“Tengo mi conciencia tranquila”: general (r) Humberto Guatibonza

El alto oficial de la Policía dice que teme por su vida y que incluso ha recibido amenazas. Recuperó su libertad porque la Fiscalía no empezó su juicio a tiempo, después de presentar tres escritos de acusación por jalones de orejas del juez del caso.

Redacción Judicial
25 de octubre de 2019 - 02:30 p. m.
El general (r) Humberto Guatibonza estuvo detenido más de un año por su presunta vinculación a una red de chuzadas.  / Cristian Garavito-El Espectador
El general (r) Humberto Guatibonza estuvo detenido más de un año por su presunta vinculación a una red de chuzadas. / Cristian Garavito-El Espectador

El martes de esta semana, el general (r) Humberto Guatibonza recuperó su libertad porque la Fiscalía dejó pasar el tiempo de ley para comenzar el juicio en su contra. De ser un “superpolicía”, este oficial (r) pasó a ser cuestionado por el ente investigador por sus actuaciones en ciertos casos a través de la empresa de consultoría que armó tras pasar al retiro. En entrevista con El Espectador, dice que ni él mismo entiende de qué lo están acusando.

En distintos medios de comunicación lo han señalado de ser el jefe de una red de interceptaciones ilegales en el interior de la Fiscalía ¿Usted está siendo investigado por esos hechos?

El escrito de acusación en mi contra en ninguna parte dice que he participado en algún tipo de interceptaciones ilegales.

¿Qué tiene que ver su caso con las denuncias de los problemas en el sistema “Esperanza”?

Absolutamente nada. Incluso tengo certificación de la Fiscalía de que nunca he ingresado allá, no tengo nada que ver con eso.

¿Por qué cree que lo mencionan en ese caso?

No sé, la verdad. Es un caso muy enredado, muy difícil de entender, pero ni yo mismo entiendo de qué me están acusando.

¿Conoce a Marialicia Pinzón, la llamada “hacker”?

No la conozco.

Ella, supuestamente, desarrolló un software capaz de interceptar Whatsapp. ¿Qué sabe de eso?

Whatsapp es imposible de interceptar, la misma empresa lo dice en sus comunicados de seguridad. Eso no es posible. Es un sistema encriptado, es tan cierto eso que ni siquiera Whatsapp se ha hecho parte de la investigación.

¿Cree entonces que los servicios que se ofrecían de interceptar Whatsapp eran una estafa?

Era una estafa, era la gran estafa.

¿Cómo conoció al coronel (r) Jorge Humberto Salinas?

Cuando me retiré de la Policía fui a la Superintendencia de Vigilancia, saqué mi licencia como consultor de seguridad y monté una pequeña oficina de consultorías en seguridad, precisamente. Me salieron algunos temas que no conocía y alguien me dijo que el señor Jorge Salinas tenía una empresa, que efectivamente estaba legalmente constituida, y que él era experto en temas de redes sociales y todo lo que llaman ingeniería social en internet. Se hicieron unos trabajos, todos se le pagaron, y nunca desconfié de él pues, como digo, tenía una empresa legalmente constituida.

En algún momento, ¿esa relación comercial pasó a un ámbito más personal?

Se quedó solamente en los contratos. Yo no lo conocía, me retiré de la Policía hace tres años. Lo vine a conocer hace año y medio, tal vez. Simplemente temas comerciales.

A su socio, Carlos Arenas, también lo acusan de haber tenido negocios con Salinas. ¿Qué casos manejaron entre ustedes tres? ¿Hay alguna investigación por esos casos?

Con Salinas hubo dos o tres casos que se le pagaron, se consignó a su cuenta, se hicieron los descuentos de ley y todo se le reportó a la DIAN. No pasó de ahí.

¿Qué tipos de servicios le dio a su empresa?

Salinas hizo unos estudios de seguridad, creo.

¿Qué tal eran? ¿Se justificaba el pago?

Sí, pero tampoco fue tanto (dinero. Eran informes de temas de riesgos.

¿Qué piensa de la vinculación de Carlos Arenas con el coronel (r) Salinas? ¿Se dieron negocios entre ellos por fuera de la empresa suya?

Yo de eso no sé. Carlos Arenas trabajó conmigo solo en el caso de Providencia, un señor que le llevó un correo extorsivo, puso la denuncia y yo hice las veces de consultor en ese tema. Solamente en ese caso.

¿Cuál es su relación actual con Carlos Arenas?

No hemos vuelto a hablar, pues ambos estábamos detenidos.

Entremos en la minucia de los casos por los que fue acusado. El primero de ellos es la supuesta extorsión a la esposa de Jesús Eliécer Gómez. ¿Cuál es su relación con ese caso?

Ese caso no está dentro del escrito de acusación, ya lo sacaron (lo sacó la Fiscalía). Él (Gómez) me pidió que si se podían recuperar unos mensajes extorsivos a su esposa. Él autorizó. Hablé con Salinas, él dijo que sí se podía hacer eso siempre y cuando autorizara el dueño del teléfono. El señor dio permiso y Salinas me envió unos mensajes, pero el señor luego dijo que no, que esa no era la forma, que eran mensajes falsos. Ese es el caso. Al final resultaron (los mensajes recuperados por Salinas) falsos, hechos en Word, con fotografías bajadas de internet. El señor quería demostrar que estaban extorsionando a su esposa y él ya puso la denuncia ante el Gaula de la Policía.

El segundo caso que estuvo en la acusación fue un tema de infidelidad, que al parecer le ayudó a un abogado a contactarse con Salinas. ¿Por qué lo acusan de haber “chuzado” un teléfono en este caso?

No, ese tampoco está ya en la acusación. El abogado dijo que él no me conocía, que nunca hablé con él, que él habló fue con Salinas y que nunca llegaron a ningún acuerdo, no hubo negocio ahí.

El tercer caso tiene que ver con la ayuda que le pidieron para detener a un jíbaro que estaba vendiendo drogas a menores de edad. En ese caso, ¿qué fue lo que hizo usted para que hoy esté en líos con la justicia?

Un amigo me buscó y me dijo: “Mire, hay este problema”. Llamé al jefe de la Sijín de Cali, un coronel, le pregunté que si nos podía recibir a mi amigo y a mí. El coronel nos recibió, mi amigo fue, dio el contacto del jíbaro y el coronel quedó de hacer la investigación. Seis meses después mi amigo me cuenta que nadie de la Policía hizo absolutamente nada sobre ese jíbaro y que le estaba vendiendo a muchos más niños. Me encontré con Salinas y le pregunté que si podíamos averiguar el nombre de esa persona a través de las redes abiertas. Él me dijo que sí. Esa fue la actuación.

¿Y la Fiscalía considera que eso es un delito?

Pues actué como un puente, ayudando a un amigo que tenía un problema con sus hijos. Estamos hablando de un señor que tiene a sus dos hijos hospitalizados, uno de 15 y uno de 16 años, porque son adictos a drogas que vendía este señor, a quien la Fiscalía quiere hacer pasar como víctima.

¿Este caso sí está en la última acusación?

Ese caso sí está, sí.

El cuarto caso es una investigación por un robo de cobre a una petrolera en los Llanos. ¿Ahí qué pasó?

Ese caso es de una persona que yo conocí, quien me llama a pedir que le ayude con una consultoría porque le están robando cobre en unos viajes, que qué se puede hacer. Yo le digo que haga una investigación interna, sencillo. Ahí no se pagó nada (a mi empresa). Lo que se determinó es que la carga salía de Bogotá y antes de entrar a su lugar de destino se desviaba y se robaban el cobre. Yo les dije a ellos que hicieran un seguimiento de los camiones y de los conductores, esa fue toda mi actuación, darles ideas. Incluso dije que le hicieran seguimiento físico a un camión y que dieran aviso a la Policía para capturar a la gente en flagrancia.

El último caso está relacionado con una extorsión a un directivo de un ingenio del Valle del Cauca. Cuéntenos sobre él.

Ese caso inició con una carta extorsiva que le llegó al señor, donde le pedían “x” cantidad de dinero. Él consultó con un jefe de seguridad, quien le dijo que fuera al Gaula militar. Así se hizo, colocó la denuncia y, además, el señor jefe de seguridad le dijo al señor Salinas que si podía averiguar de dónde venían esos correos (extorsivos). Un tiempo después me llamaron a mí, ahí fue donde conocí a Salinas, para que diera algunas recomendaciones al señor que fue extorsionado.

¿En cuál de los casos por los cuales lo acusan está relacionado el coronel (r) Salinas?

Está relacionado con el de la extorsión del caso del ingenio y con el del jíbaro en Cali.

¿Cuál es el argumento de la Fiscalía para decir que sus actuaciones son un delito?

La Fiscalía me acusa por concierto para delinquir y dice que me reuní con cuatro personas para cometer unos delitos informáticos, pero no conozco a dos de ellas. Nunca en mi vida los he visto. Los delitos informáticos tampoco existen. Y por eso estuve detenido un año.

¿Cómo ha sido la relación entre su defensa y la Fiscalía?

Nosotros siempre hemos estado dispuestos a todos los requerimientos. Cuando allanaron mi casa, yo me enteré por los medios de comunicación. Solicité varias veces que me escucharan y mi abogado fue varias veces, porque quería explicar las cosas. Nunca lo hicieron y la respuesta fue una captura. Cuando me enteré de esto último, yo mismo me presenté voluntariamente ante el CTI. Nosotros hemos cumplido con todo. Hemos sido muy pacientes con los aplazamientos y con la entrega de pruebas.

¿Ya les entregaron las pruebas?

Estuvimos casi 8 meses recibiendo pruebas porque decían que no había el lugar o la disposición para hacerlo. Ya las tenemos todas pero esa es la justicia colombiana y así tenemos que aceptarla.

¿Cómo califica que la Fiscalía presentara en su contra tres escritos de acusación diferentes?

Esa es la pregunta. Imagínense que me acusan de pertenecer a una organización que cometió los delitos más graves en temas de interceptación de comunicaciones y me cambian tres veces la acusación. Con el agravante de que el último nos lo entregaron un día antes de la audiencia y vía Whatsapp. Eso no es leal.

¿Quiénes son los testigos en su contra?

Una cantidad de personas que no conozco. Lo que le puedo decir con seguridad es que en mi caso no hay una sola víctima.

¿Qué opina del manejo que le ha dado al caso el fiscal Daniel Hernández? La Fiscalía dijo que usted hizo parte de ciertos casos de interceptación que le endilgaban a la red que se formó allá mismo y luego en una audiencia dejó claro que nada tuvo que ver con esos procesos…

Las cosas se caen por su propio peso. Al mayor (r) le preguntaron si me conocía y dijo que no. Lo mismo sucedió con el señor Villarraga. El trabajo de la Fiscalía debe ser basado en la verdad y fue el mismo fiscal Daniel Hernández que en una audiencia dijo que yo nada tenía que ver con los casos de interceptación al exfiscal general (Néstor Humberto Martínez) y al abogado Jaime Lombana. En otra audiencia dijo que el famoso software no existía.

¿Cuándo se dio cuenta de que el servicio de Salinas era una estafa?

Yo me enteré cuando comenzó todo este problema. Eso fue unos días antes. Yo con Salinas hice dos trabajos nada más. Pero yo me enteré de que no era verdad lo que me había mandado unos días antes de su captura.

¿Conoce a Laude Fernández, exrepresentante legal del Berkeley Research Group?

No.

¿Ha tenido relaciones con la empresa BRG?

Jamás.

¿Qué sabe de las interceptaciones ilegales a los pilotos del sindicato de Avianca?

Absolutamente nada.

¿Quién está detrás de todo esto?

Ustedes son los periodistas (risas). Lo que sucede es que ya estoy retirado de la Policía. No tengo ningún poder. Lo único que tengo es a mi familia. Nada más. Si me pongo a señalar personas es obvio que mi vida corre peligro.

¿Pero sí cree que detrás de todo hay alguien?

Obviamente. No es gratuito que te acusen de algo que no existe, que te capturen sin escucharte y te dejen un año sin libertad. Fuera de eso acaban con la honra, honor y todo lo que uno hizo durante 35 años en la Policía, en los que rescaté miles de personas. Ahora resulté un villano y un bandido. Muchos medios me trataron como eso.

¿Cree que su caso está relacionado con las disputas internas en la Policía?

No sé. Pero yo desde hace tres años me retiré de la Policía. Yo soy una persona pública y desafortunadamente lo bueno que uno hace se olvida fácilmente. Pero tengo mi conciencia tranquila.

¿Considera que todo su caso es producto de una desafortunada relación con Salinas?

Fue desafortunada, pero cuando yo hablé con él era una persona con una empresa legalmente constituida. No lo busqué en lugares oscuros de Bogotá o Cali.

¿Cómo califica que a usted lo vinculen en este escándalo?

La situación es tal que llevo un año y unos meses detenido sin ser escuchado. Lo único que he podido hablar ha sido en las audiencia y solo he dicho mi nombre, no más. Aspiro a poder decir la verdad en el juicio. Es muy triste lo que me ha pasado, porque pasé de ser conocido en todas las partes de Colombia —fui hasta comandante en Putumayo y Caucasia— a estar acusado.

¿Teme por su vida?

Sí, por esa razón le pedí a la Policía que me ayude con la seguridad porque no tengo como pagar un privado.

¿Ha recibido amenazas?

Sí, algunas. Pero no les pongo mucha atención.

Por Redacción Judicial

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