Publicidad

Buscando petróleo en el basurero

Ante la certeza de que los hidrocarburos tarde o temprano desaparecerán del todo, Amadeus Castro, estudiante de doctorado en química de la Universidad Nacional, utiliza residuos de cultivos para extraer sustancias energéticas.

Redacción Vivir
10 de diciembre de 2008 - 11:00 p. m.

La idea de transformar la basura orgánica en petróleo comenzó a dar vueltas en la cabeza de Amadeus Castro luego de ver un programa sobre adelantos científicos en Japón.

Amadeus era en ese entonces, 2003, estudiante de ingeniería química de la Universidad Nacional. Quedó tan impactado con el proyecto de los japoneses que quiso averiguar un poco más sobre el asunto. Sin mucho éxito buscó información en la Embajada de Japón. Nadie tenía la menor idea sobre el asunto. Incluso, cuando le propuso a uno de sus profesores dedicar su trabajo de grado a una investigación sobre este proceso, recibió una respuesta que lo decepcionó: “Usted para qué quiere meter basura en una olla a presión. Eso es para hacer sancochos”.

La olla a presión a la que se refería su profesor era en realidad un reactor de alta presión, así que entendió que las respuestas que buscaba quizás estaban en la facultad vecina a la suya: la de Química. No se equivocó. Al tocar la puerta del laboratorio de Luis Ignacio Rodríguez, un experto en fluidos supercríticos, encontró el apoyo que andaba buscando.

Su primera tarea fue investigar en profundidad las propiedades del  agua. Así podría entender qué sucede cuando el agua es sometida a una temperatura de 374°C y a una enorme presión de 221 atmósferas. “En esas circunstancias, el agua alcanza un punto que llamamos crítico y cambian sus características. Por ejemplo, puede mezclarse con el aceite”, explica Amadeus.

Para 2006, otro de los profesores que lo acompañaban en la aventura de buscar “petróleo en la basura”, el químico José de Jesús Díaz, ya había reparado los reactores del Laboratorio de Combustibles y Energía, y al contar con unos recursos extras, tomaron la decisión de hacer los primeros ensayos.

Al procesar residuos de cultivo, un material parecido al bagazo de la caña, en el reactor, y aprovechando las propiedades del agua supercrítica, lograron obtener querógeno, un material aceitoso y que se considera un estado inmaduro del petróleo.

Amadeus muestra orgulloso unos pequeños recipientes en los que guarda el resultado de aquellas primeras pruebas: un engrudo negro. “Aunque no es exactamente petróleo sí es un material con un alto contenido energético”, explica, “mientras el residuo del cultivo tiene un poder calorífico de 8 a 13 kilojulios, el querógeno alcanza hasta 33 kilojulios. El petróleo, por ejemplo, tiene un poder entre 40 y 50 kilojulios”.

El joven ingeniero sabe que su investigación es apenas un camino que se abre. Aunque es la promesa para hacer más eficiente la extracción de energía de biomasa y una forma para aprovechar la “basura” de los cultivos, aún falta mucho por hacer.

Debe perfeccionar el proceso, solucionar algunos inconvenientes que se han presentado como el endurecimiento del querógeno luego de su extracción y probar que se trata de una técnica con potencial industrial. Pero, por ahora, ya le dio una lección a su antiguo profesor: las ollas a presión no sirven sólo para preparar sancochos.

Por Redacción Vivir

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar