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“Necesitamos fortalecer la CELAC para poder negociar con la UE”: Jorge Rojas

En esta entrevista, el embajador de Colombia en Bélgica y ante la Unión Europea habla del papel que tendrá el país en la Cumbre UE-CELAC, que comienza el lunes en Bruselas. Destaca las propuestas ambientales que el presidente Petro seguirá poniendo sobre la mesa, como el cambio de deuda por acción climática, así como el liderazgo internacional de Colombia, que ha conseguido la presidencia pro tempore de la CELAC en 2025 y que trata de fortalecer a un región que viene desunida.

Olga Gayón | Bruselas, Bélgica | Especial para El Espectador
14 de julio de 2023 - 06:00 p. m.
Jorge Rojas, embajador en Bélgica y ante la Unión Europea.
Jorge Rojas, embajador en Bélgica y ante la Unión Europea.
Foto: Cortesía Cancillería

Este lunes 17 y martes 18 de julio se celebra en Bruselas la cumbre entre los 27 Estados de la Unión Europea (UE) y los 33 que integran la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Es un encuentro de primer nivel al que, se espera, asistan la mayoría de los primeros mandatarios de los 60 países. Hay gran expectativa tanto por los temas que se trabajarán como por los resultados.

Tras ocho años sin celebrarse este encuentro (el último fue en 2015), existen roces, desencuentros e intereses compartidos de estas dos regiones del mundo. La mayoría de los países de América Latina, el bloque de las izquierdas que incluye economías fuertes como las de Brasil, Argentina y México, e importantes como las de Colombia y Chile, se supone, marcarán la pauta de esta cumbre por parte de los países de la CELAC.

La UE, como anfitriona, ha trabajado conjuntamente con los Estados de Latinoamérica y el Caribe para retomar esas relaciones que nunca debieron dejarse aparcadas. Pero ocho años de olvido han dejado mella. La UE abiertamente reconoce que ha perdido influencia en América Latina, sobre todo en lo económico, mientras que China ha tomado la delantera y se ha convertido en un inmenso inversionista en la región, especialmente en proyectos de infraestructura, al tiempo que países tan grandes como Brasil exportan múltiples productos hacia ese país con más de 1.400 millones de consumidores.

El bloque europeo tiene acuerdos comerciales bilaterales con diversos países del área, pero no ha podido llegar a un acuerdo con Mercosur, con el que lleva negociando durante dos décadas. Y se esperaba que de esta Cumbre en Bruselas saliera la decisión inmediata para firmar, pero, según se prevé, no será posible esta vez tampoco porque los países que integran Mercosur, entre ellos Brasil y Argentina, se han plantado contra la exigencia de la UE de poner en el acuerdo las normas del Pacto Verde Europeo, que exige que los productos comercializados por los territorios de la UE cumplan con estándares medioambientales que no estaban contemplados en las negociaciones de hace cuatro años, cuando estas se aparcaron. El llamado Pacto Verde, también podría afectar las exportaciones de productos agrícolas de Colombia hacia la UE.

Otra gran preocupación de la Unión Europea con América Latina es el poco peso político que tiene en la región. Esto se ha evidenciado en la negativa de la mayoría de los países del área de respaldar activamente a Ucrania en la lucha contra la invasión de Rusia y la guerra que se libra en su territorio desde hace 16 meses. La UE ha intentado conseguir este apoyo, pero sus esfuerzos han sido en vano. Incluso quiso invitar al presidente ucraniano Volodímir Zelenski a esta cumbre, pero esta propuesta fue rechazada por muchos países latinoamericanos y caribeños.

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Los puntos principales que se debatirán en esta cumbre giran alrededor de la defensa de la Carta de la ONU, el refuerzo de las relaciones políticas entre las dos regiones, el impulso de acuerdos comerciales, la aceleración de las inversiones europeas en el marco del Global Gateway, que integra la transición verde y digital, la lucha contra las desigualdades en América Latina, contra el narcotráfico tanto en esta región como en Europa y contra el alto nivel de violencia de los países de la CELAC.

Para América Latina y el Caribe la cumbre llega en un momento crucial por los efectos económicos y sociales de la pandemia, de los que todavía no ha podido recuperarse. La brecha social existente en la región es una de las más grandes del mundo, y la inestabilidad política y social de muchos países se ha convertido en un gran impedimento para avanzar e incluso para alcanzar pactos interregionales e internacionales. Por tanto, esta cita, en la que Europa desea acercarse para realizar proyectos de inversión, acuerdos comerciales y de cooperación, así como de colaboración mutua en la lucha contra el narcotráfico, es vital para la región y muy importante para Europa en su carrera de recuperar el tiempo perdido en América Latina y que ha llevado ahora al Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, a visitar entre otros países a Colombia y Cuba, y a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, a hacer una gira por Brasil, Argentina, Chile y México. También, a invitar al presidente Gustavo Petro a viajar a la Unión Europea el próximo mes de octubre.

Al parecer, los resultados de esta Cumbre no serán los más deseados por las dos partes, pero allí se abrirá una nueva puerta para fortalecer las relaciones entre la UE y la CELAC. Para Colombia en particular, podría ser esa puerta que se abre para conseguir objetivos regionales en la próxima cumbre, que liderará este país en 2025 y que se realizará en su territorio.

En este contexto, El Espectador habló en Bruselas con el embajador de Colombia ante la Unión Europea, Jorge Rojas, sobre la cumbre que comenzará el próximo lunes y a la que asistirá el presidente Gustavo Petro, quien, con toda seguridad, será uno de los mandatarios latinoamericanos que sobresaldrán en ella.

¿Podría decirnos cuán importante es la Cumbre UE-CELAC que se celebrará estos 17 y 18 de julio en Bruselas?

Siempre será una gran oportunidad para Colombia tener un diálogo político entre los presidentes de los 27 países de la UE y los 33 de América Latina y el Caribe congregados en la CELAC. Y nuestro país, que tiene propuestas concretas frente a temas críticos como el cambio climático o el de la reindustrialización, también para los asuntos sociales y económicos, pues tiene todo el interés de participar y apoyar esta Cumbre y asegurar que tenga resultados positivos para nuestros países, sobre todo para la integración de América Latina y el Caribe (ALC).

¿Ha trabajado con intensidad la embajada de Colombia en Bruselas en la preparación de esta cumbre, junto con las otras embajadas de la CELAC y la UE?

Sí, hemos trabajado con mucha constancia. Es evidente que hemos tenido dificultades para acordar una declaración final. Ha habido inconvenientes para acordar el formato y para la agenda temática, pero al final tenemos una propuesta de nuestro anfitrión, la UE. Hemos trabajado con las autoridades europeas en función de que la presencia de nuestros presidentes contribuya a poner en la agenda política las prioridades de la región, además de las prioridades que tienen los 27 Estados europeos. Ahora, lo más importante es que la cumbre salga bien y que este encuentro en Bruselas de los jefes de Gobierno de 60 países de Europa y ALC sea el punto de partida para los cambios que queremos producir de aquí a 2025.

El presidente Petro asiste a esta cumbre. ¿Cuál es el objetivo de Colombia? ¿Qué es lo que va a pedir a la UE para negociar?

El presidente Petro ha conseguido posicionar un discurso coherente ante la comunidad internacional en lo que tiene que ver con enfrentar la crisis climática. Su liderazgo en esto le va a permitir hablar con propuestas de cambio de deuda por acción climática ante la UE aquí en Bruselas. Y por supuesto, también presentará su propuesta de la Paz Total, que no habla únicamente de conseguir la paz dentro de nuestras fronteras, sino de trabajar por la paz en el mundo. Por eso creemos en los valores que se generan a partir de las reglas y el derecho internacional para condenar cualquier agresión territorial en cualquier parte del mundo y para procurar la protección de los derechos humanos y el logro de la paz. El presidente quiere avanzar en alcanzar una nuevas relaciones entre el Sur Global y el Norte Global que nos permita aunar el mayor esfuerzo posible alrededor de los temas de derechos sociales, democracia, seguridad, y participación de la sociedad. Creo que esos valores, esas propuestas inmersas en la coherencia del discurso del presidente Petro, se van a hacer sentir en esta cumbre de una forma destacada.

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Ha transcurrido bastante tiempo desde la última cumbre de 2015. ¿Es esto un impedimento para el buen desarrollo de la cumbre?

Es verdad que todos llegamos un poco tarde a la cumbre. Hace ocho años no nos reuníamos. También hay una cierta reacción de la UE a la presencia de mercados e inversión china en ALC. Si hubiésemos mantenido un diálogo constante y fluido entre la UE y la CELAC estaríamos rodeados de mejores circunstancias. Siempre decimos que para ALC el aliado estratégico es la UE porque compartimos valores democráticos, de derechos humanos, de libertades; esto hay que cuidarlo, alimentarlo. Lo que tuvimos este periodo de ausencia de diálogo conjunto fueron negociaciones de la UE con algunos bloques como Mercosur, o que intentó negocia. Manejó más la dispersión nuestra que la intención de construir una relación simétrica y universal entre la UE y ALC. Ahora llegamos a una cumbre que nosotros queremos que salga bien, que sea como el punto de partida de un nuevo modelo de integración entre los dos bloques regionales, porque tanto la UE como ALC debemos entender que este mundo es multipolar, que ha cambiado y que necesitamos trabajar con una visión distinta los modelos imperiales y coloniales de otras épocas.

Colombia ha conseguido la presidencia pro tempore de la CELAC y tendrá la oportunidad de celebrar en su territorio la próxima cumbre de 2025.

La embajada de Colombia en Bruselas cuenta con un equipo experimentado y muy capacitado para este trabajo, que finalmente nos ha permitido, bajo el liderazgo de la Cancillería, asegurar la presidencia pro tempore de la CELAC para el año 2025. Es un gran logro. Es la primera vez que Colombia ejerce esa presidencia. Esto es el resultado del liderazgo importante de Colombia en la región, que fue reconocido de manera unánime por todos los 33 países que integran la CELAC. A partir de esa presidencia hemos conseguido también la realización en Colombia de la cuarta cumbre que ya será CELAC-UE. Tendremos una cumbre en Colombia en clave latinoamericana y caribeña para hablar con la UE al más alto nivel.

¿Y cuál será el papel de Colombia en esta cumbre en Bruselas?

Desde esta embajada hemos estado al frente para que nuestro presidente pueda hablar de temas regionales y de interés para Colombia. La participación del presidente Petro girará alrededor de los temas centrales: deuda por acción climática, que ya fue aceptada como una propuesta viable y válida por la UE. Esto es una gran noticia tanto para ALC como para Colombia. Hemos logrado que se ponga en discusión la transición energética y la producción de energías limpias, sintonizando las necesitades de Europa con las de ALC. Esto es un elemento muy positivo. Igualmente, hemos logrado que los temas de unidad, democracia, justicia social, lucha contra el crimen organizado también entren en una discusión, no solo desde la perspectiva y los intereses europeos, sino también desde las urgencias que tenemos en nuestra región.

¿Y qué asuntos relevantes para Colombia no entraron en la agenda de esta cumbre?

Quedó por fuera el tema del Pacto Verde y una visión del comercio desde otra perspectiva, y que pusimos como prioridad para que estuvieran sobre la mesa, porque nos preocupa mucho que el modelo regulatorio que está imponiendo la UE incluye restricciones a la importación de productos agrícolas, en el caso particular de Colombia, el café, el banano y la palma, que deben cumplir los estándares establecidos en el Pacto Verde de la UE. Esas restricciones nos van a generar problemas que debemos comenzar a discutir con la UE. La UE debe entender y reconocer que ellos contribuyeron en buena parte a lo que está ocurriendo hoy en nuestra región, y no nos pueden ahora imponer unos mecanismos regulatorios que nos van a generar problemas económicos a nuestros países y que podrían contribuir, además, a que se caiga en una inseguridad alimentaria de proporciones gigantescas. Así que estamos hablando entre bloques, queremos hablar desde otras perspectivas, pensando en el planeta, en nuestros pueblos, en la integración, y en encontrar mecanismos comunes que nos permitan enfrentar de la mejor manera la crisis global que vivimos.

¿Hay una propuesta concreta de la CELAC a la UE para que el Pacto Verde pueda cumplirse escalonadamente hasta alcanzar los estándares exigidos en él, dando tiempo a que los países puedan cumplir con las mejorías ambientales exigidas a la hora de sembrar y cosechar sus productos?

Esto debe ser un modelo gradual concertado y bajo el principio de la corresponsabilidad. Estamos listos para trabajar con la UE en esa dirección, sin que afecte nuestros intereses económicos principales, y entendiendo que también la UE tiene intereses en nuestra región. Llamémoslo claramente: el litio y los minerales estratégicos que la UE necesita para la transición energética. Sobre el transporte que hoy se mueve con combustibles fósiles, para conseguir que se pase a energía eléctrica, los países europeos van a requerir de materiales que tenemos en nuestros territorios. Pero no queremos que esos minerales sean extraídos y traídos a Europa para procesarlos acá, para que nosotros quedemos en la misma situación de siempre que conlleva a que exportando materia bruta, se lo llevan todo y nos dejan sin ninguna clase de beneficios. Ahora queremos esa transferencia tecnológica para conseguir la productividad en nuestro territorio, la reindustrialización, con el fin de que podamos trabajar como socios estratégicos en una nueva relación en la que los beneficios sean para ambas partes.

En la mayoría de los países de ALC existe la certeza de que Europa no ha sido flexible para poner sobre la mesa los temas de esta cumbre que son vitales para la región. Por tanto, ¿vienen los países de la CELAC reforzados para exigir una simetría en las relaciones con la UE?

Tenemos que ser autocríticos. ALC no vienen en el marco de un proceso de integración fuerte y justamente necesitamos fortalecer la CELAC para poder negociar con la UE. Y los cambios políticos en América Latina que han interferido en estos procesos de integración nos han hecho mucho daño. Así que, a diferencia de Europa, que tiene un proceso sólido de integración, con 27 Estados que trabajan con una misma moneda, que se precian de tener valores compartidos y que han conseguido tener una regulación en múltiples esferas, nosotros, en ALC, todavía no avanzamos hacia la integración: precisamente esa es la tarea que vamos a comenzar con mucha fuerza después de esta cumbre.

Con la futura presidencia pro tempore de Colombia en la CELAC, ¿cuál será la estrategia para conseguir que los 33 Estados de la región lleguen fuertes a una negociación frente a los 27?

Negociar de una manera horizontal con la UE. Necesitamos fortalecer la integración de ALC. Y si Colombia va a realizar la próxima cumbre, pues ese será el sentido principal de nuestro esfuerzo para llegar a una buena negociación con nuestros aliados europeos.

Los presidentes Lula y Petro están unidos en su defensa para que el mundo reconozca con hechos a la Amazonía como el gran pulmón del planeta. Por primera vez sucede esto entre los dos países. ¿Están los otros países que comparten esta enorme selva por la misma labor, o no hay unidad en ello?

El Plan Nacional de Desarrollo de Colombia en una de sus prioridades hace referencia a la integración de América Latina y el Caribe. Colombia está lista para potenciar esa integración, para asegurar que fluya por unos caminos de democracia, de productividad, de adaptación de ese inmenso territorio al cambio climático y la mitigación de sus efectos. Creo que por esa vía Colombia va a tener un papel importante que jugar en los próximos dos años y esperemos que ese sea el horizonte hacia donde nos moveremos.

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La Unión Europea dejó de lado a América Latina. Ahora ha reaccionado al observar el tamaño de la relaciones económicas de esta región del mundo con China. Han sido años perdidos para las dos regiones. ¿Puede, de verdad, ALC, conseguir fortalecerse en el marco de las relaciones internacionales y que sea tenida en cuenta para las grandes decisiones mundiales?

Vamos a ver qué construimos hacia el futuro; no es fácil, la verdad, pero trabajaremos en esa dirección. ALC debe y puede ser una región influyente dentro del contexto internacional. Hacia allá enfocaremos gran parte de nuestros esfuerzos. Y esta cumbre es el punto de partida de una nueva relación entre la Unión Europea y ALC. Trabajaremos para que para la próxima cumbre en Colombia nuestra región consiga el lugar que se merece en el mundo.

¿Cree usted como embajador que en la finalización de esta cumbre se podrá decir que se ha avanzado, o esos ocho años de ausencia pasarán factura?

Esperamos que logremos caminar hacia adelante. Llegaremos a acuerdos mínimos de diálogos políticos, democracia y crisis climática. Me parece que hay elementos positivos que nos pueden señalar la línea de partida para la próxima cumbre.

Como embajador, ¿se le ha dificultado hablar de tú a tú con la UE? ¿Ha encontrado muchas barreras?

Colombia es escuchada y atendida porque a Colombia la escuchan por su importancia geoestratégica y geopolítica. Nos prestan atención porque hay un presidente que tiene un liderazgo internacional importante, con propuestas que llaman la atención en Europa, porque es un país democrático que asume con responsabilidad sus compromisos internacionales; creo que esto se va a sentir en esta visita del presidente Petro a Bruselas.

¿En Colombia, hoy, la opinión pública sí ve en esta Cumbre UE-CELAC, la verdadera importancia que tiene tanto para la región como para el país?

Siento como embajador que en Colombia nos falta hacer un trabajo mayor, interno, para explicar la gran importancia que tiene la UE, no solo en nuestras relaciones internacionales, sino para todo este mundo multipolar que ahora vivimos. Siento que Colombia todavía está muy concentrada en la relación con Estados Unidos, y eso en parte está bien porque hacemos parte de una tradición histórica, pero es hora de que en nuestro país miren con otros ojos a la Unión Europea y que también vuelquen la mirada hacia los países asiáticos y a los demás países que entran en esta lógica multipolar que ya se está haciendo sentir en las relaciones internacionales.

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Por Olga Gayón | Bruselas, Bélgica | Especial para El Espectador

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