Masajes para la artritis

Se combina la energía del cuerpo con ligeras presiones en las regiones articulares, para lograr resultados sorprendentes. En tan sólo unos meses se puede recuperar la elasticidad.

Redacción Vivir
08 de octubre de 2008 - 09:22 p. m.

En un consultorio en el norte de Bogotá, Ana María Schuff, esteticista y terapista de termas, baños y lodos, sorprende a sus pacientes con una serie de tratamientos que aprendió durante los más de diez años que estuvo viviendo y estudiando en Alemania. La mayoría son técnicas orientales, desconocidas en nuestro país, que buscan mejorar la calidad de vida y sanar el cuerpo de las enfermedades que lo aquejan.

La curiosidad que ha despertado su trabajo le mereció una invitación al IV Congreso Iberoamericano de Estética y Quiromasaje, que se realizará del 1 al 3 de noviembre en el centro empresarial Compensar, en Bogotá. Un evento en el que también participarán especialistas de España, Brasil, Argentina y Alemania, quienes darán a conocer los tratamientos que mayor demanda tienen en el mundo en materia de salud y belleza.

Precisamente una de las técnicas que más expectativa han generado es el thaekshei, que consiste en realizar masajes y presiones sobre zonas articulares como las falanges de los dedos de las manos y los pies, los codos y los hombros. Para ello, Schuff utiliza aceites de almendra o de esencia de eucalipto, que producen una sensación de calor y de tranquilidad absoluta.

La presión y la intensidad del masaje varían según la condición de salud del paciente y lo rígidos que se encuentren sus músculos y articulaciones. La sesión dura 30 minutos y para que sea efectiva es necesario asistir mínimo tres veces por semana. Sin embargo, esta técnica japonesa también puede utilizarse para prevenir el deterioro del sistema muscular, óseo y circulatorio, que se produce con la edad.

En ese caso el masaje será más suave y Schuff recomienda tomarlo entre dos y tres veces al mes. Adicionalmente es importante que tanto los pacientes con artritis como los que sufren simplemente de rigidez muscular, cuiden su postura durante el día —tanto sentados como cuando se encuentran de pie—, hagan ejercicio, se alimentan de manera balanceada e intenten realizar estiramientos tan pronto se levanten o antes de acostarse.

Schuff explica que generalmente en su consultorio atiende mujeres y jóvenes, éstos últimos afectados por el estrés que les genera el trabajo o la universidad. Para lograr que esta técnica produzca los resultados esperados, Schuff se para enfrente del  paciente durante unos minutos y comienza a mover los brazos hacia arriba y hacia abajo atrayendo la energía del universo y llenándose de tranquilidad, para luego transmitir esta sensación al paciente por medio de sus manos. “Trabajar con energía es delicado. Por eso debo limpiarme y purificarme antes de tocar a la persona. De lo contrario podría enfermarla más de lo que está”, cuenta Schuff.

El thaekshei no tiene ninguna contraindicación, salvo para las personas que sufran una enfermedad grave como cáncer o sida. Lo cierto es que, a pesar de la enorme demanda que ha tenido este tratamiento en nuestro país, Schuff reconoce que a diferencia de Europa, en donde trabajó como esteticista por años, aquí todavía los hombres no se preocupan mucho por prevenir enfermedades y tratar de mantenerse en un buen estado de salud. “La estética y el buen vivir en Latinoamérica siguen siendo asuntos de mujeres”, concluye Schuff.

Por Redacción Vivir

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