Jairo Varela, una historia musical quedó allá en la eternidad

Formó una de las orquestas más importantes del mundo en el género salsero.

El Espectador
08 de agosto de 2012 - 11:37 p. m.
El músico Jairo Varela.
El músico Jairo Varela.

"Ese día que tú te olvidaste de mí, ese día que yo me olvidé de ti. Faltó un pañuelo para secar tus lágrimas, faltó un amigo que me consolara..." dice una de esas icónicas canciones compuestas por la pluma magistral de uno de los compositores más destacados de la música colombiana y, porque no, de la música tropical a nivel mundial.

Hoy faltarán miles, millones de pañuelos para secar las lágrimas de quienes bailaron, corearon y gozaron las canciones de Jairo Varela el chocoano que llevó la salsa colombiana a su máxima expresión y que se dio el lujo de armar una orquesta con algunos de los mejores músicos  de la salsa en todos sus tiempos con voces como la de Tito Gómez, quien cantó en la Sonora Ponceña y que hizo célebres temas como 'Nuestro sueño' y 'Cómo podré disimular'. “Cómo podré disimular si tu recuerdo me castiga, llevo  una pena tan honda que no puedo ya ocultarlo… de tantas que pasaron por tu vida fuiste tú la que conmigo acabó. Porque tú, porque tú, mi reina, la reina…”

La llegada del Puertorriqueño vino a seguir la senda de una estela de cantantes de gran voz y factura que ya había hecho lo suyo en el conjunto de la capital mundial de la salsa  como Saulo Sánchez, quien siendo apenas un adolescente cantó todos los temas del álbum 'Al pasito' (el primer trabajo discográfico de Niche en 1979) y a quien le siguieron los inolvidables  Álvaro del Castillo y Tuto Jiménez.

“París la ciudad luz, Nueva York capital del mundo, del cielo Cali la sucursal… que todo el mundo te cante, que todo el mundo te mime, celoso estoy pa’ que mires no me voy ni por miles…”

Pero también se caracterizó el maestro por ser descubridor de talentos, especialmente cantantes, quienes tras su paso por la orquesta han triunfado en solitario como  Javier Vásquez y Willie García, quienes formaron  la exitosa agrupación Son de Cali y que ahora han tomado caminos paralelos. El vacío que dejó la inesperada salida de Tito Gómez fue llenado por el bogotano Charlie Cardona, cuya voz se coló rápidamente entre los amantes de la música de Niche y quien abrió de par en par las puertas de importantes mercados, especialmente el mexicano, con canciones como Una aventura o Se pareció tanto a ti.

“Una aventura es más bonita, si no miramos el tiempo en el reloj… reventamos estamos que reventamos, cada vez que de frente nos miramos y los pies bajo la mesa nos tocamos y un beso robado queda siempre como adiós”.

Basta recordar sus inicios con los hermanos Coco y Alexis Lozano -quienes tras un exitosos inicio decidieron armar toldo aparte para que el maestro Alexis le diera vida a otra de las instituciones de la salsa colombiana: Guayacán Orquesta- para darse cuenta de la capacidad que tuvo Varela para rodearse de buenos músicos.

Murió Jairo, pero dejó cientos de hijas -como él les decía a sus canciones- retumbando en los parlantes de los bares salseros de Colombia y el mundo. Ana Milé, Un caso social, Sólo un cariño, Las flores también se mueren, Listo Medellín, Cali pachanguero, Mi negrita y su calentura y muchas más que tenía letras y un ritmos tan pegajosos que nadie se resistió a corear o a bailar durante más de tres décadas en Colombia, Estados Unidos o Europa.

"Ya vamos llegando, me estoy acercando, no puedo evitar que los ojos se me agüen", dice la letra de aquel himno compuesto su Pueblo Natal, Quibdó.  Y eso pasa, los ojos se aguan, cuando se trata de recordar el recorrido musical y le legado del maestro, quien venía padeciendo problemas cardiacos.

Una vida prolífica, una vida llena de éxitos y problemas como les ha pasado a decenas de músicos y como les ha pasado a la mitad de los salseros del mundo por ese sino trágico que traen las presentaciones privadas, los contratos con desconocidos y las telarañas de  relaciones peligrosas que se tejen muchas veces entre la farándula, las drogas y la mafia.

Varela tuvo que pagar 34 meses de prisión por enriquecimiento ilícito  para salir luego por haber cumplido las tres terceras partes de su condena  y gracias al buen comportamiento y estudio. De allí salieron, como no, los temas A prueba de fuego y La cárcel.

$120.000 pesos recibió en Bogotá por su primer trabajo musical con Discos Daro. Al pasito se tituló ese primer trabajo que hizo desde la capital. Pero ya cuando vio que la ciudad no daba más, tal como le dijo recientemente a la revista Bocas, decidió irse a probar fortuna a la otra capital, a la de la salsa, sin imaginarse que estaba dando apenas el primer paso de lo que sería todo un fenómeno musical y empresarial; porque así como músico estricto fue exitoso como empresario.

"Gotas de lluvia no es el rocío lágrimas que vienen del corazón. Gotas de lluvia  no es el rocío,  lágrimas que brotan porque ya no hay amor. Pudiste haberme dicho que sí, pudiste haberme dicho que no; que no sentías nada por mí, que lo nuestro nunca fue nada..."

Fueron más de 60 producciones musicales y más de 70 éxitos rotundos
los que pasaron por la mente, el corazón y las manos de Varela. Hoy se va para ese Cielo de Tambores, ese en donde está Ismael Rivera, en donde está Héctor Lavoe, en donde está Celia Cruz, a donde hace apenas un año se fue el Joe Arroyo y que, como cosa rara, también fue un éxito arrollador.

“Una historia musical quedó allá en la eternidad…”, del tema Cielo de Tambores, nunca mejor dicho.

Por El Espectador

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