían su casa más cerca de las autopistas o de las vías de alto tráfico experimentaban una aceleración del crecimiento de la placa de sus arterias de 5,5 micrómetros por año, más del doble de lo habitual.

Esto significa no sólo que los riesgos de sufrir de una obstrucción de sus arterias es mayor, sino que quienes están enfermos del corazón experimentan un aceleramiento de este proceso conocido como aterosclerosis y, por tanto, las posibilidades de que la salud de su corazón empeore son enormes. Para llegar a estas conclusiones, Basagaña y sus colegas realizaron, cada seis meses, una medición del grosor de la pared de las arterias carótidas de quienes participaron en el estudio, al tiempo que evaluaban los niveles de contaminación de las zonas en las que vivían.

En la investigación, publicada en la revista científica Plos One, también se evidenció que las personas que tenían un nivel socieconómico más bajo y tomaban alguna medicina para controlar el colesterol o habían recibido tratamientos con vitaminas B, E o estrógenos, parecían presentar una mayor vulnerabilidad a la contaminación. Sin embargo, Basagaña advirtió que aún son necesarios más estudios para comprender mejor esta relación.

Por Redacción Vivir

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