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La Policía Nacional detuvo en Málaga a un sacerdote de 34 años acusado de haber agredido sexualmente a al menos cuatro mujeres en varias ciudades españolas. Aparentemente, cuando salió la primera denuncia en Melilla, la Iglesia habría trasladado al cura hasta la diócesis de Málaga.
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El hombre fue detenido en la localidad de Vélez-Málaga por, presuntamente, agredir sexualmente a varias mujeres, que sedaba y grababa. Las agresiones habrían ocurrido entre 2017 y 2019 en varias localidades.
La investigación arrancó en agosto, por la denuncia de una mujer en la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) en Melilla, que había encontrado en su casa un disco duro que contenía fotos y videos, en los que aparecían mujeres siendo agredidas sexualmente, aparentemente bajo los efectos de un sedante. El dispositivo pertenecería a la persona con la que mantenía una relación sentimental, el cura.
Posteriormente, hizo la denuncia en la Policía, que identificó y contactó a las víctimas, que no recordaban haber vivido esa situación y desconocían la existencia de las grabaciones. Las mujeres hacían parte del grupo de amigas de la denunciante.
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Los agentes de Policía detuvieron al cura e incautaron material tecnológico que todavía está por revisar. Las autoridades creen que podría haber más víctimas en Melilla, Málaga y Córdoba, los lugares de residencia del detenido. El hombre ingresaría a prisión preventiva y está acusado de cuatro agresiones sexuales y cinco delitos contra la intimidad.
Según la policía, la mujer había hecho primero la denuncia a las autoridades eclesiásticas de Melilla en enero de este año. Días más tarde, el presunto agresor fue trasladado a Málaga. En el programa español Más Vale Tarde, los presentadores cuestionaron las acciones de la diócesis malagueña.
“Si tenían conocimiento de lo que este hombre hacía, porque así se lo indicó la pareja sentimental del cura, ¿por qué no lo denunciaron y únicamente lo trasladaron a otra parroquia donde podía seguir haciendo lo mismo?”, cuestionó el presentador Iñaki López.
El portavoz de la diócesis malagueña, Antonio Moreno, negó que la organización supiera del caso con anterioridad y aseguró que el traslado había sido por “motivos de salud”. De acuerdo con Moreno, fue hasta agosto cuando se enteraron de la gravedad de las acusaciones.
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“Entonces, ¿la Policía miente? Porque es la Policía la que dice que en enero la novia del cura va al vicario de Melilla, le dice lo que ha encontrado y automáticamente ese hombre se le traslada a Málaga”, continuó la presentadora Cristina Pardo.
El Obispado sacó un comunicado en el que sentía “profundamente” el daño que causaron las acciones del cura. Enfatizaron su condena “más profunda y contundente contra cualquier tipo de vejación o abuso a la mujer” e indicaron que estaban colaborando con los requerimientos de la Justicia.
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