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“Hace un año mi vida cambió totalmente”: novia de víctima del avión de Germanwings

Se cumple el primer aniversario de la tragedia aérea que cobró la vida de 150 personas. Una acción deliberada del copiloto, Andreas Lubitz, estrelló la aeronave contra los Pirineos franceses. Habla Catalina Paz Paz, pareja de uno de los dos colombianos muertos en el siniestro.

Nicolás Eliades
23 de marzo de 2016 - 08:08 p. m.
Imagen captada este miércoles en el homenaje que Francia le rindió a las víctimas del vuelo de Germanwings. / AFP
Imagen captada este miércoles en el homenaje que Francia le rindió a las víctimas del vuelo de Germanwings. / AFP

El 23 de marzo se cumple un año desde que un vuelo de la aerolínea alemana Germanwings entre Barcelona (España) y Dusseldorf (Alemania) acabó contra una montaña en los Pirineos franceses. Las conclusiones de la Oficina de Investigación y Análisis de Francia apuntan a una acción deliberada del copiloto, el alemán Andreas Lubitz (27 años), de quien se supo tras el siniestro que ese día estaba de baja médica, y en tratamiento psiquiátrico desde hacía tiempo. Pareciera que la depresión crónica del piloto les costó la vida a 150 personas, entre ellas dos colombianos. La novia y prometida del arquitecto colombiano Luis Eduardo Medrano, Catalina Paz Paz, habló con El Espectador sobre aquel doloroso día y el año que ha pasado desde entonces.

¿De dónde eres?

Soy de Popayán - Cauca –Colombia.

¿Quién era Luis Eduardo?

Luis Eduardo era mi novio, con el cual me casaría el 26 de diciembre de 2015. Era el ser mas maravilloso que alguien pudiera tener a su lado. El mejor de los padres, el mejor de los hijos, el mejor de los amigos, el mejor ser humano. Una persona que compartía todo cuanto tenia fuera mucho o poco, una persona que no guardaba rencor por absolutamente nadie, que no juzgaba, no criticaba, tenia una buena palabra y una sonrisa a quien estuviera a su lado.

Un ser que decidió ir a vivir a un país extraño pensando en el porvenir de su hija y de él, pasando por momentos duros, lo cual nunca lo hizo caer y siguió luchando para tener un mejor porvenir. Una persona que solo pensaba en los demás, en que todos estuvieran bien y pensaba en vivir cada momento como si fuera el ultimo. No se privaba de nada y gozaba de su vida al máximo. La verdad es que fue un ser que en sus 36 años se gozó su vida y cumplió muchos de sus sueños, aunque le faltaron muchos otros.

¿Fue un viaje rutinario, sin más? ¿En ningún momento pensaste en viajar con él?

El viaje estaba planeado desde el mes de enero, yo viajaba desde Colombia y el desde bata, África, donde él vivía. Era en realidad su viaje de despedida de la vida que había tenido por seis largos años. La idea era que pasáramos una vacaciones en Europa antes que él volviera a Colombia para radicarse nuevamente. Pasamos cuatro días juntos antes de él viajar a Alemania a recoger a Annk, su hija, y pasar los siguientes días en un crucero por Islas Canarias y otros días mas en Barcelona y Madrid.

Si pensamos en viajar juntos a Alemania el último día ya que en Barcelona había una ola de frío y no me quería quedar sola por día y medio sin él. Buscamos el pasaje la noche anterior en internet pero no había cupos disponibles en el vuelo y por eso él terminó viajado solo.

¿Cómo ha sido este año para ti?

El año más duro de mi vida. Para mí en realidad no ha pasado el tiempo, lo sigo extrañando como si no lo hubiera visto desde la noche anterior. Es un vacío en el alma que nadie puede describir ni sentir. He tenido soporte psicológico y psiquiátrico desde poco después del accidente, ya que tuve un embarazo psicológico a raíz de la muerte de Luis Eduardo.

Esto ha causado un alejamiento de la familia de Luis Eduardo y de personas allegadas tanto a él como a mi que no pudieron entender el impacto tan grande que viví al pasar todo lo del accidente. Así que mi vida desde el 24 de Marzo de 2015 cambió totalmente. Dejé de tener esperanzas de ser una persona feliz.

¿Qué sentimientos genera en ti esta fecha?

Recuerdos de felicidad porque pienso en los últimos días que estuvimos juntos caminado por Madrid y Barcelona y obviamente una tristeza infinita de recordar los momentos en los que me enteré del accidente y todo lo que trajo aquel día.

¿Cómo viviste ese día, antes de saber lo ocurrido?

Luis Eduardo salió más o menos a las 7 de la mañana del hotel en Barcelona y yo me quedé durmiendo con pocas ganas de salir por el frío que estaba haciendo. A eso de las once me arreglé para salir a dar un paseo y conocer algunos lugares que no alcanzamos a conocer juntos. Luego llamé a mi madre que estaba en Colombia y ella me preguntó si sabía algo de Luis, yo contesté que no y ella me contó lo ocurrido con un vuelo Barcelona - Alemania, y me inquietó. Volví al hotel inmediatamente para poder tener noticias de él. A mi correo había llegado un mensaje de su hermano donde me decía que tenía algo que decirme. Así fue como me enteré de la fatal noticia.

¿Cómo fue aquel momento que te enteraste de lo sucedido?

Pensé inmediatamente que no era verdad, que era imposible creer que Luis Eduardo ya no estuviera a mi lado. Habíamos planeado una vida juntos tanto, que pensé que no podía ser real que desapareciera en tan pocos momentos. Luego pensé que existía la posibilidad que estuviera vivo y me aferré a eso hasta que en la noche perdí toda esperanza y pasé las siguientes horas en casa de una amiga colombiana y al siguiente día en un avión de regreso a Colombia donde solo quería poder despertar de aquella pesadilla, la cual no podía ni entender y mucho menos aceptar. Tuve un sentimiento de soledad que desde ese día me acompaña donde quiera que voy.

¿Fuiste al lugar del siniestro?

Tras mi regreso a Colombia y encontrarme con mi madre, viajé a Colonia a una misa que se realizó días después con los papás de Luis Eduardo, su hermano y mi madre. Luego fuimos a Marsella al lugar más cercano donde se encontraba la placa en honor a las personas del accidente.

¿Allí que sentiste?

No puedo describir lo que sentí. Era encontrarme con su último lugar y el primero de una vida totalmente diferente para mí. Fue enfrentar una realidad que yo no quería conocer. Fue encontrar el lugar entre el cielo y la tierra que nos separó pero que desde ese momento en el que miré a la montaña nos unió más, como dos almas que nuca se separarán.

¿Y cambió algo cuando supiste que la posible causa del accidente fue el mismo piloto?

Para mí no, siempre dije que la consecuencia seguía siendo la misma, Luis Eduardo ya no estaba a mi lado.

Lubitz, ¿qué inspira en ti ese nombre?

Nada.

¿Si le pudieras decir algo a aquel piloto, qué sería?

Nada.

¿Cómo te trató la aerolínea ante la noticia?

Se portaron muy bien mientras tuve relación con ellos, la cual dejó de existir luego de la visita al lugar del accidente.

¿Cuál ha sido la explicación de lo sucedido que te han ofrecido?

La misma que conoce todo el mundo.

¿Qué acciones esperas o quisieras que tomara la aviación para prevenir tragedias como esta?

Debe existir más cuidado con las personas que tienen en sus manos las ilusiones y esperanzas de vida de tanta gente.

¿Alguien te ha pedido disculpas por lo sucedido? ¿Sirvió de algo?

Las personas de la aerolínea siempre fueron muy recurrentes en pedir disculpas por lo sucedido. No sirvió para nada.

¿La forma de trato dentro la cultura alemana del tema y de los familiares, ha sido distinta a lo que estas acostumbrada?

Claro que sí, los europeos en general son más secos a la hora de expresar sus sentimientos y eso se ve reflejado en todo.

¿Has vuelto a viajar en avión?

En varias oportunidades. En aviones iguales al del accidente.

¿Cuándo lo haces, que viene a tu mente?

Pienso en como sería el último momento de Luis Eduardo en ese avión, en qué pensaría.

¿Qué mensaje le enviarías a gente que pase por una situación similar?

No se puede decir nada, ojalá nadie lo tuviera que vivir; porque lo que se siente es algo que solo el que lo ha vivido lo entiende.

 

Por Nicolás Eliades

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