Infraestructura: el reto en salud y educación en Bogotá

Una de las apuestas más grandes de esta administración ha sido la construcción de nuevo mobiliario en zonas donde la demanda es alta. En educación se busca fortalecer las relaciones con los padres y la calidad, mientras que el objetivo en salud es terminar de implementar las cuatro subredes públicas.

Mónica Rivera Rueda
03 de enero de 2019 - 03:00 a. m.
El San Juan de Dios será intervenido para la construcción de un nuevo complejo hospitalario. / Cristian Garavito - El Espectador
El San Juan de Dios será intervenido para la construcción de un nuevo complejo hospitalario. / Cristian Garavito - El Espectador

El aumento de la oferta de colegios y hospitales en la ciudad ha sido un tema clave dentro del Plan de Desarrollo de Enrique Peñalosa. El objetivo es construir treinta nuevos colegios y cinco hospitales que se ubicarán en las zonas más vulnerables y de mayor demanda en la capital, como Bosa, Ciudad Bolívar, Kennedy y Usme. Asimismo se han aunado esfuerzos para mejorar la cobertura y la calidad en la prestación de estos servicios.

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A un año de finalizar la administración, los principales retos se centran en la ejecución de los proyectos para cumplir con estas metas de infraestructura, que han tenido tropiezos, especialmente en la adquisición de predios, pero que también han contado con apoyo para su ejecución con aportes de la nación y la aprobación, en el último semestre del año pasado, de vigencias futuras para llevar a cabo las obras.

Educación

Este sector comienza el año con una inversión de $1,6 billones, con los que buscan darles continuidad a proyectos estandarte, como el Programa de Alimentación Escolar (PAE), la ruta de niños en bici y la dotación y el mejoramiento de dispositivos y aulas inteligentes. Todo esto enfocado en aumentar la calidad del sistema público de educación que, de acuerdo con el último informe de “Bogotá Cómo Vamos”, ha ido aumentando, especialmente en los resultados de las Pruebas Saber Pro, “pero es claro que aún se requieren mayores esfuerzos para garantizar la calidad en las diferentes instituciones educativas”, dicta el análisis.

Sumado a esto, la meta al finalizar este gobierno es que el 17 % de los estudiantes reciban clases en jornada única. “Aunque eso termina siendo decisión de cada colegio, lo que se busca es cambiar los modelos pedagógicos para que no solo incluyan lo básico, sino que además se puedan desarrollar y estimular tantos talentos como sea posible. El mejor ejemplo es el colegio El Tesoro de la Cumbre, en Ciudad Bolívar, donde hay 13 centros de interés para emprender actividades como yudo (deporte del que fueron subcampeones nacionales), muro de escalada, orquesta y coro, entre otras”, aseguró Claudia Puentes, secretaria de Educación.

De la misma forma, se han fortalecido programas de educación básica flexibles para personas con discapacidad, víctimas del conflicto, adultos mayores, población carcelaria y aulas hospitalarias, que en total suman 120.000 estudiantes para este año. Además, antes de que concluya 2019 se espera implementar el plan piloto de educación virtual (blended learning), que daría mayores opciones para que este tipo de poblaciones accedan a la educación superior.

En cuanto a la planta de profesores, la apuesta es fortalecer los mecanismos de formación. Actualmente, el Distrito cuenta con una planta docente en la que el 60 % tiene algún estudio superior al pregrado, mientras que en su formación y especialización se han invertido alrededor de $75.000 millones en los últimos años.

Finalmente, los esfuerzos están puestos en cumplir con la meta en infraestructura. Al comenzar su administración, Peñalosa prometió entregar treinta colegios completamente nuevos, de los cuales hasta este momento solo se han entregado tres: La Felicidad, en Ciudad Bolívar; el Filarmónico Jorge Mario Bergoglio, en Suba, y el Soledad Acosta de Samper, en Bosa.

Para este último año es claro que no se van a alcanzar a entregar todas las instituciones prometidas pero, de acuerdo con la secretaria de Educación, serán 11 los que quedarán por entregar. La meta es que al finalizar el año se tengan los lotes y queden adjudicadas sus construcciones. “Vamos a tener listo El Volcán, Madelena, Margaritas, Pradera y El Ensueño, entre otros. Además estamos trabajando por mejorar sus entornos con cámaras y pavimentando vías, en conjunto con las secretarías de Seguridad, Cultura y Alcaldías locales”, manifestó Puentes.

Por el momento, el Distrito continúa con la compra de los nueve predios que aún faltan para completar los treinta colegios que prometió. Para ello, se está gestionando la compra de 38 lotes, “esos no se pierden, pero gestionamos más de los que necesitamos previendo que se caiga alguna de las compras o que los predios no tengan las condiciones para construir, como nos pasó con un lote en Tunjuelito, en el que antes existió una curtiembre, que terminó afectando el suelo”, concluyó Puentes.

Salud

Este sector ha sido uno de los que más se ha transformado en Bogotá en los últimos tres años en la ciudad. Los 22 hospitales de la red pública fueron agrupados en cuatro subredes (Sur, Norte, Centro-Oriente y Sur-Occidente ), lo que simplificó los esquemas administrativos y de compras de todo el sector.

Por otro lado se llevó a cabo la primera parte de la recuperación de Capital Salud, la EPS del Distrito, cuyos principales usuarios son los beneficiarios del régimen subsidiado y a la que se le han inyectado más de $240.000 millones para evitar su liquidación. Además, el Distrito resalta la reducción en los tiempos de espera en la atención de la red pública y el aumento de los puntos de atención, en especial de los nuevos Centros de Atención Prioritaria en Salud (CAPS), en las zonas de mayor demanda. Mientras que en cuanto a salud pública se destaca la disminución en los casos de embarazos adolescentes, que pasó de una tasa de 69 por cada 1.000 nacidos vivos en 2007 a 38 en 2017.

Ante esto, este último año será fundamental para el sector salud en la ejecución de proyectos que complementen estas acciones. Entre estos, se destaca la entrada completa en operación de la Entidad Asesora de Gestión Administrativa y Técnica (EAGAT), la joya de la corona de la implementación del nuevo esquema, mediante la cual se centrará la compra de insumos y medicamentos de toda la red pública y que en 2018 estuvo en la mira de la Contraloría Distrital, que la consideró un elefante blanco, pues en dos años y tras una inversión de $5.000 millones no ha terminado de entrar en funcionamiento.

Pero el proyecto más ambicioso es la construcción o la renovación de cinco hospitales de la ciudad, con los que se espera beneficiar a casi un millón de personas en lugares altamente poblados y sin infraestructura, como Bosa y Usme, lugares en los que ya se comprometieron vigencias futuras para iniciar su construcción. Por otro lado, está la renovación del predio del Hospital San Juan de Dios, adonde se desplazará la operación del Santa Clara y del Materno Infantil, así como el traslado del Hospital Simón Bolívar, que contará con una nueva infraestructura en predios que fueron cedidos en la zona donde se desarrollará el Plan Zonal Lagos de Torca.

En caso de cumplirse con los tiempos establecidos por el Distrito, en el primer semestre de este año se deberán adjudicar los contratos de los tres proyectos para los cuales el Concejo de Bogotá aprobó vigencias futuras, mientras que en este mismo tiempo debe consolidarse el traslado del Simón Bolívar, para que así en 2023 la capital cuente con nuevos hospitales, en los que se invertirán $1,5 billones.

Por ahora y a corto plazo, se debe continuar con la entrega de los CAPS, especialmente tras el cierre de centros básicos de atención en Bosa, Usme, Suba y Ciudad Bolívar que, según la Secretaría de Salud, no contaban con las condiciones básicas. También comienza la estructuración del Sistema de Emergencias Médicas, que centrará a todas las entidades distritales encargadas de actuar en este tipo de casos, además de regular el tránsito y la operación de las ambulancias en la ciudad.

De acuerdo con Luis Jorge Hernández, profesor de Salud Pública de la Universidad de los Andes, para este año de cierre el Distrito debe pensar en consolidar varios puntos. Primero, la propuesta de prevención de enfermedades crónicas no transmisibles, “pues las metas que se impusieron pueden verse un poco laxas con respecto a temas fundamentales como actividad física, dieta sana y mejoramiento del aire”.

Por otro lado está la disminución de las cifras de mortalidad infantil y materna, casos de sífilis, desnutrición crónica y media de lactancia, que en algunos casos ha aumentado las cifras y en otras se está cerca de alcanzar los estándares internacionales mínimos. Para el experto, es necesario que la Secretaría de Salud concrete en este año los convenios de la red pública con las facultades de medicina y carreras afines, para que haya una integración coordinada y de apoyo.

Finalmente, queda en manos del Distrito terminar de implementar las medidas de rescate a la EPS Capital Salud. Se le acaban de inyectar $150.000 millones, con lo que se completan $240.000 millones invertidos en los últimos tres años. Si bien la empresa llegó a tener pérdidas hasta por $380.000 millones, el principal reto para esta administración no será solo sanearla sino dejarla económicamente sostenible.

Por Mónica Rivera Rueda

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