La moda de gama alta es uno de los pilares de la economía francesa, gracias a marcas líderes mundiales del lujo como Louis Vuitton, Chanel, Hermès, Dior y Cartier. Pero el segmento inferior de la moda francesa ha perdido terreno frente a sus rivales europeos Zara, H&M y, más recientemente, ante los gigantes chinos Shein y Temu.