Educar para ser libres

WÍLDER BANOY SUÁREZ, con sólo 30 años, fue destacado como uno de los mejores profesores del país por sus métodos de enseñanza en Zipaquirá.

Sergio Silva Numa
19 de diciembre de 2012 - 05:52 p. m.
/ Cortesía
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En más de una ocasión Jairo Aníbal Niño, aquel escritor que dedicó gran parte de su vida a alegrar la infancia de muchos con magníficos relatos, dijo que la escuela que soñaba era una de libertad, de alegría en medio del horror. Por eso sus encuentros con los jóvenes eran conversaciones de auténtica complicidad.

Esa complicidad, que profesó hasta 2010 cuando falleció, fue tal vez la misma que sintió Wílder Banoy cuando los 30 niños que lo miraban atentos no llevaron los lápices y cartulinas para hacer la tarea que les había dejado. “Profe —le dijeron—: si no tenemos para desayunar, menos para comprar esos materiales”. En ese instante comprendió que la educación, a la que había llegado por casualidad, era más que pararse frente a unos ojos dubitativos que esperaban sacar buena nota.

Ahí, en los salones de Sidauto, una escuela de Suba, Wílder había empezado sus prácticas profesionales. Cursaba los últimos semestres de su licenciatura en diseño tecnológico, una carrera que eligió ante la imposibilidad de conseguir un cupo para diseño gráfico en la Nacional. Enfrentarse a los 30 niños de estratos uno y dos era su primer reto.

Por eso, como Jairo Aníbal, Wílder se rehusó a creer en las notas y las libretas de asistencia. Se ingenió la manera de dictar su clase de informática en medio de la escasez de recursos. Hoy, con 30 años y después de casi una década de estar enseñando, sus métodos lo han posicionado como uno de los más destacados profesores de Colombia. Por sus clases en el Instituto Educativo Municipal de Cundinamarca de Zipaquirá, su tierra natal, obtuvo el segundo puesto del Premio Tributo al Maestro.

Ahí intenta enseñarles a más de 350 jóvenes de décimo y undécimo cómo sacarles provecho a las herramientas tecnológicas. Y gracias a ese entusiasmo pudo llevarles a sus alumnos —todos de barrios populares— una biblioteca.

Por Sergio Silva Numa

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