Maltrato animal: encuentran perrita enterrada viva en un cementerio

Perú impone penas de tres a cinco años de prisión por el delito de maltrato animal.

Foto: Gustavo Torrijos Zuluaga

Entre arbustos y tumbas al aire libre, Deyvi Jiménez escuchó unos aullidos. Buscó por el cementerio en el que estaba (Juan Pablo Cortez, en Perú), sin embargo, no encontró rastro de la criatura que generaba el molesto ruido que, además, incrementaba con el paso de los segundos.

Caminó hasta llegar a una lápida en la que se leía el nombre de Pedro Vergara y la fecha de defunción del hombre, que fue en febrero de 1998. Al mirar con detenimiento encontró enterrado vivo a un perro. Entonces, el hombre avisó al personal del camposanto, pero nadie atendió.

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“Estaban en el santo rosario, pero no escucharon nada. Después, cuando comenzó a ladrar más y la sacamos, me creyeron”, contó Jiménez a RPP, quien perforó la tumba rápidamente para sacar a Manchas, víctima del maltrato animal en Perú, un país que impone penas de tres a cinco años de prisión por este delito.

Al sacar a la mascota, esta se sacudió del polvo y por su delgadez, Jiménez estimó que llevaba días en el interior de esa tumba. Lo acontecido fue notificado a las autoridades y los representantes del cementerio, aunque todavía no se ha oficializado una investigación.

La canina rescatada fue diagnosticada con anemia y deshidratación, por lo que se encuentra en observación en un albergue temporal llamado Entre patas. Esta institución atiende a más de 70 perros en situación de vulnerabilidad y será la responsable de dar en adopción a la mascota.

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También se han encargado de casos trágicos, como el de Dachi, una pug que fue apuñalada. Por lo que su atacante fue sentenciado a un año y seis meses de cárcel por abandono y crueldad animal, según cuenta Infobae. Luego de lesiones punzocortantes profundas de cerca de seis centímetros, en la zona torácica y abdominal, se enfrentó a un daño muscular que le imposibilitaría volver a desplazarse con normalidad.

No obstante, situaciones como la anterior son sancionadas por la Ley 30407, de Perú, que reconoce a los animales como seres vivos con derecho a recibir un adecuado cuidado y tenencia apropiada.

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