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¿Volvió la tradición de los espías rusos con la guerra en Ucrania?

Los servicios europeos advierten contra un aumento de las acciones de sabotaje atribuidas a Rusia en territorio de los países de la OTAN, según informó el domingo el Financial Times. De hecho, los expertos en inteligencia entrevistados por France 24 han observado un aumento significativo de lo que entienden como acciones rusas clandestinas en Europa.

France 24
09 de mayo de 2024 - 01:29 a. m.
El presidente ruso, Vladimir Putin, habla durante una reunión del Consejo Económico Supremo Euroasiático en la cumbre de la Unión Económica Euroasiática (UEEA) en Moscú, Rusia, el 8 de mayo de 2024.
El presidente ruso, Vladimir Putin, habla durante una reunión del Consejo Económico Supremo Euroasiático en la cumbre de la Unión Económica Euroasiática (UEEA) en Moscú, Rusia, el 8 de mayo de 2024.
Foto: EFE - EVGENIA NOVOZHENINA / POOL

Sabotajes o incendios provocados. Varias agencias de inteligencia europeas advierten de la creciente amenaza de acciones violentas por parte de los servicios de inteligencia rusos en suelo europeo y en países de la OTAN, según informó el domingo el Financial Times.

“Evaluamos que el riesgo de sabotaje dirigido por el Estado (ruso) ha aumentado significativamente”, declaró Thomas Haldenwang, presidente de la Oficina Federal Alemana para la Protección de la Constitución, en una conferencia sobre seguridad celebrada en Alemania en abril.

Incendios e intentos de sabotaje

Esta afirmación es compartida por las agencias de inteligencia “de tres países, que compartieron sus conclusiones con el Financial Times”. Los servicios de seguridad de la OTAN pusieron sobre la mesa “información clara y convincente sobre las maquinaciones rusas”, declaró al diario británico un político europeo que prefirió mantener el anonimato.

El lunes 6 de mayo, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó estas acusaciones de “infundadas” y “poco serias”.

Pero estas advertencias se ven alimentadas por una serie de incidentes sospechosos que han tenido lugar en toda Europa, e incluso más allá. Se sospecha que los servicios de inteligencia rusos están detrás de un incendio ocurrido el 21 de marzo en un almacén londinense perteneciente a un empresario ucraniano. Un mes después, el 15 de abril, una explosión sacudió una fábrica del gigante británico de la defensa BAE, donde se fabricaban armas destinadas a Ucrania.

Días después de este incidente, la policía polaca detuvo a individuos sospechosos de recabar información sobre el aeropuerto de Rzeszów en nombre de Rusia. El mismo día, dos ciudadanos con doble nacionalidad germano-rusa fueron detenidos y acusados de preparar operaciones de sabotaje en suelo alemán.

Incluso se sospechó que espías rusos habían incendiado una fábrica de municiones en Estados Unidos a mediados de abril.

Una lucha contra Occidente

“Probablemente estemos asistiendo a una aceleración de una tendencia iniciada hace más de un año, que consiste en el aumento de las acciones clandestinas en suelo de los países de la OTAN”, denunció Jenny Mathers, especialista en servicios de inteligencia rusos de la Universidad de Aberystwyth.

En abril, las autoridades checas advirtieron de que agentes rusos intentaban sabotear la red ferroviaria europea desde la primavera de 2023. Habían llegado a contabilizar más de 1.000 intentos de pirateo dirigidos contra esta infraestructura crítica para el transporte de materiales occidentales a Ucrania.

La reciente escalada se produce en un momento en que “la retórica rusa insiste cada vez más en que hay una guerra contra Occidente y que Moscú debe defenderse”, señaló Kevin Riehle, especialista en inteligencia de la Universidad Brunel de Londres. En un discurso pronunciado el 28 de marzo, el presidente, ruso Vladimir Putin, se refirió a las bases militares de la OTAN en Europa como “objetivos legítimos” en la actual guerra en Ucrania.

Cuanto más tenga Rusia la impresión de que Occidente apoya militarmente a Ucrania y la presiona, “más se debería esperar que Moscú reaccione”, señaló Mark Galeotti, director de la consultora Mayak Intelligence y autor del libro ‘Las guerras de Putin: de Chechenia a Ucrania’.

Para este especialista en temas de seguridad rusa, no es de extrañar que el aumento de las operaciones clandestinas rusas se produzca “en un momento en el que hay más ataques ucranianos en suelo ruso”. Para Moscú, Kiev no es más que un peón en manos de la OTAN, lo que significa que los responsables rusos culpan directamente a Occidente de estos ataques en Rusia”. Por tanto, las operaciones violentas se vuelven mucho más legítimas para ellos.

El Ejército, por un lado, los espías por otro

Los servicios de inteligencia rusos creen que este es un momento especialmente bueno para presionar más a los países europeos. El ejemplo del debate parlamentario en Estados Unidos sobre la conveniencia de enviar cada vez más armas a Ucrania demuestra que “empieza a haber un cierto cansancio de la opinión pública con respecto al apoyo a Ucrania”.

Golpear en suelo europeo es un recordatorio de que hay un precio que pagar en términos de seguridad por este apoyo, lo que podría reforzar aún más los temores de los escépticos”, comentó Daniel Lomas, especialista en servicios de inteligencia de la Universidad de Nottingham, que estudia el aumento del espionaje por parte de Rusia desde el inicio de la guerra en Ucrania.

Fomentar divisiones en la opinión occidental de esta manera serviría perfectamente a los intereses rusos. Sobre todo teniendo en cuenta que su Ejército está intentando actualmente romper las defensas de Ucrania. “Si los servicios de inteligencia consiguen frenar la entrega de armas a Ucrania, en particular haciendo dudar a los países europeos de la conveniencia de hacerlo, sería también un éxito estratégico para las operaciones militares”, comentó Jenny Mathers.

“Hay un impacto psicológico, pero también material”, añadió esta especialista. La mayoría de los objetivos de los actos de sabotaje o tentativa de sabotaje atribuidos a los espías rusos son depósitos de municiones destinados al Ejército ucraniano o infraestructuras de la cadena de suministro y entrega de este material (red ferroviaria o aeropuertos).

“La prioridad número 1 de las agencias rusas es realmente interrumpir el envío de material a Ucrania”, agregó Daniel Lomas. Esto demuestra “una verdadera coordinación entre el Ejército y los servicios de inteligencia”, según Jenny Mathers. Un entendimiento entre servicios que distaba mucho de ser un hecho, en su opinión, dadas las constantes luchas internas entre agencias y dentro de los distintos ministerios en Rusia.

Mantenerse por debajo del umbral de escalada

Los espías rusos ya están listos para la acción. Y las agencias europeas parecen pensar que están preparados para golpear con fuerza. Se dice que tienen “poca preocupación aparente por las víctimas civiles, según funcionarios de inteligencia” entrevistados por el Financial Times.

¿Sugiere esto que las futuras operaciones serán más violentas y mortíferas? Esta conjetura deja dudosos a los expertos entrevistados por France 24.

Por un lado, aunque no es el único, el GRU (inteligencia militar) es el que “se encarga oficialmente de reducir la capacidad de los enemigos de Rusia para hacer la guerra”, dijo Kevin Riehle. Y estos espías no se caracterizan por preocuparse por las víctimas colaterales. “En 2018, el intento de envenenamiento de (el exagente doble) Sergei Skripal en Inglaterra se saldó con la muerte de un civil que se había expuesto accidentalmente al Novichok”, indica Daniel Lomas.

Pero las autoridades rusas “todavía tienen un sentido de que hay límites que no se deben traspasar. Y, por el momento, quieren asegurarse de que sus operaciones clandestinas no provocan muertes. Todas estas acciones se mantienen por debajo del umbral de la escalada de tensiones”, agregó Mark Galeotti. En su opinión, “los responsables rusos pueden hablar de guerra con Occidente, pero desde luego no quieren un conflicto abierto”.

“El uso de los servicios de inteligencia” es actualmente la única forma que tiene Rusia de operar en Europa sin provocar una respuesta militar de la OTAN”, apunta Lomas.

Por eso el desalojo de cientos de miembros de las embajadas rusas en Europa al comienzo de la guerra -la mayoría de los cuales fueron acusados de ser espías- fue un golpe tan duro para Rusia. El hecho de que Moscú parezca capaz de intensificar sus operaciones clandestinas en Europa “indica que los servicios de inteligencia han reconstituido en parte su red”, afirma Kevin Riehle.

Pero, por el momento, se trata de un incendio aquí, de un intento de sabotaje de ferrocarriles allí, o de binacionales detenidos antes de tener éxito en su plan. En otras palabras, la red europea del GRU es probablemente todavía frágil. Y este es seguramente el significado de las advertencias de los servicios de inteligencia europeos: quizás todavía se esté a tiempo de evitar que Europa vuelva a convertirse en un Ejército de espías rusos capaces de dañar permanentemente la cadena logística para transportar equipos a Ucrania.

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