Diez años de prisión para la oncóloga colombiana

Ayer un tribunal de Houston encontró culpable a Ana María González de haber envenenado a su amante. ¿Quién es la científica que está detrás de este caso?

Redacción Vivir
30 de septiembre de 2014 - 04:09 a. m.
Ana María González, oncóloga colombiana condenada a diez años de prisión
Ana María González, oncóloga colombiana condenada a diez años de prisión

Hace unos 500 años Paracelso, un famoso médico y alquimista suizo que creyó encontrar la manera de transformar el plomo en oro, lanzó una frase que pasó a la historia: “Nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis”. Sus palabras, que pueden resultar cuestionables, han hallado un buen número de ejemplos que parecen darle la razón. Uno de ellos es el de la oncóloga Ana María González, quien ayer fue condenada a diez años de prisión en una Corte de Houston por envenenar a su amante.

De acuerdo con el jurado, las evidencias apuntan a que ella, nacida en Popayán, médica de la Universidad del Cauca y conocida por sus investigaciones relacionadas con el cáncer de seno, fue la culpable de envenenar al doctor George Blumenschein con una sustancia llamada etilenglicol, que no es otra que una precursora de un elemento que se añade al tamoxifeno, un medicamento esencial para tratar el cáncer de mama. Esta sustancia facilita la acción del fármaco en el cuerpo. Sin embargo, quien la ingiera de forma inadecuada puede tener serios daños renales.

Seguramente, buena parte de las investigaciones de esta médica estuvieron atravesadas por esa clase de componentes y ello se ha convertido en el más firme argumento para quienes han tratado de inculparla. “Pero a mí me parece imposible que ella, una de las personas y profesionales más brillantes y organizadas que he conocido, sea capaz de cometer un asesinato”, dice Tatiana Parra, compañera de la universidad.

Parra tiene razón: la carrera de González es, a todas luces, brillante y destacable. Según el perfil que publica en su página web el Centro Oncológico MD Anderson de Texas, luego de graduarse como médica en Colombia hizo una residencia en el Centro Médico Mount Sinai. De allí saltó becada al Centro Anderson, donde hasta hace poco era la jefa de Investigación Clínica y Desarrollo de Fármacos del Departamento de Cáncer de Mama.

Sus investigaciones se han desarrollado en torno a un tema que desde hace años ha capturado la atención de los científicos: el cáncer de mama triple negativo (TNBC, por sus siglas en inglés). Su agresividad y la imposibilidad de rastrearlo genéticamente (como se hace con algunos tipos de tumores), lo ha convertido en un mal casi imposible de tratar. Eso ha hecho que buena parte de los recursos que se han destinado para el estudio del cáncer estén dirigidos al TNBC, para el que González buscaba una terapia personalizada. Es decir, una terapia que, tal y como se lee en un estudio publicado en 2010 por González, “tiene el potencial de entregar la dosis correcta al paciente correcto en el momento adecuado”.

De hecho, su trabajo es relevante entre las instituciones que lo financiaban, entre ellas el Instituto Nacional de Cáncer de EE.UU., la Sociedad Americana de Oncología Clínica y la Fundación Commonwealth para la Investigación del Cáncer. Parte de ellas, tal vez, fueron las que también costearon su última investigación, publicada el 26 de junio de 2012. Uno de los coautores es el doctor Blumenschein, el mismo que hoy la tiene tras las rejas.

 

 

Por Redacción Vivir

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