La implementación de tabletas digitales en las aulas de clase, incluso desde edades preescolares, ha demostrado que los niños sienten más afinidad por deslizar los dedos por la pantalla y experimentar con nuevas aplicaciones, que por concentrarse en una jornada de charlas guiadas por los maestros.
Muchas escuelas de primaria y bachillerato en el mundo han introducido iPads para facilitar el aprendizaje y expertos internacionales como Heather Kirkorian, profesor asistente en estudios familiares y desarrollo humano, y miembro de la Sociedad estadounidense para la Investigación en Desarrollo Infantil, reafirman el potencial educativo que tienen las pantallas táctiles en los escolares. “Los niños que están interactuando con la pantalla cometen menos errores y aprenden más rápido”, le dijo a BBC Mundo.
En Colombia, durante 2012, el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones entregó cerca de 82.000 tabletas en 86 municipios de bajos recursos del país, y para 2013 espera conceder otras 100.000. “Hoy abrimos la segunda gran fase. Tenemos US$50 millones para comprar tabletas de última tecnología. La subasta pasada comenzó en $900.000 y logramos comprar tabletas de $380.000. Ahora comenzaremos la subasta en $600.000”, aseguró el ministro Diego Molano.
Para acceder a las tabletas, los alcaldes de los municipios interesados deben presentarle un plan de apropiación digital al ministerio en el que justifiquen cuáles competencias pretenden potenciar y de qué manera; deben demostrar si tienen la capacidad para desarrollar aplicaciones o qué alianzas pretenden sellar con editoriales y compañías para garantizar el aprovechamiento de las tabletas. La capacitación digital estará a cargo de las universidades locales.
A esta iniciativa se unen la de algunas empresas privadas como Samsung con “Samsung School” y editorial Santillana con el “Sistema UNO”, que han llegado a Colombia ofrecer alternativas de aprendizaje para colegios privados a través de aplicaciones educativas desarrolladas para tabletas.
Mientras el sistema UNO cuenta con dos programas específicos: el BE (Bilingual English Program), que brinda la formación en inglés, y el Skill Teaching System, que trabaja en las competencias y valores para educar de forma integral a los estudiantes; Samsung School, en alianza con Pearson (editorial especializada en temas educativos), desarrolló aplicaciones con contenidos digitales para las materias de ciencias, matemáticas, humanidades e inglés, direccionadas por profesores.
Pero ¿qué tan efectivo es que existan diferentes iniciativas públicas y privadas enfocadas al uso de estas tabletas en la escuela? Para el ministro Diego Molano la llegada de nuevas metodologías de aprendizaje a manos de privados es positiva. “Estamos felices de que todos estemos del mismo lado. Del lado de usar la tecnología para mejorar la calidad de la educación”.
Algunas de las dificultades que ha tenido la iniciativa pública en Colombia, llamada Nativos Digitales, es que existen muchas regiones del país donde el acceso a internet es muy limitado, lo que impide que las tabletas puedan funcionar de manera eficiente; además en algunos municipios las escuelas carecen de locaciones adecuadas para almacenar estos equipos tecnológicos. “Le estamos pidiendo a los alcaldes que antes de concursar en el programa tengan estas condiciones solucionadas”, dice el ministro.
Aunque los aplausos para la inclusión de tabletas en las metodologías educativas vienen de todos lados, existen otros académicos como el reconocido psicólogo estadounidense Aric Sigman, master en ciencias de la conducta, quien afirma que el exceso de horas que los niños pasa unidos a las pantallas táctiles, de computadores o de televisores, pueden estar provocando que los niños generen conductas depresivas.
Durante una entrevista con BBC, el doctor Sigman cita de una serie de estudios científicos publicados que sugieren vínculos entre el tiempo que se le entrega a visualizar estas pantallas y enfermedades del corazón, derrames cerebrales y diabetes. Pero sugiere que los efectos van más allá de aquellos relacionados con el sedentarismo. Sigman aseguró que el tiempo de pantalla prolongada, puede llevar a la reducción de la capacidad de atención debido a sus efectos sobre la dopamina en el cerebro.