''En algún garaje alguien planea destronar a Google''

El presidente ejecutivo del gigante informático reconstruye la historia de su empresa y cómo se reinventa cada día para seguir siendo útil a los cibernautas de todo el mundo.

Eric Schmidt, Especial para El Espectador, Berlín
18 de enero de 2015 - 02:00 a. m.
“El panorama económico en el que estamos operando no es solamente competitivo, sino que está cambiando constantemente”: Eric Schmidt, presidente de Google.  / Reuters
“El panorama económico en el que estamos operando no es solamente competitivo, sino que está cambiando constantemente”: Eric Schmidt, presidente de Google. / Reuters
Foto: REUTERS - © Petar Kujundzic / Reuters

Los mejores inventos nunca se terminan. Cuando el ingeniero alemán Karl Benz inventó el primer automóvil con motor de petróleo, no se limitó a crear un motor con ruedas; puso en marcha una industria que revolucionó la forma como se estructuraba la sociedad. Del mismo modo, Tim Berners-Lee, el científico de computación de Inglaterra, no sólo construyó el primer sitio web del mundo. Sentó las bases para la World Wide Web. Ninguno de los dos podría haber anticipado el impacto que iba a tener lo que estaba haciendo.

Si hay una lección que las autoridades formuladoras de políticas económicas deben tener en cuenta durante 2015 y en adelante es la siguiente: de la misma forma en la que un invento es dinámico, lo son las industrias que crean dicho invento. Tal como aprendimos en el año 2014, esta es una lección que aún tiene que captarse en su totalidad.

Cuando se lanzó Google, las personas se quedaron asombradas de poder obtener información sobre casi cualquier cosa escribiendo sólo unas pocas palabras en una computadora. La ingeniería detrás era técnicamente complicada, pero lo que usted obtenía era bastante rústico: una página de texto, dividida por diez enlaces azules. En ese momento eso era lo mejor que había, pero no es algo maravilloso, según los estándares de hoy en día.

Por lo tanto, nuestros cofundadores Larry Page y Sergey Brin —de la misma forma que los demás inventores exitosos— siguieron actuando. Comenzaron con imágenes. Al fin de cuentas, las personas querían algo más que simplemente texto. Esto se hizo evidente por primera vez después de que se celebraran los premios Grammy 2000, evento en el cual Jennifer López lució un vestido verde que, a decir verdad, atrapó la atención del mundo. En ese momento fue la consulta de búsqueda más popular nunca antes vista. Sin embargo, no teníamos una manera segura de llevar a los usuarios exactamente hacia lo que querían: J-Lo luciendo ese vestido. Así fue como nació la búsqueda de imágenes de Google.

Los mapas son otro gran ejemplo. Cuando las personas buscan una dirección en Google, no quieren un enlace a los sitios web que mencionan la calle. Por lo general, quieren saber cómo llegar hasta allí. Así que construimos un mapa en el cual se puede hacer clic y arrastrar información, y que es fácil de explorar. Los mapas se han convertido en una parte tan medular de Google que la mayoría de los usuarios probablemente no pueden imaginarse Google sin ellos.

Ha ocurrido lo mismo con muchos de nuestros cambios. Las búsquedas han mejorado con el transcurso del tiempo. Busque en Google las condiciones climáticas para el lugar donde vive y obtendrá como primer resultado los pronósticos del tiempo para los próximos días, lo que le ahorra tiempo y esfuerzo.

Sin embargo, los esfuerzos de Google por proporcionar respuestas directas a las preguntas han avivado quejas ante la Comisión Europea. Empresas como Expedia, Yelp, y Trip Advisor argumentan que las búsquedas de Google están privando sus sitios web de tráfico valioso, poniendo sus negocios en desventaja. En lugar de que en Google seamos quienes proporcionen imágenes, mapas, pronósticos del tiempo, noticias o versiones traducidas de sitios en lenguas extranjeras, ellos preferirían que se regresara a los tiempos de los diez enlaces azules.

Hace unos años, un abogado de uno de nuestros competidores hizo un dibujo de una costa con una pequeña isla en alta mar. Añadió una línea de puntos, explicando que ese era el único ferry que conectaba la isla con el continente. El punto que deseaba enfatizar era que Google se asemejaba al ferry: es decir, era la única manera de navegar por la red de internet.

En realidad, existen muchas maneras de desplazarse en la red. Para obtener noticias, usted puede ir directamente a su servicio de noticias favorito. Si quiere comprar algo, puede ir directamente a Zalando o Amazon, donde puede investigar modelos y precios, y también puede obtener opiniones y pagar por su compra, todo de una sola vez.

Lo que verdaderamente se debe enfatizar es que el panorama económico en el que estamos operando no es solamente competitivo, sino que está cambiando constantemente. Este año nuestra industria alcanzó un hito importante. Por primera vez, las personas pasan más tiempo en dispositivos móviles que en sus computadores de escritorio. El tiempo que se pasa en los computadores de escritorios al presente ha caído a sólo el 40%. Y las personas utilizan los dispositivos móviles de manera muy diferente a la forma como utilizan sus computadoras de escritorio. Siete de cada ocho minutos que se pasan en un teléfono móvil se pasan dentro de una aplicación, y la aplicación más popular del mundo es Facebook.

Muchas personas consideran que Facebook, Google, Apple y Amazon, entre otras, son empresas que ningún competidor podría vencer jamás. Cada vez tengo menos certeza al respecto. La historia está llena de ejemplos que muestran que el tamaño y el éxito pasado no garantizan nada. Las grandes empresas pueden ser superadas rápidamente. Hace apenas unos años Yahoo, Nokia, Microsoft y Blackberry parecían no tener rival. Todas ellas se han visto perturbadas por una nueva ola de empresas de tecnología, Google entre ellas.

Google funciona de manera muy diferente a otras compañías que han sido apodadas como empresas controladoras de acceso, en inglés gatekeepers, y a las que se regula de manera acorde. No somos un ferry, un ferrocarril, una red de telecomunicaciones o una red eléctrica que tiene una línea única para servirle y que no permite el ingreso de competidores. Nadie se ve obligado a usar Google. Las personas tienen opciones y eligen usarlas todo el tiempo. Sabemos que si dejamos de ser útiles, nuestros usuarios se irán. Las barreras de entrada son insignificantes, porque la competencia se encuentra solamente a un clic de distancia.

Alguien en un garaje en algún lugar está detrás de nosotros y tiene como objetivo superarnos, y 2015 podría ser el año en que ese alguien muestre su accionar. Lo sé, porque hace muy poco tiempo nosotros éramos quienes estábamos en ese garaje. Y sé que el próximo Google no va a hacer lo que Google hace, al igual que Google no hizo lo que AOL hacía.

Rara vez se esperan las turbulencias derivadas de un cambio tecnológico trascendental. El telégrafo perturbó el servicio postal. La radio y la televisión sacudieron la industria de la prensa escrita. Los aviones dieron fin a la era de los transatlánticos. Los inventos son siempre dinámicos, y es por eso que el futuro siempre será tan emocionante como lo fue el pasado.

 

* Traducido del inglés por Rocío L. Barrientos.

Por Eric Schmidt, Especial para El Espectador, Berlín

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