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“Es evidente la contracción de los glaciares”

En su camino a la cumbre más alta del mundo, los escaladores colombianos son testigos de los efectos del cambio climático.

Juan Pablo Ruiz Soto
02 de mayo de 2010 - 09:00 p. m.

Desde 1997, cuando vinimos por primera vez al Éverest, son muchos los cambios que ha habido en esta región. Lo más impresionante es la disminución del área cubierta por hielo debido al alarmante retroceso de los glaciares. Mientras que la parte final del ascenso por el Tíbet a la cumbre se había hecho en el año 2001 por el flanco izquierdo de la cara norte, en 2007 se tuvo que hacer por el centro. La disminución de la masa glaciar hacía muy difícil la ruta antigua.

Durante nuestra actual estadía en Nepal, en el Campo Base (CB) del Éverest (cara sur), hemos asistido a una exposición de fotografía denominada “Ríos de hielo, contracción de los glaciares del gran Himalaya”, organizada por un proyecto de investigación basado en imágenes, donde el fotógrafo David Breashears presenta sus fotografías de 2007 y las contrasta con las tomadas desde el mismo lugar por el escalador y explorador G. Mallory durante sus expediciones de 1922 y 1924 a la cara norte del Éverest.

Es evidente la contracción de los glaciares en estos 90 años y algunas lenguas de glaciares de muchos kilómetros de largo han desaparecido o han perdido el 80% de su masa. Las vertientes de algunas de las grandes montañas, incluido el Éverest, que antes estaban cubiertas de hielo, hoy presentan roca desnuda.

En la cara sur vemos hoy un acelerado proceso de destrucción de los glaciares y cómo se han derretido muchos en la parte baja de las montañas, los glaciares de las zonas altas se convierten en glaciares colgantes de gran inestabilidad, que se desprenden generando impresionantes avalanchas de hielo y roca. Algunos días hemos registrado hasta cinco avalanchas en menos de una hora. El 17 de abril hubo una grande en una de las laderas del Nutse, que parecía amenazar el CB y que, al golpear el glaciar del Kumbu, cubrió una franja de 600 metros con una nube de polvo de hielo.

Por otra parte, el CB del Éverest se convierte en esta época del año en un pequeño poblado donde habitan unas 800 personas que pertenecen a cerca de 30 expediciones de muy diversos países. Un hecho positivo es que Asian Trekking, que presta servicios de apoyo a expediciones, ha generado un proyecto de acciones de gestión ambiental entre las diversas expediciones. Una de las propuestas consiste en recompensar a los sherpas, que suben cargados para apoyar a los escaladores y que antes bajaban con sus mochilas vacías, por recoger basura al bajar.

En 2008 pagaron 75 centavos de dólar por kilo y lograron recolectar 800 kilos de basura. En 2009 subieron el pago al doble y recolectaron 6.000 kilos. Este año, por el mismo precio, llevan recolectados casi 1.000 kilos. La misma organización está impulsando el uso de calentadores solares de agua para ahorrar combustible y proteger los bosques de las laderas inferiores del Éverest.

Epopeya Éverest sin Límites 2010 busca ser certificada como una expedición neutra en carbono, es decir, que invierte en siembra de árboles lo equivalente para fijar la totalidad del carbono emitido por las diversas acciones adelantadas por ésta, incluidos vuelos aéreos, consumos de combustible para cocinar y emisiones asociadas con la producción de los equipos que usamos.

Otro aspecto que muestra grandes cambios es que el apoyo técnico a las expediciones comerciales, que antes lo hacían guías occidentales, ahora lo realizan mayoritariamente sherpas capacitados en las mejores escuelas de alpinismo de Europa. Así mejoran los ingresos locales. Muchos otros cambios, unos positivos y otros negativos, se pueden seguir en la página www.epopeyaeverestsinlimites2010.org.

Por Juan Pablo Ruiz Soto

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